Avanzo por los potreros y escucho a Brisa darme una explicación de todo. El lugar, sin duda, es hermoso y el paisaje que vislumbro, es tentador. Después de mi pelea con Alessandro, este desapareció. Me quede en la habitación hasta que Brisa, llego por mí y me insto a cambiarme para montar. Brisa se detiene en una cuadra y se acerca uno de los caballos dentro de su establo. — Esta es lirio — anuncia mientras, acaricia la cabeza de una hermosa yegua blanca. Alargo la mano despacio. — Es preciosa. Brisa sonríe. — Es dócil. Así que, no tendrás problemas con montarla. — Gracias. Me rio Tú, ¿Cuál vas a montar? — Andrómeda, es mi bebé — espeta — ven— avanzamos y al pasar frente a uno de ella este resopla. Brisa pone los ojos en blanco. — Este, es diablo — arqueo la ceja ante el nombre