p í t u l o c u a r e n t a y s e i s
Hades.
Curiosamente, Taylor parecía tranquila. Creí que los días después de la muerte de su abuela serían pesados, las semanas, pero parecía un poco menos dolorida de lo que creí.
Aunque,sabía que había vivido su propio duelo.
—En unos días tendrás que decirle a una de ellas que no pueden ir juntas a Milán—. Mencionó Greta dejando un par de papeles sobre el escritorio—. Pelearan.
—No lo harán.
—Sabes que Miranda tenía aquel puesto en Milán. Pero llegó Taylor—, mencionó borde—. Estoy sorprendida por el talento de Taylor, no te lo negaré, mi abuelo miró un potencial dentro de ella y dio justo en el clavo.
Siempre daba en el clavo el Sr. Cameron con las modelos que contrataba, siempre habría sido bastante bueno.
—La cosa es, Sr. Grey, que debes de tomar una decisión pronto—. Mencionó arqueando una de sus cejas—. A una de ellas le romperás el corazón.
—No. Encontraré un modo de llevar a ambas a Milán—, sentencié—. No puedo seleccionar solo a una.
—Porque tu elección sería bastante obvia.
Taylor.
Sabía de Milán, que había posibilidades de que solo fuera una, pero Hades habría mencionado de intentar llevarnos a ambas, y lo apreciaba. Pero no quería ser quien le quitara eso a Miranda. Baje mi mano, para girarme sobre mis talones, caminando hacia otra parte, sin embargo, sentí como una mano se posaba en mi hombro, deteniéndome.
—Creí que tenías que hablar de algo, con Hades. De urgencia—, dijo James, sonreí forzadamente—. ¿Qué pasa?
—Nada pasa. Está bien—, dije para mirar hacia otra parte.
Ir a Milán era la oportunidad más grande de mi vida hasta el día de hoy, conocía a los ejecutivos quienes habrían mencionado que podría ser yo quien saliera rumbo con ellos, pero…
Ahora no estaba tan segura de ello.
—¿Qué piensas?—. Pregunto con una mueca.
Negué para salir de su campo de visión, necesitaba hablar con Nelly.
Ella era mi punto de confianza, mi punto seguro y si algo salía de los labios de ella, yo tomaría fe a qué eso era lo que debía de hacer.
—¿A dónde vas Tay?
—¿Puedes decirle a Hades que tuve que salir? ¡Gracias!
Y es curiosa la forma en la que el modo de mi corazón se aceleró, camine con rapidez hacia el elevador, presionando de manera repetida el botón del elevador.
Interés.
Estaba interesada en saber que sería mi realidad, no quería que mi vida tuviera que ser un desastre por una pasarela, Miranda era mi mejor amiga y quería que fuera por el resto de mi vida.
Quizá era momento de quitarme del medio, así podría ir ella a Milán, las puertas se abren con constancia cuando en realidad es para ti.
Apenas salí del edificio camine hacia la calle, y es curioso como la vida pasa de manera repentina en frente de tus ojos, y en un parpadeo todo cambia de manera repentina.
Y un día simplemente despiertas y te das cuenta que todo a cambiado.
Sentí como me jalaban del brazo de manera brusca—muy brusca—haciendo que chocará con el cuerpo de un hombre.
Bang, bang.
Las palabras de Luke me resonaron en la cabeza como un disparo, justo cuando… también un disparo resonó por toda la cuadra.
La pérdida de cordura es rápida, al igual que la pérdida de conciencia, simplemente un día despiertas y te das cuenta…
Que no hay mucho que puedas hacer para que lo demás, regresé al comienzo.
Hades.
—Creo que estás tomando las cosas de una manera muy injusta, las cosas siempre han sido claras—. Añadí—. No mezclo el amor con el trabajo.
—Se que no. Pero no puedes negar que la idea a pasado por tu cabeza ya, tienes en mente a quien enviaras.
—Soy consciente de las capacidades que tengo como persona—. Mencione a lo que ella rodó los ojos—. Sabes perfectamente el porqué tu abuelo dejó que liderara la empresa.
—¿A ciencia cierta? No. Esta vez, te has involucrado con una modelo—. Puntualizó a lo que le miré con cierto recelo—. No terminará bien.
—¿No fue así como se conocieron tus abuelos—. Le recordé.
Ella miró hacia arriba, y una sonrisa sin gracia salió de sus labios.
—La abuela amaba su carrera de modelo, pero hubo una cosa que no siempre fue capaz de tolerar y soportar.
—¿El que?
—Los rumores—, me dijo con una mueca—. Cuando estos te llenan la vida, no hay mucho que puedas hacer al respecto.
Exageraba. Sabía que los rumores no la podrían consumir del modo en el que ella lo hacía parecer, no era real que en un día para otro la vida de ella…
—¿La amas?
—Greta…
—Sí la amas. Tomas la decisión, no dudas, no titubeas—. Se inclinó hacia mí, no pude evitar mirarle con confusión—. O la amas, o no. Porque a partir de ahora, será una guerra con los medios de comunicación, y no podrás soltarla.
Lo que sentía por Taylor, no eran del tipo de cosas o sentimientos que nacían de un día para otro—no del todo—porque antes de darme cuenta, ella ya se me habría metido por las entrañas. Por todo mi ser.
Antes de poder responder algo la puerta se abrió de golpe, mi mirada se dirigió con desespero hacia esta, en donde se encontraba Zoé, sus ojos mostraban desesperación, y sus manos estaban tan temblorosas, que apostaría que habría bebido más energizantes de los que el cuerpo humano era capaz de tolerar.
Es curioso eso, más no imposible, el como todo cambia de manera radical.
Es curiosa la forma en la que el corazón puede dejar de latir de una manera extrema.
—Taylor sufrió un accidente.