Morena.
Casi no puedo dormir al tenerlo a mi lado, cualquier cosa me hace alterar y ni hablar cuando alguna parte de su cuerpo desnudo me roza, porque muy descaradamente se sacó la ropa solo quedando en bóxer y así sin mas se acostó, miercales que en estos momentos deseo no ser una virgen miedosa y poder lanzarme a semejante hombre que tengo al lado mío, hasta repaso en mi mente como empezaría, primero me pondría de lado mirándolo, guiaría mi mano a su pecho marcado, luego bajaría al estómago aun mas marcado, si no me para bajaría mas hacia agarrarle el pene, no sé como es su tamaño porque no lo vi pero puedo decir que debe ser grande porque es un hombre inmenso de alto así que creo que las cosas deben estar proporcionadas como sus manos y pies, cierro los ojos imaginándome el resto, besándolo, recostándome en la cama, abrir las piernas haciéndole lugar, y gozar como nunca.
—More. —siento algo suave que se apoya en mi cara y algo caliente pegado a mi—. More despierta.
—¿Eh?. —abro los ojos y me esta abrazando casi arriba de mi cuerpo cubriéndome completa y me besa toda la cara.
—Tu celular acaba de sonar. ¿Trabajas?.
—Si, ¿qué hora es?.
—Las seis y media.
—Mierda. —me encantaría estirarme pero no me suelta—. Como odio levantarme temprano.
—Yo igual, y mas cuando estoy tan cómodo y calentito como estoy ahora. —mas me aprieta apoyando al cara en mi cara.
—Yo igual. —me friego en su cuerpo gimiendo de gusto por poder estirarme.
—Si sigues no voy a poder hacer de cuenta que no pasa nada.
—Perdón. —besa mi frente y al fin me suelta parándose.
—Vamos que ya preparo el desayuno.
—Ya voy. —me estiro toda gimiendo y él niega sin dejar de mirarme—. ¿Qué pasa?.
—Nada... Voy al baño. —cuando sale entro yo, me pongo un vestido de lanilla un poco mas por debajo de las rodillas, zapatillas deportivas blancas y un suéter que es cortito, a penas y me llega un poco mas arriba de los pechos pero me encanta—. Buenas, volví al fin.
—¿Así vas a ir vestida?. —sonríe mirándome de arriba a bajo poniéndome vergonzosa.
—Si, después tengo clases y hace calor... Esto de acá abajo es un vestido.
—Te queda lindo. —se muerde los labios sin dejar de recorrerme con la mirada—. Muy lindo.
—Gracias.
—Ven, vamos a comer algo antes de irnos.
—¿Sabes cocinar de todo?. —hay tostadas con huevos revueltos, té porque no tomo café entonces no puede preparar donde no hay, y unas frutas que tenia.
—Me manejo, pero esto no es cocinar nada. —termina de acomodar todo en la mesa con mucha destreza—. Tantos años viviendo solo en algún momento tenia que aprender.
—¿Nunca te juntaste?.
—Hace unos años estaba con una chica. —me mira de reojo, debe ser para ver que cara pongo pero es su pasado—. No funcionó.
—Uuuu que bajón.
—Si, ya no importa. —come mirándome—. ¿Has tenido algo con alguien?.
—Jamás, nunca estuve en pareja.
—Eso me alegra como no te das una idea. —me da risa y no sé porque—. ¿Porqué te ríes?.
—Me dio risa tu voz nada mas.
Comemos riéndonos de todo, me cae muy bien la verdad y no quiero ilusionarme con que quiere algo conmigo, no he estado con ningún hombre pero tampoco quiero que jueguen conmigo, sé que muchas veces solo quieren sexo solo para desahogarse porque está en la naturaleza humana el sexo, puedes contenerte pero luego hay que satisfacerlo y cuando no quieren nada serio buscan eso, el desahogo mientras a otras si la cortejan para algo serio, seria algo así como el pantalón que no da mas pero ruegas que aguante hasta que puedas comprarte uno nuevo y que te guste mas.
Me acompaña hasta el súper y no sé como reaccionar cuando me besa, ¿Así pretende que tenga un día normal? Todo el día pensando en su boca no me va a dejar hacer nada, pero eso a él no le importa y tampoco se lo digo, quedamos en que nos vamos a ver en la noche ya que vive del otro lado de la calle de mi departamento, cosa que me dejó mas que sorprendida.
Entro toda feliz por haber compartido varias horas con él de lo mas normal de la vida, y por la forma en la que me trata, eso me gusta más, es súper tierno y natural, es como que lo que hace es porque es así, no hace nada esperando a que me guste sino es que me muestra su lado y ver si así me gusta y está bien, yo debo hacer lo mismo así nos vamos conociendo, pasa la mañana en lo mismo de siempre, pero está vez estoy feliz del todo, mi sonrisa es gigante y le deseo un muy buen día a la gente que me trató muy mal en muchas ocasiones donde los tengo fichados.
—More. —me giro hacia Lucia cuando estoy en los casilleros buscando mi mochila así ya me voy.
—¿Cómo estas?. —nos damos un abrazo donde hacen días que no nos vemos donde no vivimos más juntas, no sé porque pero me río.
—¿Qué te pasa?.
—Estoy feliz nada mas, ¿Cómo estas? Hace tiempo que no hablamos.
—Es verdad, ¿Vas al colegio?.
—Sipi, ¿Vas para allá también?. —asiente mientras come un chicle—. Vamos entonces.
—Si, así de paso te cuento lo que te quería contar hace tiempo, ¿te acuerdas?.
—A si... Me había olvidado. —salimos despidiendo a todos—. ¿Y? ¿Qué es?.
—¿Viste el muchacho hermoso ese que siempre pasa por tu caja?.
—Si. —mi cuerpo comienza a temblar y ya sé que va a decir algo que no me va a gustar para nada.
—Me lo agarré More. —toda la felicidad que poseía se esfuma, es como que jamás la hubiera tenido—. Por Dios no sabes lo que fue. —se ríe tapando su cara—. Hace maravillas con la boca More, ¿y sus manos? Mierda que si me lo cruzara me lo llevo para que me de el mejor sexo de la vida otra vez.
—¿Hace... —me siento ahogar—. ¿Hace cuánto que pasó eso?.
—Hace mas de un mes, ¿Puedes creer que no lo he vuelto a ver? Pero me dejó... —pasa sus manos por su cuerpo como si tuviera electricidad—. Por Dios Morena es un demonio ese hombre.
—¡Ah! ¡Que bueno!.
—No he encontrado a nadie que se le iguale... Es un amante muy generoso.
—¿Cómo te va en los estudios?.
Ya no logro escuchar lo que hicieron en la cama, me da asco realmente y no quiero vomitar en medio de la calle ni que sepa que lo que dice me afecta, porque de que sabia que me gustaba lo sabia, una sola vez se lo dije y ya nunca más, solo la escuchaba cuando hablaba de él sin importarle lo que le había dicho.
Paso la tarde sin entender siquiera que día es, me ilusioné con alguien que no debía hacerlo por eso no quería mirar chicos, ¿para que después me hagan esto? Bueno, mas bien yo sola me lo hice, tendría que haberle insistido a Lu para que me lo contará cuando me dijo que me quería contar y esto no estaría pasando, no habría permitido que vaya a mi casa, menos que me dé un beso.
En la noche como donde mi hermana y mi cuñada, al final ella se hace cargo de los nenes mientras Shor esta internada, no he podido ir a ver a mi sobrino pero es lo primero que voy hacer mañana, la voy a ir a ver y desearle lo mejor para ella y su bebito, solo lo conozco por foto y eso me hace sentir una mala persona, es el hijo de mi hermano y ni siquiera le había mandado mensaje, que fría que soy muchas veces.
Maira me lleva a la casa porque ya es muy tarde para que ande sola en la calle, estoy buscando la llave del edificio cuando siento pasos acercándose, aprieto la mochila y me giro viéndolo venir hacia mi con una sonrisa gigante.
—Hola... Te estaba esperando. —me quiere dar un beso en la boca pero corro la cara haciendo que me lo dé en casi la oreja.
—¿Para qué me estabas esperando?. —frunce las cejas confundido.
—¿Estas bien? ¿Te pasó algo?.
—No pasó nada, solo te pregunté para que me esperabas.
—Traje comida. —levanta la bolsa riendo—. Hay que calentarla porque ya debe estar fría donde estoy hace rato esperándote.
—No puedo recibirte perdón. —me giro para abrir la puerta—. Otro día será.
—¿Morena qué pasa?.
—Nada en serio... Estoy muy cansada, mi día no fue el mejor y...
—Puedes contarme. —acaricia mi cara y eso me da un poquito de asco—. Te voy a escuchar.
—Y de verdad que quiero estar sola.
—Perdón no quería presionarte. —me quiere dar otro beso pero recuerdo las palabras de Lucia "Hace maravillas con su boca" y eso hace que gire la cara, me da un beso en la mejilla y suspira en mi cara—. ¿Fui muy rápido?.
—Nog. —mis lágrimas pican y no quiero llorar delante de él—. Me voy.
—Si. —se aleja y se queda ahí hasta que entro, corro por las escaleras llorando.
—Estúpida. —me tiro a la cama llorando aun mas—. Una terrible estúpida.
*****
Sergio.
Soy un idiota, fui muy rápido con ella haciéndola abrumar, carajo, hasta tenia cara de miedo cuando como un estúpido le insistía para quedarme, ¿Desde cuando soy así de insistente? A la primera que me dijeron que no, pegué media vuelta y chau, pero le veía la cara de pánico y seguía y seguía presionándola, tiro la comida a la mierda con ganas de darme una patada en el culo, ¿qué creía? Es solo una chica que vive sola y jamás tuvo novio ¿qué esperaba? ¿Que me deje entrar cada vez que se me ocurra?, mas vale que no, la presioné demasiado.
Me levanto con un humor de perro, no dormí en toda la maldita noche pensando en ella y en como hacer para acercarme y no asustarla, de verdad que quiero que sea mi mujer y no voy a dejarme vencer tan rápido, pero debo bajar varias revoluciones o en vez de acercarme y darle confianza lo que voy a lograr es que me ponga una denuncia y me tenga terror.
El trabajo es un sufrimiento constante ya que deseo que llegue la tarde para que ella venga a hacer sus practicas y poder verla y pedirle perdón por ser un apresurado, le voy a decir que vamos a ir a sus tiempos, que no voy a dar un solo paso si ella no me dice que lo haga pero que no me aleje.
—Ser... Ya llegaron.
—Voy. —mi sonrisa florece otra vez—. Ya estoy listo.
—¿Qué te pasa?.
—Nada. —salgo y de inmediato la busco con la mirada no encontrándola en ningún lado—. Vamos a formar los grupos de siempre.
—Ser. —miro a Moni alzando las cejas —Cambia la cara por favor, estas haciendo que todo estemos mal. —la miro sin decir nada y comienzo a caminar para comenzar con el trabajo, en eso la veo, casi escondida.
—Moni... Te toca pediatría.
—Bien... Vamos chicos. —se van y ella mira para otro lado.
—Síganme.
Pasamos la tarde así, yo intentando avanzar y ella alejándose, mierda que esto no me gusta nada, la estoy perdiendo y eso me hace doler como jamás me dolió nada, ayer avanzaba seguro de que podíamos tener algo y hoy sufro porque ni siquiera me sostiene la mirada.
Cuando termina su practica se van, me queda una hora mas para poder irme y no sé que hacer, recorro los pasillos buscando el área en la que tengo que revisar, voy a gineco obstetricia para ver a una paciente que tuvo problemas en el parto, entro a la sala y ahí está, cargando a un bebé mientras sonríe, ¿así se verá cuando sea mamá?.
—Disculpen. —me mira como enojada—. Venia a ver como te estas recuperando... Yo te atendí en guardia y me quedé preocupado.
—Estoy muy bien gracias... Sigo adolorida y cansada pero debe ser normal.
—Si. —no puedo dejar de mirarla—. Fue un parto muy complicado. —la miro sonriendo porque si que gritaba por los dolores de las contracciones—. Casi que no la cuentas.
—Es verdad. —ella se para y devuelve el bebé a su papá.
—Me tengo que ir... Cualquier cosa me llaman ¿si?.
—Tranquila More... Los nenes están con tu mamá.
—Bien... Nos vemos. —sale y me pican las manos por ir detrás de ella.
—Yo también me retiro. —la sigo por los pasillos hasta que llegamos a una parte de consultorios vacíos, la agarro del brazos y la entro.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué me agarras así?.
—Dime que hice mal. —muevo las manos con desespero donde deseo tocarla pero no puedo—. Por favor Morena, creí que estábamos bien.
—Lo estábamos.
—¿Entonces? Por favor me estas matando donde no me das una explicación de nada. —baja la mirada y le levanto la cara—. ¿Fuí muy rápido? ¿Te sentiste intimidada?.
—No, nada de eso.
—¿Entonces? Dime y lo soluciono pero háblame, no me esquives.
—Te acostaste con mi amiga. —me esperaba cualquier cosa menos eso—. Y yo respeto eso... Si alguna vez pensamos que podíamos tener algo ya no... Quedó en el olvido.
—Para... —se quiere ir pero me coloco adelante impidiendo que salga—. Espera no te vayas, ¿Quién es tu amiga?.
—Lucia.. La del supermercado.
—No tengo idea de quién es. —y es verdad, no sé de quién habla.
—Me dijo que se encontraron en un boliche y ahí se fueron. —intento recordar hasta que lo hago—. Ya no...
—Espera More. —mierda si, me acuerdo de esa noche—. Solo.. Solo fue una vez.
—Estuviste con mi amiga Sergio... No me voy a meter cuando ya lo hiciste con ella. —la suelto cuando comienza a llorar—. Ayer estaba delirando con tus besos luego viene ella y me dice... —cierra la ojos con fuerza—. Ya no puedo... No voy a lograr dejar de compararte con lo que ella me contó. ¿Y con qué cara la voy a mirar?.
—¿Sientes algo por mi?.
—Si.
—Entonces deja eso... No tiene importancia Morena.
—¿No la tiene?. —se seca las lágrimas con furia—. Te presento a un chico con el que me halla acostado y hazte amigo a ver si no la tiene.
Se va hecha una furia y yo quedo tildado sin saber que hacer, las lágrimas pican en mis ojos y no recuerdo jamás haber llorado por una mujer, carajo.
En mi casa reina el silencio, tengo absolutamente todo apagado, no quiero ver ni escuchar nada, no quiero que el recuerdo de su voz se me borre de la memoria, su perfume en mi nariz, su piel en mis manos, no quiero que nada de eso se me pierda, estoy pensando en eso y arrepintiéndome tanto de irme esa noche con ella chica todo por no tener las pelotas de encarar a Morena, pienso y pienso en eso hasta que me llama mi mamá.
—Hola.
—Hola mi amor, ¿Cómo estas?.
—¿Bien y ustedes?.
—Bien. —me quedo en silencio y me cubro los ojos como cuando no quieres que alguien te vea llorar—. ¿Qué pasa Ser?.
—Una chica eso pasa. —suspiro con fuerza intentando que las lágrimas no salgan, pero la voz me tiembla—. La perdí.
—¿De qué forma?.
—Hace un tiempo antes de siquiera hablarle me acosté con su amiga y ella se lo contó... Ahora no quiere nada conmigo mamá. —cuando ya no aguanto mas comienzo a llorar y la escucho que ella también lo hace—. ¿Qué mierda hago mamá? No quiere verme, me odia.
—¿La quieres?.
—Si, mucho.
—Pelea por ella Sergio. —no para de llorar donde me escucha a mi—. Si la amiga se lo contó no es amiga, ella debe estar confundida nada mas.
—No me siento capas mamá, ¿Y si me vuelve a decir que no quiere nada?.
—Prueba Ser... Prueba hijo, ve a buscarla y hablen como dos adultos.
—Ese es el problema.
—¿Es mas joven?.
—Tiene veintiuno.
—¿Y? No seas tonto Ser, si sale mal no era la mujer que necesitabas.
—Voy a ir. —me paro secándome las lágrimas y ella se ríe—. Gracias mamá.
—De nada... Espera, antes de que cortes. ¿Cuándo vienes?.
—En unas dos semanas.
—Bueno, te quiero.
—Yo igual.
—Avísame en que quedaron.
Me pongo las zapatillas y salgo a buscarla, me va a tener que escuchar quiera o no quiera lo va a tener que hacer porque fue antes de que nos habláramos, no debería estar pasando esto, sé que me equivoqué y fuí un completo cobarde pero nada mas puedo hacer, corro las cuadras que nos separan hasta llegar a su edificio, paro en seco en la puerta cuando justo un pibe la esta abrazando, ella se gira sonriendo y queda de piedra cuando me ve.
—Ser. —trago duro mirando al pendejo—. Él... Es un amigo.
—Hola. —le tiendo la mano y él me la da dudando—. Soy Sergio, el novio de Morena.
—¿No... ¿Novio?. —la mira dudando—. No sabia nada.
—Yo tampoco. —me acerco y abre gigante los ojos—. Ser que...
—Otro día hablamos. —la alzo en mi hombro y el pibe nos mira duro—. Nos vemos.
—Si... Chao More.
—No puede ser... Bájame Sergio ¿qué haces?.
—Ya vas a ver.
—¿Es qué estás loco?.
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