La noche fue perfecta. Hace mucho que no me divertía de esa manera. Mejor dicho, hace mucho no disfrutaba de una velada idílica cómo la que Alessandro y yo compartimos. Quería acercarme cada vez más a él, pero también era consiente de las murallas difíciles de derribar. Pero no imposibles. Bueno, eso es lo que, quería creer. Mi noche con Alessandro la voy a tomar como un regalo de cumpleaños adelantado. Hoy era mi cumpleaños. Pero nadie lo sabía. Temprano fui a la casa de reposo. Pero, Francis no me dejo ver a mi madre. No había sido un buen despertar para ella. Así que, regreso a la casa y me encuentro con Brandon. —¿Se encuentran Donna y Giovanni? —Bajaron a la piscina —espeta en tono serio y profesional. Asiento. —El señor, Alessandro, me dijo que usted haría algunos ca