ALICE La mañana siguiente, después de llegar a Londres, me desperté de mejor humor, baje a desayunar mientras Maia aún descansaba, es mejor dejar que se acostumbre a este nuevo horario, antes de volver a ponerle algún tipo de rutina. En cuanto termine, Georgina ya traía consigo a mi pequeña, cambiada y lista para salir a dar una vuelta, como ella también nos acompañaría, le pedí que nos fuéramos ahora, hacía buen tiempo y me hará bien caminar y relajarme para saber qué hacer. Necesito empezar a ocuparme en algo que me mantenga distraída la mayoría del tiempo, sé que Georgina hará un buen trabajo cuidando de Maia, por ello no me preocupo por mi pequeña, aunque tengo claro que la echaré de menos. Al parecer, el vecindario tenía que ser realmente muy exclusivo, cada villa, a pesar de que