La Soledad

2600 Words
Capitulo 2   En cada vez que iba y venía de casa de Dalia, siempre quedaba un vacío en mi cuerpo y alma, nunca he entendido ¿Por qué? No podía llenar ese espacio que siempre me quedaba al alejarme de alguien. Así hubiese sido La Loba o White, quedaba ese vacío existencial en mi vida, seguramente o predictivamente mi vida en si era un vacío que nunca se podía o nunca iba a ser llenado por nadie. Habían muchas cosas en mi vida que me gustaba más que solo el hecho de querer llegara a estar con alguien. Realmente amaba y disfrutaba dormir solo, era cierto que en ocasiones dormía en este caso con Dalia pero nunca llegaba realmente a dormir con ella, pues la incomodidad  de tener a alguien a mi lado era casi inevitable no sentirlo. Pero como casi siempre hay un ¿Por qué? A esas situaciones pues seguramente lo había y creo saber ¿Cuáles? Eran esas causas específicas que me hacían sentirme de esa forma.  Desde la primera vez que dormí con alguien en mi cama aunque no fuese para tener sexo había sido con la Loba y ese vacío que ella me había provocado, definitivamente era el factor principal del cual o ¿por el cual? A la hora de tener a alguien más a mi lado era como incomodo al darme cuenta que no era ella la que estaba a mi lado. Por otra parte cuando había decidido vivir con White, por lo regular dormía solo, pues ella solo me gateaba por las noches después de dejar a su hijo dormido y llegaba se desquitaba aunque estuviera dormido y luego se iba a su habitación. Ahora con Dalia era casi lo mismo, con la diferencia que sus hijos si sabían lo nuestro pero de igual manera era un tanto incomodo el hecho que los niños a llamaran a cada momento cuando se encontraba conmigo, por lo que por lo regular no dormíamos juntos, solo cuando ella me llegaba a visitar y dejaba encargados a sus hijos. ¡En fin! Mi vida era estar solo y estaba acostumbrado a estar y vivir solo, parecía hasta egoísta decirlo de esa manera, pero prefería hacer todo solo y no tener que compartir con alguien sabiendo que todo seria a medias. En verdad era muy complicada mi vida, ¿Debía estar con alguien? ¡No lo creo! ¿Quería estar con alguien a mi lado? ¡Posiblemente! La mayoría de las noches me las pasaba en llanto y en vela, nunca estaba completamente bien, siempre existía ese sentimiento de tristeza que no me dejaba dormir o vivir en paz. Cada momento de tristeza y de traición de las dos anteriores, siempre venía a mi mente como un vivo retrato de lo que había pasado en mi vida. No es que tuviese una memoria fotográfica al cien por ciento, pero si tenía algo de esa memoria fotográfica, por lo que los detalles en los cuales se referían a las traiciones y sufrimientos que cada una de ellas me había dado, estaban ahí haciendo un agujero enorme en mi pobre vida existencial vacía y sin sentido. La soledad siempre ha sido la fiel compañera que ¡Nunca! Se alejó y aún seguía a mi lado. Sabía que tenía que cumplir con mi debut en el ring y trataría de estar lo más calmado posible y concentrarme en lo que en ese momento era algo de lo más importante y emocionante que me estaba pasando. White por su parte iba a estar presente en 5 días en lo que algún día había sido también su casa, pero sabía que eso era un arma de diez filos, pues Dalia cada vez que quería también llegaba, pero de alguna manea tenían en mi mente que eso no ocurriría y no es que fuera a pasar algo entre nosotros, pero es que también, conociendo a White como era para hacerme  caer con ella, pues lamentablemente también era mi culpa hacer que ella me dejara seducir con sexo. Estuve asistiendo a los entrenamientos y preparándome para el estelar del ring y me sentía preocupado que no todo saliera como debía salir en verdad, por ser mi primera vez en el ring de alguna manera. Yo sentía que dentro de mi corazón o ese lugar donde se guardan los sentimientos existían solo dos espacios que luchaban entre si para saber ¿Quién? Ganaría en cuanto a los sentimientos que tenía hacia esas mujeres que tanto daño me habían hecho pero que tanto amor me estaba aún haciendo sentir. Con la única y gran diferencia que la Loba había desaparecido de mi vida para siempre  y White seguía tocando y buscándome cada vez que seguramente no estaba en compañía de alguien. Lamentablemente en esa pelea por mis sentimientos Dalia no entraba en ese círculo y sentía que estaba siendo completamente injusto con ella, con lo que le estaba haciendo pasar. Ella de alguna manera no necesitaba un hombre que estuviese todo el tiempo pensando en sus anteriores parejas, lo que ella necesitaba era alguien que la amara solo a ella en todo su esplendor y le entregara lo mejor de sus vida y no las sobras y pedazos de la vida. Por lo que sentía que le estaba haciendo estorbo en su vida y en muchas ocasiones había querido decírselo, no directamente, pero si con algo de sentimiento para irme retirando de ella y así quedarme en mi soledad y vivir con lo nunca pudo ser verdad en mi vida. Lo que quería en todo caso era que apareciera alguien que fuese capaz de borrar cualquier recuerdo de mi mente, cualquier sentimiento vacío y sin sentido, quería encontrar un amor aún más grande que el que tenía por la Loba, porque aunque podía amar a White a pesar de su traición, aun amaba más a la Loba que a cualquier otro ser existencial. Pero realmente eso no sucedía, no había quien fuese capaz de reemplazar ese maldito sentimiento que renacía en cada amanecer y permanecía en cada atardecer con la ida del sol. Pero ni cuando tenía sexo con White o con Dalia no podía borrar ese rostro de mi mente, llegaba a preguntarme ¿Qué me hizo o más bien que tanto daño me hizo esa mujer? Que en lugar de odiarla amo todas sus traiciones y todas sus mentiras. Seguramente era Brujería, según mi Madre en alguna ocasión, pues ni aunque me agarraran a palos o a patadas se me borraba de mi mente el recuerdo de la Loba y White que iba ahí detrás de ella casi asemejándose al amor que sentía por La Loba. Al parecer Dalia quería estar conmigo estos días, pero quería estar solo, no debía estar con nadie, solo quería alimentar mi tristeza y así estar preparado para el día que me tocara debutar. Ese día quería desquitar tantos años de rabia, dolor y soledad y si se daba algo más pues de seguro iba a salir en camilla directo al hospital, pues hasta donde tenía conocimiento mi debut iba a ser libre y eso significaba que la lucha a sostener se podría utilizar cualquier tipo de instrumento aprovechable en el ring, como sillas o mesas o lo que estuviese disponible. Lo que si sabía era que en mi debut iba a ganar la lucha por lo que no importase como ganara pero así iba a suceder. A dos días del debut estaba nervioso y muy ansioso al respecto pero era comprensible esos sentimientos pero con lo que no contaba era que White no se iba a esperar los 5 días de espera, eso era lo que ella tenía que no podía soportar el hecho que le hiciera esperar o darle un tiempo específicamente para verme o hablarme. Porque ella siempre quería salir por delante en todo y no le importaba el hecho que no estuviera de acuerdo a sus acciones, ella simplemente actuaba en contra de mis decisiones. Así que según mi día lo iba a pasar en mi casa cómodamente disfrutando de algún programa de televisión, que eso para mí era lo mejor que podía haber, la paz de estar en casa no rodeado de personas escandalosas. Mis hobbies favoritos eran, ver televisión o leer libros y que decir de escuchar música y de vez en cuando dibujar  o pintar, era todo lo que hacía de momento. La video llamada de garita entro y me asome a ver ¿Quién podría ser? Que en alguna circunstancia podría ser Dalia, por lo que no sentí ningún tipo de curiosidad por ver la video llamada y solo autorice el ingreso de la persona que venía hacia dentro en un taxi para variar, desde lo que me había sucedió con anterioridad con White la cuestión de los taxis eran un motivo de repugnancia en lo personal. No es que todos fueran así de traidores y aprovechados, pero lamentablemente la mayoría eran así y por eso mismo nunca más en la vida me volví a subir a un taxi. Me quede muy tranquilo en la  habitación esperando que fuera Dalia la que entrara por la puerta, que ella si tenía llave de ingreso. Pero al esperar casi unos diez minutos, cuando la entrada no quedaba a menos de unos tres minutos en auto, me levante y me dirigí a la sala, ¿de pronto ya ingreso y traía algunas cosas? fue lo que pensé en ese momento. Me había sentido alegre que ella llegase a verme ese día, pero al bajar las gradas ci que no había nadie por dentro de la casa. Antes de salir a abrir la puerta y ver o más bien revisar que había sucedió, llamaron al timbre y respondí: -¡Ya voy amor! ¡De seguro se te olvidaron las llaves!- Pero no era ni el amor que esperaba ni se le habían olvidado las llaves, por lo que al abrir la puerta que era punto ciego y confiado que era Dalia, ¡Sorpresa! -¿a quién estabas esperando? O ¿ya me tratas de amor otra vez? Y si en dado caso fuese así, ¿Tú no me has dado llaves? O seguramente me las tenían que haber dado en garita- Pues si era ella, White estaba en mi puerta una vez más y sin avisar y por confiado estaba ahí parada en la puerta y sin más tuve que dejar que entrara y escuchar lo que quisiera decirme, pero ella sabía que si comenzaba a reclamarme o decirme lo que ya sabía, no iba a dudar en pedirle que se fuera, aunque eso no era tarea fácil. ¡Casi nunca! En  la vida con ella, le pude decir que no a todo lo que ella me pedía o decía, por lo que hacer que ella se fuera o pedirle eso era más que un plan fallido. A sus preguntas tuve que responderle si quedarme calado en lo absoluto, aunque no con agresividad.   -¡Me vas a perdonar, pero la verdad no te esperaba a ti! Porque habíamos quedado que nos veríamos en 5 días y te dejaste venir 3 días antes y pues si estoy saliendo con alguien más y por eso esperaba a otra persona- -¡Pero Jupi! ¿Por qué me haces esto? Yo me he estado esforzando para demostrarte lo mucho que te amo mi amor y tú siempre me tratas como un cero a tu izquierda y ¡ahora me dices que sales con alguien más!-   Vi en definitiva que se había alterado lo suficiente como armarme un gran escándalo y lo único que hice fue sentarme y escuchar que siguiera hablando, ni me interesaba hablarle o decirle más de algo al respecto.   -¡Vamos respóndeme! ¿Por qué estas saliendo con alguien más a mis espaldas? Me pediste un tiempo para pensar las cosas, no para que estuvieras revolcando con otras putas en mi ausencia, y ¿Así decías que me amabas? O ¿me vas a decir que también te estar revolcando con la maldita desgraciada que te dejo? O de seguro es esa perra maldita con la que te estás viendo de nuevo-   No podía quedarme callado y que ella siguiera hablando de esa manera, primero porque no era la Loba con la que me estaba viendo o revolcando como ella lo decía, y segundo porque Dalia no era ninguna puta o perra.   -¡Te estás dando cuenta a lo que has venido a mi casa! Yo tengo el derecho de reivindicar mi vida como de alguna manera me parezca considerable hacerlo, y no tienes el derecho de exigirme u obligarme a guardarte respeto cuando tú en mi cara me traicionaste y solo me viste la cara de idiota e imbécil con ese taxista y ahora casualidad  vienes en un taxi, ¡De seguro es tu amante también!-   A lo que ella ni lenta ni perezosa me respondía como queriéndose calamar pero siempre negando cualquier tipo de acusación de ese tipo.   -No mi amor, yo no tengo nada que ver con el taxista si me tarde en bajar fue por las bolsas que te estás dando cuenta que trigo conmigo y como no tenía sencillo le tuve que dejar el dinero completo, pero me duele que tu estés saliendo con otra maldita y yo esperándote, ilusionada que estabas pensando las cosas para volver a estar juntos o me vas a decir que mientras haces el amor conmigo, luego te vas y te revuelcas con otra para borrarme de ti-   Definitivamente estaba colocando excusas donde no había que hacerlo y a la vez quería quedar como la victima del cuento que ella misma se estaba armando en su cabeza y en sus celos empedernidos. Con tal de seducirme y esperar que todo estuviera bien ese momento dejo las bolsas tiradas y me abrazo, queriéndome besar, pero me resistía al beso y sus abrazos, no quería caer con ella ese día, quería que se fuera, pero de seguro no lo iba a hacer, por lo que de alguna manera me estaba resignando a caer en sus redes y de seguro terminaríamos teniendo sexo, solo para desquitar la rabia que tenía en ese momento, porque ya ni hacer el amor se le podía llamar, era solo tener sexo y en muchas ocasiones solo para desquitar el enojo y frustración que me daba el no poder decirle que no.   Pero no sin antes decirme: -¡Amor perdóname por favor de una vez! Olvidemos todo y vente conmigo, comencemos una vida juntos alejados de aquí, quiero que te vengas a vivir conmigo, tendrás tu espacio solo para ti y nadie te dirá nunca nada, y así solo seré tuya y tu serás mío como siempre debió ser, ¡Por favor!-   Estaba decidida a querer llevarme con ella, pero tampoco iba decir si a eso en ese momento, aparte que no quería, no podía solo decirle a Dalia “Gracias pero siempre si voy a regresar con White” ósea no era posible que lo fuera a hacer de esa manera tan descarada y despiadada. Obviamente no le conteste a su pregunta o afirmación, como sea que ella lo hubiese dicho, para poder realmente quitármela de encima, la tuve que besar y abrazar y decirle que lo iba a pensar nada más. Ella se sintió mejor y descargo sus bolsas y como le había por donde besarme, se puso de caliente en querer sexo en ese momento, pero le dije que tenía hambre, que mejor hiciera algo de comer y después si ella quería lo hacíamos.  
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