Melodía

2688 Words
C A P Í T U L O C U A R E N T A Y C U A T R O: Taylor. Ser realista. Miraba el techo de la habitación de Hades, pensando en lo mucho que en un par de meses mi vida habría cambiado de manera rápida, en realidad, todos y cada uno de los cambios que mi vida tuvo, no pensé que pudieran suceder. Antes, creía que yo era quien tenía el control de mi vida, habría estado demasiado equivocada, porque no era así. Quizá la abuela, tenía razón, la vida cambiaba, constantemente, la vida era un constante cambio, cómo la luna. Cambiábamos constantemente, como los ciclos de la luna, quizá, cambiábamos con ella. Me giré un poco, para notar que Hades estaba dormido, le habría dicho sobre irme a mi casa, pero al estar esta sola, mencionó, que podríamos hacernos compañía. De igual modo, estaba un poco ebria cómo para negarme, es decir, estaba más inmersa en el hecho del que, Hades me habría hecho sentir el placer de manera irracional en la habitación de Samara. Recordar eso hacía que mis mejillas se enrojecieran de manera irracional, al final del día, era bastante gracioso pensar y creer un poco más en ello. Quizá habría sido demasiado el tiempo en el que me habría negado a creer lo que sentía por él, que ahora, que en realidad, habría tenido todo esto justo frente a mis ojos, no sabía como reaccionar. ¿Cómo se supone que hablaría con él? El alcohol dentro de mi cuerpo ya se habría disipado, por lo cuál el valor de aquella mujer que le miraba con deseo en casa de Samara, se habría esfumado, ahora era una persona que se llenaba de dudas, quizá, no del que sentía. Pero, habría pasado demasiado tiempo peleando con Hades, que ahora que nos habríamos besado—de nuevo—no sabía cómo es que podía mirarle a los ojos, no sabía cómo podía verle a los ojos y negar, que todo lo que sentía era real. Me terminé por levantar de la cama de Hades, con cuidado y con lentitud, para no despertarlo, mientras que dentro de mi cabeza podía sentir aquel zumbido que me atormentaba, era curioso, puesto que… En realidad, habría sido un poco más allá de ello, más allá de todo. Terminé por caminar en dirección en la terraza, pensaba mucho en lo que sería el futuro, aunque, no me interesaba mucho el futuro. Apenas el aire llegó a mi rostro, aquel toque de realidad lo hizo también, pero, no me sentía culpable, ni arrepentida, me sentía bien. ¿En qué momento habría comenzado todo esto? Quería saber, quería saber con un poco más de claridad cuando fue que todo comenzó… FLASHBACK —Si te parece sensato, no le diré—, Mencionó entre risas Katina—. Pensé que estabas de acuerdo. —¿Cómo podría estar de acuerdo Katina? —, Le reclamé enojada—. ¿Por qué le diste eso? —, Chillé. Ella rodó los ojos, cansada de mi histeria, anoche, habríamos bebido de nuevo en su casa, pensando en aquello que sería el futuro, ella estaba ansiosa por saber que sería de aquellas predicciones que hacía, quizá habría sido por ello que habría mandado la… —Si no querías que se la diera, no debiste escribirle—, Me frenó, no pude evitar bufar enojada—. Vamos, Taylor, es divertido. Además no la firmaste, ¿O sí? Con aquel ultimo comentario, terminé por abrir mis ojos a par, para terminar cerrándolos con una mueca en mis labios, bastante marcada. Era una tonta. —Diablos, ¿Por qué firmaste la carta? Si era una broma Taylor, ¿Cómo es que lo hiciste? —, dijo con un toque de desesperación—. Estábamos jugando, ¿Lo tomaste enserio? —Qué se yo, no lo recuerdo—, dije dejándome caer en la silla, con pesadez—. Tú, ¿Por qué lo hiciste? Te lo confié. —Pues, parece que no debiste—, mencionó mirando en dirección de Hades—. Quizá podamos sacar la carta de su mochila sin que se de cuenta. —Si claro… —De igual modo, de alguna forma entro, ¿No lo has pensado? —, Me dijo, para analizar en su dirección—. Solo necesito pensar. Esperaba que pensará un poco más rápido, talle mi rostro con un poco de frustración, de verdad, no pensé, ni esperaba que ella terminará por mandar aquella carta. No sabía que era lo que sentía por Hades, quizá era coraje, o el hecho de que en aquella fiesta habría pasado demasiado tiempo mirando en su dirección, con alcohol, agitando mis ideas. Quizá me gustaba un poco… Pero, era más el modo el que el me terminaba por hacer enfurecer, no podía gustarme, pero… ¿Por qué cada que miraba en su drección me sentía más confundida al respecto? ¿Por qué no podía entender con claridad que era lo que sentía? —Solo déjame pensar en un plan, preciosa—. Dijo mirando hacía él—. Más, ya no me vuelvas a hacer enojar, se supone que sería algo gracioso. Katina era increíble, pero también podía ser una espinilla en el… En realidad, las personas no querrían tener a Katina de enemiga, ella podría ser bastante cruel e hiriente si así lo deseaba. —Tienes que arreglarlo. —Y tú, en algún momento, tienes que admitir que estás enamorada. —Se que estoy enamorada, ahora saca la puta carta de su mochila—. Me quejé a lo que ella rodó los ojos. Fin del flashback Siempre habría podido mirar en dirección de Hades a pesar de sentir las cosas que sentía, supongo que siempre tuve las cosas demasiado claras, pero me mantenía callada, porque… Era mucho más sencillo estar en silencio, que pasar el día preguntándome, ¿Qué era lo que sucedía? Rompí el silencio. Lo que sucedió con la carta, eso si fue gracioso, Katina y yo terminamos ideando un plan, mismo por el cual, estuvo Hades enojado conmigo por semanas. Sentí mi celular vibrar, a lo que le miré de reojo. “Feliz navidad, escuché que alguien la paso muy bien” Apenas releí el mensaje, sentí un poco la bilis creciendo por mi estómago, cruzando por mi garganta, sabía que habría sido demasiado detalle de parte del anónimo manteniéndose lejos pero… “Así que, ahora Miranda no solo son hermanas por elección, sino también de leche, asquerosas”. Fruncí la nariz, un poco asqueada ante la guarrada que habría dicho, hasta que recaí en cuenta, ¿Cómo es que sabía eso? Miré hacía mi alrededor, notando que en lo alto del edificio, al poder ver tanto, era imposible que alguien nos estuviera observando, aunque, de lo que hablaba, habría sido ayer, y en casa de Samara, así que saber, si en realidad habría visto algo, era un poco más difícil de lo que parecía. Aunque en realidad… Si lo pensaba con un poco más de atención, era a la suerte, un tanteo. Habrían tirado una moneda al aire, habrían estado lanzando monedas al aire, con todos y cada uno de los detalles de los mensajes que enviaban, era curioso, pero ahora que lo tenía todo, un poco más claro, las dudas dejaban de estar en mi cuerpo respecto a lo demás. “Siempre hay que ser más unidas, feliz navidad ;)” Sonreí de lado, para acercarme un poco más al borde, mirando la ciudad, después de que envíe el mensaje, me di cuenta de todo el tiempo perdido por el miedo. Miedo, era una adulta, que seguía dejando que los miedos le consumieran, eso era tonto, ¿Cómo podría ir por ahí dejando que eso sucediera? —Despertaste temprano—, Mencionó Hades, adentrándose al balcón—. ¿Dormiste si quiera? —Sí, pero, es bonito ver el cielo, ¿No? —, Pregunté, para regresar a mirar hacía el frente—, Muy bonito. El se colocó a un lado de mí, esta vez, no tenía miedos, no tenía dudas, me habría dado cuenta, que el tiempo sería el que definiera lo demás, quizá las cosas entre nosotros eran un poco más complicadas de lo que habría pensado que podrían ser, tomé un poco de aire, para después suspirar. —Anoche dijiste algo muy curioso, particular—, Mencionó, a lo que le miré de reojo—, Cuando fui a tu casa, ¿Qué fue lo que paso? —¿Lo que paso? —, Pregunté, sin verle. —Sí, quizá lo dijiste por el calor del momento, o quizá si sucedió—, mencionó, terminé por mirarle por completo, esperando que prosiguiera, así lo hizo—. ¿Qué fue lo que sucedió aquella noche? Lo pensé, podría decirle que nuestro primer beso, ni siquiera podría haberlo recordado, que estaba demasiado ebrio, y que en realidad, habría llegado plocámando que no habría olvidado nada, de lo que habría sido el primer intento de beso. Quizá pude haberlo dicho, pero no lo hice. Quizá era, que durante muchas ocasiones, entre nosotros, habríamos intentado acercarnos, con intentos de besos, o cosas parecidas, quizá era, porque este, no era nuestro primer beso. Recordaba que habría sido aquella noche, habrían muchos secretos que habríamos mantenido a lo lejos de los demás, inclusive en algunas ocasiones, parecía que dichos secretos, queríamos mantenerlos lejos, incluso de nosotros. Era curioso, pero, quizá habría sido demasiado el tiempo que habríamos pasado intentando cambiar un poco nuestra realidad, cambiando un poco la vida, pero no habría nada que pudiera cambiar, ni él ni yo. Quizá nuestra historia habría sido escrita de un modo en el que yo no lo entendía, un modo en el que el tampoco lo hacía, pero estaba bien. —No paso nada—, Le dije, sonriéndole de lado—. Sí, era yo, queriéndote molestar—. Mentí. Pero, no porque quisiera olvidar aquel beso, porque en realidad, era lo menos que quería, sino, que era porque estaba tan centrada en esperar, que todo lo que alguna vez quise con él, funcionará ahora. Quizá me habría centrado demasiado en ello, en la vida que podríamos haber tenido, si no hubiéramos callado. Anoche el me dijo, que habría sido real lo que le dijo a su madre. Era curioso, porque, habríamos intentando mantenerlos lejos desde hacía tanto tiempo, que me sorprendía, que aún, después de tanto tiempo, ambos sintiéramos por el otro, me parecía increíble, que a pesar de que nosotros intentábamos mantenernos lejos, el destino era el que nos volvía a acercar, ¿No es gracioso? A veces la vida funcionaba de maneras extrañas, a veces, la vida era capaz de hacer que todo fuera diferente. Y eso me gustaba. —¿Estás segura? —, preguntó, a lo que asentí. —Pues, habrías estado perdiendo tu tiempo—, mencionó con tranquilidad mirando hacía el frente—. No me habría molestado. Solté una risa ¿Podría haber sido que ambos habríamos sido demasiado ciegos por más tiempo del que pudiéramos admitir? No lo sabía, quizá habría estado demasiado centrada en lo que sería una vida irreal, que ahora, estaba más consciente, que lo que habría sido la realidad, era mucho más diferente. —¿Por qué no? —Porque habría hecho algo que quería hacer antes—, menciono con tranquilidad, para pausar por unos segundos—. Es extraño. —¿El que? Se quedó callado por lo que fueron largos segundos, podía darme cuenta que en realidad analizaba lo que tendría por decirme, ¿Sería acaso que no quería hacer que esto fuera incómodo? Había una cosa que debía decir, no era fácil, pero sabía que esto era un poco más allá, el me hacía enloquecer, sus silencios, aquellas miradas. Es curioso, ¿Cómo es que pasas de odiar a una persona a amarla? No lo sabía. Quizá era una de las dudas que estaba plasmada con más fuerza que otras dentro de mí, era extraño, cada cosa que pasaba frente a mí, era un poco más extraña que la anterior. —Es extraño, he pasado toda mi vida peleando contigo, cómo si fuera lo único que pudiera hacer—, señaló, a lo que sonreí de lado—. Es aquello que hemos hecho por años, desde que tengo memoria. Y tenía la misma memoria, los mismos recuerdos, no podía recordar un solo momento en el que nosotros habríamos tenido un trato amable hacía el otro. —Ajá… —Y ahora, desde hace un tiempo para atrás… Es difícil seguir el mismo ritmo…Pensé. —Es difícil creer, que ahora no es lo que quiero hacer—, confesó. Sonreí de lado, tampoco quería hacerlo, habría desaprovechado demasiadas oportunidades que se me habrían colocado en frente, porque no quería hacerlo. Pelear con el en algún punto, habría sido bastante divertido, pero, ahora, que habría crecido y que el tiempo habría pasado, me daba cuenta, que no era lo mismo. —¿Desde cuando te sientes así? —, pregunté, a lo que él me miró con confusión—. Lo sentí igual, no te he discutido cómo solía hacerlo… Y era raro, porque parecía ser aquello que nos definía, parecía ser aquello que habría tomado el control y el transcurso de absolutamente todo. ¿Cómo habría sido que llegamos a este punto? ¿Cómo es que ninguno de los dos habría mencionado esto antes? Supongo, que a veces el destino, la vida, y todo lo demás, actuaba de maneras misteriosas, supongo que a veces… A veces, no nos damos cuenta de lo que pasa, por miedo. ¿Cómo llegué aquí? No lo sabía. Siempre me habría proclamado de aquella parte de la población que no tenía corazón al cual herir, yendo por la vida, jurando, que no tenía corazón. Pero no era cierto, quizá, el ver sus ojos, fue lo que me genero aquella duda, aquello que me hizo darme cuenta, que habría sido un pequeño y fino hilo el que habría cambiado absolutamente todo… Así que, ahora me encontraba aquí, dándome cuenta, que habría sido demasiado ciega. Quizá pase demasiado tiempo de la vida intentando escapar de aquello que se me habría colocado en frente en más de una ocasión, quizá aquel resplandor me cegó, pero no había nada que pudiera cambiar, estaba segura que lo que sucedía, sería un poco más... Quizá era yo, quien miraba en su dirección y se daba cuenta, que todo habría cambiado, quizá, lo habría hecho desde hace demasiado tiempo. Y era él, por quién yo habría terminado por sentir. ¿No es gracioso? Siempre creí que yo nunca sentiría nada por nadie, porque me habrían roto el corazón tantas veces, personas cercanas, ni siquiera un amor cursi, romántico, que me habría negado a la idea de, en algun momento en realidad ser yo quien sintiera, por un sólo segundo por alguien más, ¿No es gracioso? No existia nada que me hiciera sentir, aquellas emociones que sentía cuando le miraba, era irreal, estaba extasiada, era cómo escuchar el son de las cuerdas de la guitarra, tocando mi melodía favorita, y eso, sin duda alguna, se sentía, tan especial, se sentía... Tan especial, poder aceptar, que todo esto, era en realidad, lo mejor que habría sentido, Sin miedos, sin dudas. —Quizá desde que volviste, ya no habría sido igual—, encogió los hombros—, Quizá dejo de serlo desde hace demasiado tiempo. ¿No es gracioso? Pase la mayor parte de mi vida, diciendo que no creía en el amor. Pase la mayor parte de mi vida viendo cómo a las personas que querían les rompían el corazón, y ahora, era mi corazón, el que sentía cosas que creyó que nunca sería capaz de sentir. Ahora, era yo, quien, tenía que aceptar, tontamente, que el corazón no solo era un musculo, un musculo apenas del tamaño de un puño, que bombeaba sangre. Ahora era yo, quien tenía que aceptar eso, porque tontamente, fui yo, quien se enamoró.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD