Mikkael y Taína observaban la flor con curiosidad, sobre todo ella que estaba ansiosa por tener la oportunidad de revisar aquella pequeña bolsita que ahora pesaba en su mano.
Estaban en su hogar, Taína estaba ansiosa y quería disimularlo.
-Mikka, ¿Crees que puedas prepararme un té? - él la miró y asintió para luego fruncir el ceño.
-¿Estás segura de que te sientes bien?- preguntó a lo que ella le regaló una sonrisa.
-Claro, mi amor. Voy… Al baño, ¿Bueno?- dijo acercándose a la habitación que compartían.
Veía la pequeña bolsa sobre el lavamanos y Taína recostó la espalda en la fría pared al frente. Ella pensaba en Mikkael. En lo especial que siempre fue y en la manera tan absurda que se conocieron. Ahora ella sabía que estaba todo escrito, que era la forma única en la que las cosas pasarían.
Ella respiró hondo con humedad en sus ojos recordando el pasado como si no hubiese sido hace tantos años.
FLASH BACK
-Soy Mikkael, como ya sabes, y bien pues... qué soy es una buena pregunta. Athair, el Padre, o como muchos lo conocen, Dios, tiene algo que ver en esto- Admiró la mirada absorta de Taína en él, totalmente abierta a toda esta explicación que estaba recibiendo- Sé que te puede parecer algo loco pero, por favor, no te cierres porque, en el fondo de tu corazón sabes que es real-Mikkael carraspeó empezando a explicar- Cuando Athair creó la Tierra necesitaba la mano de sus hijos más fuertes para que lo ayudaran a mantener a Diabhal, o el Diablo, como se conoce hoy día, a raya. Laochra, era el nombre que recibimos en ese momento los Guerreros Celestiales que fuimos designados a proteger la Tierra de la mano de Athair. 5 fueron los originales: Athon: Encargado de la protección de los humanos, él cuida el hecho de que nunca sean mayores las muertes que los nacimientos y que los humanos no dejen de existir por la violencia con la que se enfrentan a diario. Nassim: Protege la naturaleza que rodea la Tierra, los desastres naturales que se cobran las vidas justas y no más, animales y criaturas que, de no estar, podría hacer desaparecer la humanidad totalmente . Thaer: Cuida del mundo espiritual, espíritus que no avanzan al otro plano y es el mentor de los Onekyh, nuestros hermanos protectores, creo que los llaman "ángel guardián". -murmuró-Shazse: El amor, el respeto, los valores humanos que Athair desea que se sigan transmitiendo y Lasha: Protectora del mundo sobrenatural, criaturas oscuras y de luz que rodean a los humanos bajo cuerda, eran los primeros habitantes de la Tierra pero, al llegar los humanos, Athair, en consenso con ellos, les permitió a sus guerreros seguir con vida y llevar su magia de generación en generación si se mantenían apartados y no perseguían a sus hijos. Por supuesto no todos siguieron esta regla y se mantienen ocultos cazando humanos. Soy hijo de Lasha y Thaer, dos originales. Soy Laochra por descendencia y conmigo llevo el cargo que me dio Athair: llevar a los espíritus a donde pertenecen, y a los no-muertos rebeldes acabarlos.- Mikkael tomó aire, dándole unos minutos a Taína para procesar todo y no dejó de rogarle a Athair que ella lo entendiera
-Ok... Está bien. - dijo ella con la vista perdida y arrastrando las palabras-¿Quieres decir que Dios y el Diablo son reales? ¿Y tú de qué lado estás?- Mikkael negó con la cabeza
-No haz entendido: no hay lados. Diabhal es, realmente, el hermano pequeño y travieso de Athair, simplemente está a cargo del Holle. Los pecados son cometidos por los humanos porque Padre les dio libre albedrío y total libertad en sus actos. El Cielo existe, me consta, ahí nací, pero el Infierno que te han enseñado no es realmente así, no completamente. Está el Caisleán, donde son castigados los demonios y criaturas rebeldes, no humanos. Estos son juzgados por sus actos en la Cúirt, luego de dejar su cuerpo terrenal. Ahí se decide si continúa en el Cielo por la eternidad, si va al Holle con las demás criaturas a cumplir condena o si es condenado devuelta a la Tierra a pagar sus pecados.
Taína saboreó cada palabra salida de la boca de aquel extraño de ojos felinos que se encontraba frente a ella, definitivamente él no era humano, eso estaba claro, no solo por su espectacular físico, sino por esa vibra que transmitía de perfección y oscuridad, algo extraño para ser un ser celestial pero, ¿qué era normal en su vida realmente? Ante sus ojos se abría un nuevo mundo lleno de las más grandes fantasías del ser humano que, viendo todo con ojo critico dejaba como moraleja el hecho de que la curiosidad mató al gato. Tanto conocimiento la colocaba en situación de peligro y de eso ella no estaba exenta. Pero debía haber un por qué. ¿Por qué un ser tan poderoso como Mikkael se presentaría y revelaría tal información a una simple humana? Y la verdad se reveló en una piel erizada y un murmullo en su cabeza: Tú no eres humana.
FIN DE EL FLASH BACK
Tragó grueso. Todo era por él.
-Mi amor, aquí está el té- dijo él sobresaltándola al golpear la puerta.
-¡Ahí voy!- gritó con una mano sobre la garganta.
>-Puedes decirme qué soy yo?-Dijo en un murmullo y mirando hacía el piso, sabía que, de ser todo esto falso, tal pregunta la tachaba como loca insegura.
-Antes de eso, te mostraré algo…-Reflejos de Mikkael en su vida…
-Eras tú…..- dijo asombrada mirándolo de nuevo con otra cara. Ya entendía por qué le transmitía paz: la había acompañado a lo largo de los años- Siempre fuiste tú. ¡Por Dios!-exclamó<
Taína dejó a un lado la indecisión y sacó lo que sea que hubiese dentro.
Tres perlas negras cayeron sobre el blanco linóleo de el piso. Taína se agachó rápidamente a recogerlas. Eran suave al tacto, como las pastillas estilo perlas.
Tragó grueso y mordió su labio inferior.
Descubriría qué hacer con ellas. Siempre y cuando antes supiera que Mikkael no peligraría.
Escuchó un fuerte grito venir de afuera.
Horrorizada vio a los ojos rojos de su reflejo sobre el espejo.
-Mikka.