ALICE
Los tres subimos al auto de Erick, mientras él conducía, yo llame de nuevo a Georgina, para saber si ya había llegado al hospital. Por suerte, la ambulancia no tardó mucho en llegar y estaban a punto de arribar.
Le dije que no tardaría en llegar, que tenía toda mi confianza puesta en ella y si necesitaba autorizar lo más mínimo, tenía mi consentimiento. Ella, se escuchaba tranquila, pero sé que, por dentro, se moría del miedo.
—¿Qué paso Alice?, tienes idea de lo que sucedió.
—No, Georgina me dijo que Maia comenzó a llorar y tan pronto como lo hizo, volvió el estómago. Trato de ayudarla, pero no dejaba de hacerlo, de pronto paró y empezó a cerrar sus ojitos. Trato de despertarla, pero no pudo, entonces llamó a la ambulancia, y se dio cuenta, que su respiración era cada vez más le
