Narra Tobías. Richard se subió al lado del pasajero en el auto. Mi hermano no había ido demasiado lejos y saber que estaba a mi lado hizo que me sintiera mejor. No es que no pudiera cuidar de sí mismo, pero si algo pasaba, Richard era el único en quien confiaba. Él había demostrado a lo largo de los años que no quería el papel de capo. Todo lo que le importaba era matar al enemigo y follar con tantas mujeres como pudiera. —¿Crees que deberías conducir?—preguntó. —No me importa si debería o no. Llegare a Smith. Ese hijo de puta cree que me la ha quitado. No puedo darle la satisfacción—respondí. —Dime de nuevo por qué no lo vas a avergonzar en, digamos, un evento público. Su sobrina está muerta en su mente. ¿Por qué no dejar que lo siga pensando? —Porque eso lo humillará y pondrá la vi