Aunque No Deba

Primera Parte - Capitulo 1. Nuestro Encuentro

El éxito de mi ultimo negocio es noticia mundial, una vez más he sido capaz de ver algo que nadie ha podido ver, y lo que parecía un tonto invento hecho por un joven genio; resulto en ganancias millonarias.  Las expectativas en cuando a lo que hare o a quien descubriré son cada vez mayores, el mundo empresarial cae rendido a mis pies y una vez más soy el invitado principal de un coctel donde todos buscan acercarse a Luka Serre para saber en que industria invertir o que productos tener en la mira para así poder hacer algo similar. Termino de acomodar mi americana frente al espejo y mi imagen va acorde a lo que la gente quiere ver en mi. Pantalón n***o, camisa blanca, americana negra, y zapatos haciendo juego; un estilo clásico y que nunca falla para este tipo de ocasiones. 

—¡Luka, date prisa!— Insiste mi hermano, quien es mi mano derecha, desde el salón de esta inmensa casa. 

Resoplo ante sus ansias y salgo de mi habitación después de asegurarme que llevo mi cartera y mi móvil —¡Eres insoportable cuando quieres!— Le digo a modo de broma y me mira serio.

—Es tu culpa, tardas más que una mujer...— Se queja al verme y mete su móvil al bolsillo. —¿Nos vamos?— Cuestiona. 

—Si, vamos... ya no te soporto.— Digo entre risas y sin más preámbulos salimos de la casa rumbo al recinto donde se lleva a cabo el coctel.

[...]

Los Ángeles y su caótico transito han hecho del camino uno más largo del que esperábamos, pero finalmente hemos llegado. Dante deja el auto en el valet parking, y solo es cuestión de caminar unos pocos pasos para poder entrar al salón de eventos ubicado dentro de uno de los hoteles más elegantes de la ciudad. Observo a mi alrededor, y las pantallas que cuelgan en diferentes partes del lugar, muestran el funcionamiento del ultimo producto lanzado al mercado. Es demasiado gratificante poder ver que algo por lo que has luchado tanto se convierta en una realidad.

—¡Luka, has llegado!— Exclama Juan con gran entusiasmo al verme.

—¡Muchas gracias por este coctel, realmente todo está increíble!— Le digo emocionado y le doy un leve abrazo de esos que son algo fríos pero sinceros. 

—Lo que te mereces, eres un visionario.— Dice sonriente y da un leve golpe en mi espalda.

—Todo esto es un trabajo en equipo, solo se trata de ver un poco más allá de lo evidente, y de verdad muchas gracias por este gran apoyo— Le agradezco con toda la sinceridad.

—Al contrario, gracias a ti por confiar en mi y en mi empresa para llevar a cabo la campaña de marketing de todos los productos— Me agradece y es que hace varios años que ellos son parte fundamental del funcionamiento de mi empresa, pero Juan ha tomado el puesto de su padre hace un poco más de un año y debo de admitir que está haciendo un trabajo increíble, entiende a la perfección la esencia de cada producto que se lanza al mercado. 

—Es un placer, por favor envíale saludos a tu padre y dile que se le echa de menos.— Le pido y se sonríe.

—Lo hare, ahora ve y disfruta de este coctel, ha venido mucha gente importante.— Me alienta.

—Gracias, pero lo primero que hare es ir por un trago.— Anuncio entre risas y miro a mi alrededor. —No sé donde se ha metido Dante, per vino conmigo.— Comento y él señala hacia una de las mesas altas.

—Esta con su otra mitad.— Bromea refiriéndose a Gerardo, uno de los diseñadores gráficos de la agencia de publicidad de él.

—Ya veo, ¡olvídate, yo no me meto en esa conversación!— Sentencio entre risas y voy hacia la barra mientras pienso que tal vez debería dejar que mi hermano fuera quien se encargara de todo lo relacionado al marketing, pero prefiero que sea quien se encargue de manejar otros asuntos. 

—¡Haces bien!— Le escucho gritarme y rio ante sus palabras.

Meterme en una conversación entre mi hermano y otro diseñador significaría no salir de allí, y está noche solo pretendo despejarme y divertirme un poco después de todo el estrés por el que he pasado.  

Una vez que llego a la barra, me paro frente a esta y apoyo mis brazos sobre el borde mientras espero que el bar tender me atienda —¿Qué te sirvo?— Me pregunta sin mirarme. 

—Un gin-tonic.— Le pido y el hombre de inmediato se pone a hacer su trabajo. 

—Aquí tienes— Me dice después de unos cuantos minutos y yo tan solo asiento.

—¡Gracias!— Respondo y simplemente me quedo aquí unos momentos disfrutando de la bebida. 

—Un gusto.— Dice él y me doy la vuelta para apoyar mi espalda sobre la barra y tomar mi trago con calma. 

Muchos de los invitados se acercan de a poco a saludarme, hasta que me encuentro con Facundo, él es quien siempre se reúne conmigo y Fernanda, mi jefa de prensa, para organizar las fechas de las entrevistas y demás cosas. 

—¿Qué tal ha ido todo?— Le digo después de saludarlo.

—Todo va sobre ruedas, ocupados en la oficina, pero genial.— Anuncia y dejo de prestarle atención a lo que me dice, cuando una mujer de figura deslumbrante, pelo largo oscuro, piel color marfil, y unos ojos increíblemente deslumbrantes color esmeralda hace contacto visual conmigo. Ese vestido color blanco hace justicia a cada una de sus curvas y mi ser siente la necesidad extrema de saber su nombre —Ya regreso.— Le digo a Facundo.

—Luka, espera.— Me dice sujetando mi brazo.

—¿Qué?— Pregunto sin apartar mi mirada de ella.

—Ten cuidado con ella.— Advierte y ahora si tiene mi atención.

—¿Por qué?— Le pregunto, pero justo cuando va a responderme, una mujer viene y lo besa para luego arrastrarlo hasta la pista de baile. 

Olvidándome de las palabras de Facundo, camino hacia ella quien no aparta su mirada de mí. —Hola.— Le digo cuando estoy a menos de tres pasos de ese deslumbrante rostro.

—Hola, ¿Qué tal va la noche?— Me pregunta con una sonrisa que me desprende tanta sensualidad que me atrae inevitablemente.

—Muy bien, ¿y tú? Un gusto, soy Luka.— Me presento sonando como un idiota y le ofrezco mi mano.

—Sé muy bien quién eres.— Responde entre risas y estrecha su mano con la mía. —Aria Favreu.— Dice y vaya que ese nombre le queda de maravilla.

—Un gusto Aria, ¿bebes algo conmigo?— Le pregunto sin rodeos y ella encoje sus hombros.

—No veo por qué no.— Responde y sin más caminamos hacia una de las mesas que hay en medio de este salón.  La miro fijamente a esos ojos únicos que posee y siento que podría perderme en ellos, y es así como siento está enorme necesidad de saber quién es esta mujer.