Narra Tobías.
Me prepare para ir con mi padre a la casa de nuestro principal enemigo.
—¿Estas listo? —pregunto mi padre—. Recuerda mantener la calma–agregó.
—Lo se —respondí sin ánimos.
Poco después llegamos a la casa de los Smith.
—Bienvenidos—dijo Roger Smith, quien nos esperaba en la entrada. Luego nos pidió que lo siguiéramos. Ingresamos lo que parecía su despacho. Luego de ofrecernos unos tragos comenzó hablar. Lo escuchaba atento—. Esto beneficiará a todos, paz entre nuestras familias —mencionó. Smith no tenía mucho más para dar. Tenia dinero, negocios, pero no era suficiente, esta guerra nos estaba matando por igual—.Sabes que la única forma de garantizar la paz es a través del matrimonio—agregó. Permanecí tenso. Sabía exactamente a dónde conducía esto. En lugar de mirar a mi padre, me quede perfectamente quieto. Estaba dispuesto hacer lo que fuera necesario por mi familia y eso incluía un matrimonio arreglado—.Como sabrán, tengo a mi cargo a mi sobrina Eva. Por el accidente que sufrió junto a mi hermano y mi cuñada, los cuales lastimosamente murieron, quedó con algunas cicatrices. Quizás no es la más bella, pero es virgen y tiene en buena salud. Eso garantizaría hijos sanos—añadió—. Tiene dieciocho años y ya terminó la secundaria—finalizó.
—Entonces queremos conocerla—dijo mi padre.
Smith asintió con la cabeza a unos de sus guardias y este hombre salió del despacho a buscar seguramente a Eva.
—Estoy seguro de que podemos llegar a un arreglo pacífico —dijo Smith.
Para mi padre como líder del clan Spencer debía hacer lo correcto para beneficio de su gente. A él no le importaba que una mujer fuera bella, solo que sirviera para procrear hijos y si Eva cumplía con eso él no tendría objeción.
El silencio llenó el despacho cuando la puerta se abrió, y apareció Eva Smith. Tenia una imagen en mi mente sobre el tipo de mujer que seguramente estaría frente a mi: una mujer delicada con un vestido corto ajustado, muy maquillada, esperando ser empeñada como un objeto; sin embargo, me encontré en cambio con una mujer con jeans, y una camiseta que colgaba de su cuerpo. Su cabello n***o azabache estaba atado en la parte superior de su cabeza en un nudo suelto. En su rostro solo se podía observar levemente una cicatriz algo pronunciada en su frente. Por el tipo de ropa no sabia con exactitud la cantidad de estas. Quitando todo eso se veía jodidamente impresionante y no había duda alguna del fuego detrás de sus ojos verdes. Aún así, Eva estaba bien entrenada ya que se guardó sus pensamientos para sí misma. Sin embargo, tenía las manos apretadas con fuerza, otra señal reveladora. Para algunos hombres, les hubiera parecería completamente indeseable, pero para mi me resultó un desafío, me gustaban los retos y ella me planteó uno de lo más hermosos. A los treinta y cinco años había experimentado una buena cantidad de mujeres y, sin embargo, nadie había encendido mi sangre tan rápido como ella mi polla se endureció ante el pensamiento. A la mayoría de nuestros hombres les gustaban las mujeres mansas, temerosas de su propia sombra. Pero no a mi. Sabía que nunca podría permanecer casado con una mujer que saltaba con cada movimiento que hacía, hasta incluso tenían miedo de un simple beso. Años de verse obligada a permanecer virgen, escuchando historias de terror, no era de extrañar que las mujeres se asustaran.
Deslice mi mirada hacia el cuerpo de Eva, vi que no era una mujer delgada. Incluso con la ropa de gran tamaño, sus curvas me llamaban. No se podía negar la redondez de sus caderas, la plenitud de sus pechos. Me encantaría echarle un vistazo a su trasero, pero sería de mala educación. Tampoco quería mostrar el golpe instantáneo de deseo que tenía por ella. En ese momento Smith se acercó a su sobrina.
—Cariño, me gustaría que conocieras a Marcus y a Tobías Spencer—dijo seriamente—.¿Y bien, Marcus? —le preguntó dirigiéndose a mi padre.
Miré a mi padre. No parecía muy ansioso, pero sabía lo que estaba pensando. Él ya había tomado una decisión por mi. Yo no podía opinar, la jerarquía en nuestro mundo se respetaba y mi padre era el líder, pero yo pronto ocuparía su lugar.
—Sí, creo que podemos llegar a algún acuerdo— respondió mi padre.
—Eva, me gustaría que conocieras a tu prometido— le dijo su tío—.Ven y preséntate—le ordenó.
Ella se tensó. Sin embargo, no se detuvo. Ella se dirigió hacia mi y me tendió la mano bien entrenada como la mayoría de las mujeres jóvenes en nuestro mundo.
—Es un placer conocerte—pronunció Eva.
Ella era el perfecto espécimen de dulzura, pero vi su mano temblar.
Comparada conmigo, ella era tan pequeña y delicada. Tomé su mano y ella y me ofreció una sonrisa.
—Igualmente—dije.
—Excelente. Eva, ahora déjanos solos un momento—le pidió su tío.
Eva me dio la espalda y se alejó. Ella tenia un culo bonito y exuberante. No podía esperar a tenerla desnuda y debajo de mi. Su cuerpo estaba hecho para follar. Desde que había cumplido treinta y cinco, mi padre me había estado presionando para que me estableciera y tuviera un heredero, aunque podría lidiar con múltiples problemas a la vez. En lugar de horrorizarme ante la idea de estar casado con ella, la emoción me inundó. Quería casarse con ella. Tenerla en mi cama de una vez por todas, no me importaba sus cicatrices.
Eva salió del despacho, la puerta se cerró detrás de ella.
—Hablemos de los detalles de la boda—dijo Smith.
—La boda debe tener lugar a finales de la próxima esta semana—dijo mi padre—.No me importan los detalles más finos para realizar una boda. La única forma de detener esta guerra es casarse pronto. Además, me gustaría que mi hijo fuera a hablar con Eva en este momento. Este arreglo debe adaptarse a él en todos los sentido—agregó.
—De acuerdo —respondió Smith —. Debo decir sobre las cicatrices de mi sobrina la más pronunciada es la que esta en la frente, pero con algo de maquillaje se puede ocultar perfectamente—añadió—. En cuanto a su virginidad y estado de reproducción esta perfecta, tengo el certificado médico por si lo quieren ver—finalizó.
—No hay necesitad de eso—contestó mi padre, confiando en su palabra.
Smith le hizo otra señal al guardia, este salió y luego Eva volvió aparecer.
—Eva, ¿por qué no le enseñas a Tobías la casa mientras negociamos otros asuntos?— le pidió Smith a su sobrina.
Ella asintió con la cabeza.
Me acerqué a la puerta, Eva caminó por el largo pasillo. No había guardias. Llegamos a una puerta al final del largo pasillo y ella entró.
—Esta es la biblioteca. Hay muchos buenos libros para leer—dijo ella—. ¿Qué mas que gustaría ver?—preguntó ella.
—Se trata más de lo que quiero saber—dije.
Ella respiró hondo, mirando alrededor de la habitación antes de volver a mirarme.
— ¿Qué es exactamente lo que quieres saber?—preguntó.
Eva para mi era bella, tenia una belleza natural. Realmente no era como otras mujer de las familia de la mafia que estaba acostumbrado a ver. Por lo general, hacían todo lo posible para mostrar lo atractivas que podían ser, casi vulgares con tal de casarse con cualquiera que tuviera dinero y poder. Eva cruzó los brazos debajo del pecho y me miró. Sonreí mientras ella seguía tratando de levantar su rostro, pero no estaba funcionando, ni siquiera un poquito. Ella también tenía un temperamento bien disimulado. Ella acababa de hacer que este futuro matrimonio fuera algo emocionante.
Nota: Historia con lenguaje vulgar y diferencia de edad(hombre mayor, mujer joven). Apto sólo para las personas que les gusta esta temática.