Querido jefe II parte

CAPITULO 2

—¡Calla esa hermosa boca, Melania! ¿No? —gritaba Jon

—No irás a ninguna parte, nos vengaremos de Pierre, el cual me ha hecho muchas a mí y a mis queridos compañeros —señalaba al resto. —Sabemos que tú para Pierre eres como su mayor tesoro y por ello te perderá, te alejaremos de él

—Yo me quedaré con ella, pagara por haberse atravesado en el camino justo cuando Pierre iba a ser mío —refería Victoria y a la vez también Jon, el cual insistía con lo mismo, pero con distinta excusa.

En esos momentos me sentía como una mercancía en venta, sabía que nada bueno me esperaba de este trío, por ello procuraba seguir insistiendo para abrir las puertas, no obstante, al haber iniciado la marcha del vehículo todo allí permanecía asegurado, trayendo con esto que me sintiera indefensa.

—¡A callar los dos! —gritaba Antonio enérgicamente. —Melania tiene un vuelo conmigo a Estados Unidos y allí decidiré que haré con ella, la conseguí primero, así que decido que hacer, ustedes solo me ayudaran en lo que quedamos y fin a la discusión

—Protesto Antonio, tu y yo somos amigos desde hace mucho, déjamela a mí, la haré sufrir como nunca, algo que me divertirá como no te imaginas —exaltaba Victoria con copa en mano

—No estoy de acuerdo —interfería Jon. —Mi imbécil hermano tiene que pagar por lo que me hizo. Dámela a mí, yo la usare a mi antojo, te aseguro que no quedara rastro de esa lindura que porta ni de su sexy cuerpecito — exclamaba Jon, mirándome de una manera en la que demostraba el morbo reflejarse en su rostro

—¡Cállense de una puta vez! Ya tome mi decisión y yo me la quedare, estoy seguro que mi plan es mucho mejor que el de ustedes, se acabó, no más de esta tonta discusión idiota que ambos tienen. Tuvieron su oportunidad y no la aprovecharon, así que yo me quedare con ella.

Ambos pese a esta respuesta se enojaron, no obstante, obedecieron la orden mientras tomaban sus copas de Champaigne, bebida que degustaban como si esto que hacían fuese parte de una celebración.

—Pierre sabrá lo que haces Antonio ¡No te saldrás con la tuya!

Sin detenerme a pensar en lo que podría traer mi comentario, comprobaba que había acrecentado su ira, demostrándolo al haberse aproximado para ejercer ese maltrato que hacía al sujetar fuertemente mi cabello.

—¡Pierre! ese idiota niño rico que siempre lo tuvo todo no podrá hacer nada, su vida la convertiré en un infierno, te perderá para toda la vida, muñequita. Veremos cuánto dura su altanería y su amor por ti. Quiero verlo sufrir de desesperación hasta que no quede nada de el —terminaba de referir para soltarme y alejarse

—Primero iremos al sitio acordado Bruce —mencionaba Antonio al chófer que manejaba el auto

—Me voy a disfrutar del sufrimiento de Pierre —argumentaba Jon en esa sonrisa que reflejaba

—Creo saber a dónde te llevara Antonio, Melania y siendo asi me parece que tu famosa belleza esta vez será tu perdición —comentaba Victoria de una manera en la que disfrutaba mi triste situación.

Al escuchar y ver lo que hacían, procuraba no derrumbarme frente a ellos, pedía ser encontrada aunque no sabía exactamente a dónde me llevarían.

Por mi mente y mi corazón solo pasaba la imagen de Pierre, el sentir que me alejaban de él era como si una parte de mi la arrebataran bruscamente, ya que desde mi percepción él siempre será mi otra mitad y todo mi mundo.

Minutos más tarde, Victoria y Jon bajaron del vehículo, Antonio por su parte continuo conmigo en el auto, el cual seguía en marcha sin saber el lugar exacto a dónde me llevaría.

—Antonio ¿A dónde me llevaras? ¿Qué es lo que quieres? ¿Es dinero, es eso?