C A P Í T U L O C U A R E N T A Y C I N C O:
Taylor.
Son días interesantes los que nos cambian los días, las horas, los momentos, todo.
Luke era mi gran amigo, de aquellas personas que hacen que cambien los días de tristes a buenos, con el nunca perdí contacto—más eso no se lo dije a Miranda—era de aquellas personas que siempre sabían qué decir.
—Así que, ¿Tu odio hacia Hades desapareció?—, preguntó a lo que arquee mi ceja—, siempre lo odiaste—. Señaló.
—Odiar es un verbo fuerte—. Confesé para suspirar—. Quizá nunca fue oído.
F l a s h b a c k
—Él está ahí. Iré a hablar con él y tú tomas la carta—. Dijo Katina—. ¿Bien?
—¿Por qué si tú le diste la carta yo la tengo que sacar?—. Pregunté con mis cejas arqueadas—. Deberías de ser tú.
—¿Quieres ir tú y hablarle sobre el gran amor que le profesaste en aquella carta?—. Arqueó su ceja—. Así nos dejamos de jueguitos tontos.
—¿Qué hacen?—. Preguntó Paula con tranquilidad.
—No te incumbe—. Dijo con cinismo Katina—, ¿Y bien Taylor?
—No es nada Pau—, suavice para ver a Katina—. Y bien, anda.
Ella sonrió victoriosa para comenzar a caminar hacia Hades, mire de reojo a Paula, como su sonrisa se hacía menor a cómo se encontraba hace unos segundos.
—Hubo un problema nada personal. Te veo luego Pau—, dije dejando un beso en su mejilla, para caminar hacia los vestidores.
Cuando, ¿Sería prudente decirle algo a Hades? No, quizá era solo el sentimiento que me encantaban las canciones de Taylor Swift, y esperaba tener que identificar me con una de sus canciones, busqué con la mirada su casillero, Katina me dijo el número.
Apenas lo abrí, con cuidado con los números que Katina mencionó que le pasó Marcus, le abrí. Quizá era mucho el sentimiento de nervios, que sentía que mis manos temblaban de una manera completamente irracional, habría perdido ya la cabeza, me encontraba bastante loca con ello, con todo.
Apenas abrí su mochila, saqué la carta, leyendo un poco.
Hades.
Peleamos la mayor parte del tiempo, ¿Lo has notado? Creo que estoy perdiendo la cordura como para pensar esto. Si quiera para escribirte una carta, le dijiste a James que el amor era una mierda, creo lo mismo, pero creo que hay cosas que quisiera decirte.
—¿Eres una acosadora Taylor?—, preguntó con burla Hades, sentí como mi sangre bajaba a mis pies—. ¿Que haces aquí?
—No seas entrometido.
—Estas en mi casillero—, cerró la puerta de golpe a lo que me sobresalté—, con mi mochila abierta, creo que la metida es otra.
Rodé los ojos. Aunque sabía que él estaba en lo cierto, me giré escondiendo la carta detrás de mi espalda, con las manos temblorosas.
Le miré alzando el mentón, con mirada completamente desafiante, sin embargo me sentía demasiado perdida.
—¿Que sacaste de mi mochila Taylor?
—Nada.
Sus manos sujetaron mis manos, colocando estas sobre mi cabeza, dejando a la vista aquella carta, sentí como mi piel se erizaba, mis ojos miraron hacia otra parte, con una sola mano tomó mis muñecas, mientras que con la otra tomo aquella carta.
—¡Hades ya! ¡Déjale!—, grité con desesperación, pero ignoro mis súplicas, miraba mis ojos con diversión—. ¡No te incumbe!
—¿Ibas a dejarle en mi mochila? ¿Me estás profesando tu amor?—, se mofó a lo que sentí como mis mejillas se enrojecían—. ¿me amas Taylor?
Solté una risa, pero los nervios florecían dentro de mi. Noté como Luke entraba al vestidor, silenciosa, le señale la carta discretamente y ella asintió.
—¿Enamórame de un idiota? Hades, esto no son las historias cursis de los libros—, señale con burla—. Y tú y yo jamás podríamos ser algo.
Y aquella carta fue arrebatada de la mano de Hades por Luke, en su sorpresa Hades me soltó, a lo que respiré aliviada.
—Parece que has perdido de nuevo Hades—, me mofe—. Cuidado, te acostumbrarás al sabor del fracaso.
F I N D E L F L A S H B A C K
—Así que, siempre has estado enamorada de él—, sentenció—. ¿Él sabe que viniste conmigo aquí?
Me quedé callada, no creía que tuviera que contarle y avisarle de cada uno de los movimientos que hiciera, así que no se lo habría mencionado.
Supongo que habría sido larga la espera en la cual habría sido todo esto. Por un poco de tiempo, creí que esto sería diferente.
—No.
—Sabes Tay. Quisiera darte de consejo que no te involucres en cosas que te puedan traer problemas—. Mencionó—. Hay personas malas en el mundo.
—Lo sé…
—Va más allá de ello, Taylor—, se inclinó hacia mí para verme con las cejas hacia arriba—. Solo ten cuidado con lo que haces, podría ser que un día las cosas sean malas.
—Estas exagerando…
—No lo hago. Solo ten en cuenta que la vida es mucho más allá de lo que tú crees—. Respondió con una mueca—. En el mundo hay personas malas, muy malas. Y seguramente alguien en el mundo está esperando atacar.
No encontré en las cosas que me decía un mal, pero habían cosas curiosas. Sabía que había muchas cosas que sucedían, pero jamás imaginé, que aquello que dolería, la tendría más cerca, de lo que creía que podrían estar.
—Cuídate. Solo cuídate.