Capítulo 18 — No te necesito

1318 Words
Con un impecable traje ejecutivo azul oscuro, pantalón de tiraje alto, una camisa con tenue translucidez cubierta por una elegante chaqueta y unos altos tacones, Nicole entró en la empresa con su maletín listo en la mano. Con su llegada, los pasantes bajo la orden de Nicole comenzaron a ajetrearse, correteando de aquí para allá para preparar los últimos detalles, hasta que llegó la hora de que los ejecutivos entraran en la sala de juntas. — ¿Señor? — La secretaria se asomó en la puerta de la oficina, Walter levantó la vista con el entrecejo arrugado. — Lo… Lo esperan en la sala de juntas. — ¿Qué?, ¿quién? — Hoy es la presentación de marketing, para el próximo lanzamiento… — Murmuró la mujer. Fue una sorpresa, realmente Walter pensó que terminaría recibiendo una notificación de marketing, pero no para asistir a la presentación. Pues desde un principio, Walter asumió que la nueva gerente de marketing, Nicole, suspendería la presentación, él nunca llegó a concebir que su exesposa pudiera ser capaz de tener algo listo para la fecha que le asignó. — Bien… — Walter se levantó de su asiento con una sonrisa ladeada. — Diles que ya voy para allá. — Sí, señor. Si, efectivamente, fue una gran sorpresa, pero igual sería interesante ver la ridiculez que Nicole pudo haber preparado con tan poco tiempo, después de todo era bueno divertirse ocasionalmente. Sería muy bueno presenciar personalmente el circo que había preparado esa mujer, que además significaría el fin de su prácticamente inexistente carrera. «¿Qué presentación podría tener lista con tan poco tiempo de anticipación?», pensó Walter sonriente, al tiempo que caminaba hacia la sala de juntas. Solo de imaginarse a Nicole haciendo el ridículo, le daba la satisfacción a Walter de poder devolverle las humillaciones que él había tenido que soportar los últimos días en la empresa, por culpa de su exesposa. Y la cereza del pastel era que, con esto, Nicole no tendría otra opción más que renunciar a su trabajo, esa mujer tendría que poner los pies en la tierra y aprender su lección en vez de querer dársela de lista. — Hoy es un gran día, ¿no? — Voceo Walter al entrar en la sala de juntas, emocionado por lo que estaba por suceder. Luego de saludar a todos, Walter tomó su lugar en la cabeza del enorme mesón y se dedicó a charlar un poco con los integrantes que tenía alrededor, cuando finalmente llegó la hora y Nicole entró. Con la cabeza en alto y meneando sus muy marcadas caderas, Nicole entró pisando fuerte en el gran salón, más atrás entraron los pasantes, unos traían el proyector y lo acomodaban, mientras que otros pasaron por la mesa, dejando las carpetas con la información. Los integrantes de la junta comenzaron a murmurar, pues no habían visto a la nueva gerente de marketing y esta era su primera presentación, ella se veía muy profesional y segura, además de que lucia bastante bien a pesar de ser algo rellenita, Walter escuchaba sus susurros, lo que le incomodó un poco. — Sean todos bienvenidos, les doy las gracias de antemano por estar aquí presentes, mucho gusto, soy la nueva Gerente de Marketing, Nicole Matthew. — Sonrió Nicole para todos. ¿Matthew?, ¿no era esa la esposa de Walter?, se escuchó a alguno preguntar, pero nadie dijo nada. Walter se impresionó solo por un instante, Nicole lucia algo más cambiada que los últimos días, se mostraba más segura y brillaba… Estaba, ¿hermosa…? Pero eso tenía que ser solo una fachada, se convenció a sí mismo Walter, pues Nicole nunca fue así. «¿Se trajo hasta un proyector?, ¿tuvo tiempo de hacer diapositivas? ¡Ja!, ya quiero ver la presentación, la tontería que seguramente hizo, cuando todos se burlen y esa máscara de seguridad se caiga, ella volverá a ser la misma Nicole de antes, a mí no me engaña», sopesó Walter con malicia. Aclarándose la garganta, caminando erguida y con elegancia, Nicole se paseó por el salón iniciando la presentación, todos le sonreía con amabilidad, excepto por Walter quien no quitaba su entrecejo arrugado. Nicole siguió mostrando el próximo producto a lanzar, la audiencia ideal, las diapositivas dieron inicio, todos revisaban sus carpetas a medida que ella hablaba, ¿cómo debían abordar esta campaña?, ¿cuándo tiempo debía demorar? Las plantillas y los espacios publicitarios ya estaban listos, paletas de colores, técnicas de promoción, todo, absolutamente todo estaba preparado solo en espera de la aprobación y lo mejor era que, aunque era una gran campaña, los costos resultaron bastante módicos. ¿Cómo lo había hecho? Para cuándo Nicole terminó la presentación, todos se levantaron de sus asientos, aplaudiendo sonrientes, ¿quién no iba a querer promocionar su producto, con grandes proyecciones de ventas y con inversión mínima? Walter seguía en su asiento con la boca abierta, repitiéndose en la mente, ¿cómo lo había hecho? — Gracias. — Nicole se inclinó ligeramente como muestra de respeto y volvió a erguirse sonriendo, sus ojos brillaban de emoción. — Bueno, pues… — Un integrante de la junta directiva alzó la voz por sobre los aplausos. — Levanté la mano quien esté de acuerdo con la aprobación de este proyecto. Todos levantaron la mano, Nicole se llevó ambas manos a la boca para contener un pequeño grito lleno de emoción. — ¡Esperen un momento! — Finalmente se levantó Walter, quien parecía enojado. — No creo que esto se deba aprobar a la ligera. — ¿Qué? — Todos lo miraron confundidos. — No lo sé, no estoy de acuerdo, creo que faltan detalles, hay aspectos que se podrían mejorar… — Comenzó a explicar sin decir nada realmente congruente para los demás. — ¿Pero de qué hablas, Walter? Si esta campaña sale bien, será una de las mejores que hemos hecho… — Comentó un inversionista. — Si, además, no fue la nueva gerente de marketing que tú mismo contrataste, entonces, ¿cuál es el problema? — Preguntó otro. — No… Bueno… Yo no creo… — Walter se quedó trabado por un instante y eso fue tiempo suficiente. — ¡Bien, de todas formas, las aprobaciones son por voto de mayoría! — Anunció otro de los hombres, quien parecía apurado por irse. — Sí, es cierto. — Comenzaron a asentir los demás al tiempo que pasaban por la carpeta que tenía Nicole en las manos, preparada para que los integrantes de la junta la firmaran, dando su aprobación. — Buena suerte, éxitos, esperamos grandes resultados. — Comentaron cada uno antes de irse. Walter seguía en su lugar, observando a Nicole con el entrecejo arrugado y parecía que ya se iba a poner púrpura de la rabia, ¿cómo carajos lo hizo?, seguía preguntándose al tiempo que mantenía su fúrica mirada sobre ella, pues de ninguna forma lograba todavía asimilar lo que había sucedido. — Bien, estamos listos chicos… — Nicole cerró la carpeta cuando el último inversionista salió del salón. — Por favor, terminen de recoger, los espero en la oficina. — Ordenó Nicole a los pasantes para salir del salón. — ¡Oye! — Voceo Walter, indignado. Nicole volteó la vista hacia él, antes de salir. — ¡Todavía falto yo por firmar y no pienso hacerlo!, O es que acaso… Acaso, ¡¿me estás ignorando a propósito?! — No… — Nicole le sonrió con cierta picardía. — Ya los escuchaste, no necesitas estar de acuerdo, ni firmar, con la aprobación de la mayoría tengo suficiente, así que… No te necesito. Nicole salió del salón, dejando a Walter perplejo, al tiempo que los pasantes disimulaban, aunque no podían evitar mirarlo de reojo con cierta pena ajena. ¿Qué no lo necesitaba?, ¿qué no lo necesitaba?, ¿ella había dicho que no lo necesitaba?, ¿en qué momento había sucedido eso?, eso… Eso se sintió como un golpe duro.
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