Fernando La gente suele decir que de las peores situaciones se pueden poner a prueba los límites de uno mismo. No estaba tan convencido de eso, puesto que estaba pasando por un divorcio no planificado y pese a que llevaba una sonrisa permanente en la cara, me encontraba destrozado por dentro. Fue esa misma rabia, desesperanza y desolación la que me llevó a cometer uno de los más grandes errores de mi vida. Aceptar el reto de Romeo Greco nunca estuvo en mis planes, sin embargo, los recientes sucesos y la extraña empatía que Sofía sentía por él, me orillaron a ser alguien que no era. Un maldito celoso hijo de perra. –Esto no está bien amigo, todos los que te conocemos allá afuera sabemos que vas a destrozar a ese muchacho en menos de diez minutos. Alonzo Conte era el único que me acom