Capitulo 6

3174 Words
Sergio. Hacen una cena al estilo americana, empiezo a tomar sin que me importe una mierda, ni siquiera me importa que no tomo nunca ni menos tanto, tampoco me importa que ando en mi auto y que no debo maneja si estuve tomando, vivo diciéndole a las personas que no tomen si manejan que ponen en riesgos a las personas y aca estoy, bajandome un vaso atrás de otro, verla rondar cerca de él mientras ríe me hierve la sangre como nunca nada me molestó tanto, carajo no creo soportarlo ni un minuto mas. —Van a sacar fotos. —dice Rodrigo a mi lado pero no le doy ni cinco de pelota—. Esos son sus hijos parece. —Que bueno, me re super emociona, no te das una idea. —VEN MORENA. —levanto la cabeza cuando escucho su nombre—. VAMOS HIJA VEN. —¿Dijo hija?. —dice Rodrigo tan sorprendido como lo estoy. —Eso creo o escuchamos mal los dos. —se acomoda al lado de el y le sacan fotos. —Se lo tenia bien guardado... Con razón su apellido me sonaba familiar. —Nunca reparé en eso. —carajo, me dejé llevar por los putos celos de mierda y le dije cosas muy feas que no merecía para nada—. Necesito respirar un poco... Voy afuera. —Dale. —salgo y el aire templado de verano no me ayuda en nada, parece que peor me pone. —Me dio terrible asco cuando me dijiste que mi papá es mi amante. —me giro y esta sentada arriba de la escalera. —Yo... No sé que decir. —baja lentamente viniendo hacia mi. —¿Por qué? Ósea... ¿Cómo fue que llegaste a pensar eso?. —No lo sé... Simplemente lo di por hecho y por todas las que quieren avanzar haciendo esas cosas. —Bien... ¿Ósea que me gasto estudiando cuando puedo revolcarme con alguno que tenga poder y listo?. —sé que esta dolida pero sus palabras no me gustan para nada—. Y aparte si hubiera sido mi amante. ¿Cuál era el problema?. —Me puse celoso ¡esta bien!. —levanto las manos ya arto de tener que ocultar los que siento, y ella solo queda en silencio—. Me enfermó pensar que te revolcabas con alguien... Mierda. —Sergio. —viene caminando hacia mi apretujándose las manos con desespero—. No sé que es lo que esta pasando pero quiero decirte algo. —pone sus manos en mis hombros y mi cuerpo comienza a temblar como loco—. Me gustas. —More... —No digas nada. —se mira las manos que bajan a mi pecho, lo que no sé si es consiente que le acabo de decir que me gusta y ese toque me pone loco—. No lo hagas, sé que no soy lo suficientemente mujer para alguien com... —la callo de un beso. —No hables mas. —la agarro del cuello pasando los pulgares por la mandíbula—. No lo hagas. Me acerco aun mas ganando confianza donde fue la primera en tocarme, pero esta vez la beso bien suave, recién fue como solo un apoyon de labios para hacerla callar pero ahora me la quiero comer, gime haciendo que eso reavive aun mas a mi polla dura, carajo que no puede ser real de que la tenga tan dura, jamás me había pasado, abre la boca con lentitud dejándome paso para saborearla con mi lengua, sus manos me aprietan cuando la comienzo a acariciar, hacemos el amor con nuestras bocas, lento y suavemente tal como ella se lo merece, le muestro con mis labios todo lo que me gustaría hacerle y con mis manos le dejo dicho que amo cada parte de su anatomía, anatomía abundante que tiene donde agarrar, donde morder, donde chupar con ganas y si que tengo planeado hacerle de todo cuando tenga la oportunidad de tenerla en mi cama para mi solo disfrutando por días de ser posible; aprieto sus nalgas acercándola más a mi pelvis y me rodea el cuello haciendo el beso salvaje, reacciono cuando estoy caminando hacia adelante y la estampo contra un árbol. —Para... Para Morena. —me mira con sus ojos gigantes—. No sigamos, tenemos que parar. —Yo... Perdón, fui muy atrevida. —baja las manos pero paso mis brazos por su cintura pegándola bien a mi. —Si seguíamos te iba a tomar acá mismo y mierda que tu ropa me lo permite, seria demasiado fácil. —Podemos... —No. —sonrío sabiendo que está tan loca como yo—. No, quiero que sea un momento agradable More, no contra un árbol y que en cualquier momento nos puedan ver y deberíamos ser muy rápidos para que eso no pase y quiero tenerte en una cama, comoda en donde podamos hacer muchísimas cosas sin espectadores. —le acaricio bien suave los labios sintiendo como le tiemblan—. Eres malditamente hermosa mujer. —¿Mujer? Creí que era una nena. —la miro dudando—. Te escuché que se lo decías a Rodrigo una vez... Para mi defensa no me vieron que estaba en la misma sala. —Carajo. —riendo le beso el cuello sintiendo ese perfume que me encanta—. Perdón pero eres muy joven y me siento un pervertido. —¿Joven?. —a penas y puede hablar por los besos que no dejo de darle—. No nos llevamos tanto, tampoco es como que estas por llegar a los sesenta. —Pero mi sobrino mas grande tiene un par de años menos de los que tienes. —Y bueno... O tus papás te tuvieron muy de grande o tu hermana o hermano lo tuvieron muy de joven a él. —le doy pequeños besos en toda su cara haciéndola reír. —Eres hermosa... Muy hermosa. —Ya lo dijiste. —¿Te molesta acaso?. —Me da vergüenza. —me río con ganas donde esta roja—. Nadie me dice hermosa. —Porque son unos ciegos de mierda por eso... Eres tan malditamente hermosa que no sé como soporté tanto sin tirarme encima tuyo. —Digo lo mismo. —¡Morena!. —miramos por el costado del árbol en donde nos resguarda un poco de la vista de todos aunque es obvio que estábamos aca, hay una señora que nos mira de brazos cruzados—. Tu papá te esta buscando hija... Te quiere presentar a alguien. —Voy. —camina media reacia y la agarro del brazo. —¿No quiero que nadie te toque está claro? Ahora eres mía y de nadie mas. —Esta bien. —me da un beso sutil sonriendo—. Voy a ver que quiere mi papá. —Ojo... Te voy a estar vigilando. —la señora queda ahí y la miro a la espera de lo que me quiera decir. —Voy a ser bien clara joven. —asiento metiendo las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón—. Lastimas a mi hija y te mato... ¿Fui clara?. —Muy... La quiero a su hija señora. —Eres hombre... Y los hombres van a donde les conviene, no soy estúpida. Se va enojada y quedo procesando lo que me acaban de decir, mas bien proceso la amenaza que me acaba de dar, y entiendo porque es su hija, su hija que esta saliendo de la adolescencia y un tipo mas grande la anda persiguiendo como un perro en celo. Cuando entro al salón esta hablando con un muchacho, la veo media incómoda, se friega las manos sin parar si no es que se cruza de brazos, y la mayoría de la veces solo asiente a lo que él le dice, verla así me hace poner muy nervioso y querer alejar a ese estúpido a las trompadas pero arruinaría todo, ¿y cuándo me pregunte porque lo hice que voy a decir?, es mi alumna que me gusta y que no quiero que nadie hable con ella, suena estúpido aun en mi cabeza, así que no queda otra que soportarlo y confiar en que no va ni tiene nada con él. Me tengo que ir aunque no quiero, no pude volver a verla sola en todo el tiempo en que estuve, cada maldito segundo estaba con alguien hablando, por Dios que estoy mas que alterado con todo esto y a la vez enojado ya que no logro entender como pone mi mundo de cabeza todo el maldito tiempo. ***** Morena. Estoy sentada en el café mirando al chico que está frente a mi sin creer que la turra de mi cuñada me haya hecho esto, me mintió y se unió a mi mamá para buscarme novio, las odio con el alma a las dos en este momento, debieron tener la decencia de avisarme no mandarme a la orca sin siquiera saberlo, ¿y si tenia una mala reacción con el chico y lo hacia pasar mas vergüenza de la que ya tiene?. —Sé que todo esto es incómodo. —no deja de revolver la servilleta en sus dedos como con ganas de romperla toda—. Pero a mi también me obligaron. —A mi no me obligaron... Directamente no sabia que me esperaba esto. —¿Qué te dijeron?. —Mi cuñada me citó acá y después se fue de la nada diciendo que ya habías llegado. —Bueno... A mi me obligaron. —¿Por qué?. —la curiosidad me mata, no creo que sea chismosa pero debo saber porque dice tanto que lo obligaron a venir, algo pasa que no estoy sabiendo no es solo por conseguir novio. —O era deshacerme de mi auto o venir. —eso si que me cae mal, me cambian por un auto, muy lindo—. Y bueno, aca estoy. —Entiendo. —Aunque no me arrepiento de venir, crei que eras fea por como me insistieron en que venga pero si que eres bonita. —Gracias. —la mesera nos mira sin creer por lo que escuchó—. Quiero un waffle de jamón y queso con un jugo de naranja y un té. —Yo lo mismo que ella. —vuelve la incomodidad inicial cuando la chica se va. —Yyyy. —golpeteo los dedos en la mesa—. ¿Tienes novia?. —No. —me sonríe y es muy lindo, pero no de esos que me agradan sino mas normal—. Tenia pero me engañó. —Que bajón, perdón por preguntar. —digo lo primero que se me viene a la cabeza sin darme cuenta. —Y bueno. ¿Qué iba hacer? Ya me estaba engañando, ¿Tienes algo?. —No, nada. —pero no le digo que me encantaría con mi profesor en guía, no creo que le importe mucho igual. —Así que así estamos... Solos y obligados. —Che... ¿Por qué quieren que nos conozcamos? ¿Sabes algo?. —No tengo la menor idea, ¿Tu papá es el director del hospital publico no?. —Si. —El mío del privado que hay en el centro ¿Habrá algo en medio?. —¿No es muy de novela eso?. —¿Hay que sacar todas las posibilidades no? O esto se pone muy raro. —Si pero... ¿Acaso quieren que tengamos algo amoroso? No estoy entendiendo nada esa parte porque yo esta cita me la banco pero mas de eso no. —¿Y si le seguimos la corriente? ¿Qué dices? Nos juntamos cada vez que quieren y eso pero cada uno hace su vida. —Me parece bien... Mientras no halla nada mas que una amistad acepto. —Tranquila... Eres muy linda pero me gusta una chica de la escuela. —¿Qué estudias?. —¿Qué crees que estudio teniendo un padre medico?. —Estamos iguales. Seguimos hablando un buen rato, me cae bien pero no le doy mucha confianza ya que no quiero que sea un sopa de lo mas plomo, que después me ande escribiendo o apareciendo de sorpresa a mi casa, eso si que no. Me lleva a mi casa y se lo agradezco de corazón ya que pensar en Shor me da tanto odio que me tiembla todo el cuerpo, lo despido con un beso en la mejilla y me bajo de su auto, de inmediato llamo a mi cuñada para mandarla a la mierda. —Me puedes decir... —More. —la voz de mi hermano me paraliza—. Estamos en el hospital, Shor esta en trabajo de parto. —Ahí voy. —Dale. —miro el cielo y me río. —Así es he. —la gente me mira y yo levanto los brazos—. Estoy hablando con Dios ¿cuál es el problema?. —paro un taxi y voy al hospital—. Maxi. —¿Cómo estas?. —nos damos un beso y viene Valentina y Nahuel a mis brazos—. ¿Cómo están mis bebés?. —Bien tía... Te extraño ¿cuándo vamos a ir a tu casa?. —Hoy se van conmigo hasta que su mami este bien. ¿Quieren?. —Ssisiiiii. —Maxi me mira sonriendo pero es lo correcto donde él no se va a ir por nada y los nenes aca no pueden estar. —Gracias. —Cuando tenga escuela quedan con Maira. —Sabes que a mi eso no me importa que sea lesbiana, no tiene nada que ver. —Bien... Me alegra escuchar eso. Llega la noche y mi cuñada nada que tiene, al final me voy con los nenes a mi casa en un taxi donde mi hermano Mauro nunca vino para decirle que me lleve, en la casa a penas llegamos me pongo a cocinar, bueno, mas bien les hago unas hamburguesas que es lo único que sé hacer sin tener que mirar una receta y los pasos a seguir, mientras comen les acomodo mi cama, mirando el sillón digo "Vas a ser mi instrumento de tortura", pero los tres en la cama no entramos, es de plaza y media, vamos a terminar en el suelo seguramente. Al otro día en la mañana se despiertan muy temprano, mierda y yo que por fin quería dormir hasta no dar mas ya que no trabajo en todo el día, me levanto de mala gana mirando el reloj, son casi las doce del mediodía y no tengo ni té para darle a estos pibes que exigen comida no cosas chatarras, les llega a agarrar una indigestión por no alimentarlos bien no me van a permitir mas que me los traiga. Hago que se cambien y nos vamos al súper en donde trabajo que es el mas cercano que me queda, agarro un carro y vamos viendo que puedo llevar que sea de rápida cocción, me giro cuando siento que me están mirando poniéndome incomoda. —Es muy raro verte acá y no en la caja. —me esta sonriendo y mas hermoso no puede ser. —Lo mismo digo, es raro verte comprando y no pasando por la caja. —se me corta la respiración cuando se acerca despacio. —Estas hermosa. —me da un beso en los labios muy suave junto con una caricia—. Muy hermosa. —Tiiaaaaa. —me alejo lo mas que puedo de él cuando los veo venir corriendo—. ¿Podemos llevar esto?. —Espera... —digo cuando Vale se tira en mis piernas y un poco mas me tira—. Tranquila ¿qué te pasa?. —Quiero esto. —me muestra una caja de lasaña. —No sé hacerlo Vale. —hace puchero donde no puedo cocinarle lo que quiere—. ¿Llevamos algo fácil si?. —Yo sé. —lo miro que esta sonriendo—. Yo sé cocinar y puedo... Si no te molesta. —Esta bien, me vas a salvar la vida con estos dos. —Bien. —los mira y ellos a él con intriga—. ¿Algo mas hay que llevar?. —Eee... No tengo idea de como se hace por ende no se qué lleva. —Ven, ¿yo te enseño a cocinar después, quieres?. —asiento sin decir nada porque me encantaría que me enseñe muchas cosas no solo a cocinar—. Chicos, vayan por queso y por gaseosas. —SII. —SII. —elije todo y nos vamos a mi casa, estoy nerviosa no lo voy a negar. —Así que vivías mas cerca de lo que me podía imaginar. —Me mudé hace un mes mas o menos... Antes vivía lejísimo. —entramos y los nenes de inmediato se van a la tele, ruedo los ojos por eso donde siento que están traumados. —Enséñame la cocina por favor. —vamos y me mira riendo—. ¿Quieres que te enseñé?. —Si obvio, me encantaría. —nos lavamos las manos y saco una olla, una tabla y un cuchillo—. ¿Qué hago? ¿Algo mas que necesites? Solo saqué lo que creo que se puede usar pero que no sepa cocinar no quiere decir que no tengo una buena cocina. —No dije nada tranquila. —se rie mientras se seca las manos con el repasador—. Primero vamos por las verduras de la salsa. —Bien... Acá hay cebolla, zanahoria y morrón. —Ven que te enseño un truco para que no llores —las pela y las pasa por agua tibia. —¿Así de fácil?. —Sip. —me enseña a picar todo bien chiquito y como condimentar—. ¿Ponemos la mesa?. —Dale... Valentina... Nahuel... Vengan. —¿Qué pasa?. —Pongan la mesa que ya casi va a estar. —lo hacen sin decir nada y Sergio me mira sonriendo—. ¿Qué?. —Nada... Tienes una pizca maternal. —¿Qué? Nada que ver, solo los mandé a que pongan la mesa nada mas. —Pero no siempre hacen caso. —Lo hacen porque saben que no los voy a traer mas si no me obedecen. Comemos y ellos la pasan bien, le dicen todo el tiempo que está riquísimo y es verdad, nos comemos todo lo que preparó y yo que en un principio creí que iba a ser demasiado, mientras comíamos empecé a creer que no iba a alcanzar pero los cuatro quedamos muy satisfechos gracias a Dios. Después de la comida viene mi hermana a buscarlos y me quedo sola con Sergio, nos miramos y mi cuerpo tiembla, ¡mierda!, no sé que hacer, ni siquiera sé si hablar, y es peor cuando se acerca despacio. —¿Me puedo quedar?. —mi estómago se revuelve por eso. —Yo... —No voy hacer nada que no quieras... Me gustaría dormir no mas, ¿puedo?. —Si... Puedes. . .
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD