ANDREW Semanas después… Los días se me hacían eternos sin saber nada de Alice, mis padres iban y venían de Londres, cada que se les antojaba, mi padre, por supuesto, obligó a mi madre a no decirme nada referente ni de Alice ni de Maia, por más que le rogué e imploré, no quiso hablar conmigo sobre ellas, ni siquiera me dijo si se encontraban a gusto en ese lugar. Intente llamar a mi nana, pero de igual manera, jamás respondió a mi llamada, y sé que lo hacía por el miedo que le tenía a mi padre. Por ello, dejé de insistir, y como me pidió el mismo Alex, dejé de preguntar por ella. Lo que, si no dejé de recibir, fueron más notas o mensajes, en cada una de ellas, haciéndome saber que Alice era más feliz sin mí, yo mismo lo pude comprobar, debido a que miré las fotos que también me hacía ll