Capítulo 12 — Necesitaba un cambio

1304 Words
Henry se cruzó de brazos y avanzó lentamente con su acostumbrada expresión ceñuda para intimidar. — Así que volviste… — Murmuró hacia Nicole, dando pasos lentos y estudiados por el salón. — Sí, acabo de terminar mis estudios, padre. — Nicole bajó la mirada con algo de nervios, el temor hacia su padre ya estaba demasiado arraigado en ella. — ¿Tus estudios? — Preguntó Henry con un tono de burla, elevando una ceja. — Sí, te comenté hace tiempo que viajaría para hacer una especialización. — Explicó Nicole. — ¡Tonterías!, tu esposo te está dando demasiadas libertades. — Bufó Henry de mala gana. — Se graduó con honores… — Intervino Olivia apresuradamente, simulando una sonrisa. — Querido, deberías felicitarla, ¿no estás orgulloso? Henry volteó los ojos con hastío, provocando en Nicole la perpetua sensación de inseguridad, por lo que no pudo contenerse en contarle a su padre, sobre su logro más reciente. — Comenzaré a trabajar en la empresa, padre, seré la nueva gerente de marketing. — Agregó Nicole levantando la vista con algo de emoción. — ¡¿Qué?! — Henry arrugó el entrecejo, viendo fijamente a su hija. — ¡¿Qué trabajarás en la empresa?! — Sí, pues… Padre… Es mi derecho… — Musitó Nicole sintiendo un estremecimiento al notar la reacción hostil de Henry. — ¡¿Cuál derecho?!, ¡no digas estupideces!, las esposas solo sirven para atender a los maridos, no para trabajar… — Henry se acercó a Nicole con una actitud amenazante, levantando el dedo índice. — Y para dar hijos, herederos que perpetúen el apellido de las familias… — Se detuvo muy cerca de Nicole, mirándola de arriba para abajo. — Pero ni para eso sirvieron tú y tu madre… — Mascullo con rabia. — A mí solo me dieron una hija gorda y tonta, y tú has sido incapaz de darle un hijo a tu esposo, ¿y todavía así pretendes trabajar? — Henry… Walter estuvo de acuerdo, él fue quien le dio el puesto… — Balbuceó Olivia, notando que su esposo se estaba alterando. — Pues entonces tendré que hablar con él directamente, no entiendo cómo estuvo de acuerdo con esto… — Replicó Henry dándose la media vuelta, para dirigirse hacia una estación de minibar y servirse un trago. — Pa… Padre… — Balbuceó Nicole Ella tenía miedo, mucho miedo de la reacción de su padre, pero su agitado corazón le decía que no podía permitirlo, que no podía dejar que le quitarán la oportunidad de trabajar e independizarse. Con el trago ya servido, al escuchar la balbuceante voz de Nicole, Henry volteó hacia su hija, viéndola con los ojos entrecerrados. — ¿Qué quieres…? — Gruñó Henry a Nicole, para luego tomar un trago de whisky de su vaso. — Padre… — Nicole inhaló profundo, llenándose de valor, aunque su voz todavía sonaba algo temblorosa. — Yo he estudiado arduamente, me he graduado con honores, me preparé en una institución muy importante, en dónde no cualquiera puede siquiera ingresar… El mismo Walter me asignó el puesto y me enviaron una notificación oficial por parte de la empresa para empezar el lunes, padre… Puedo hacerlo, puedo trabajar y demostrar lo preparada que estoy… — Terminó Nicole, moviendo nerviosamente sus manos entrelazadas frente a ella. Un fuerte golpe acompañado por el sonido de cristal rompiéndose, hizo saltar tanto a Nicole como su madre del susto, Henry había lanzado su vaso de whisky contra un rincón del salón. Ambas mujeres lo miraron impresionadas, pero aunque el ceño del entrecejo de Henry denotaba su molestia, por el contrario, la manera tan relajada en la que estaba parado, de forma tan casual, recostado a una mesa con una mano en el bolsillo, lo hacía verse muy tranquilo. — Más te vale, Nicole… — Comenzó a murmurar Henry, con la mirada perdida. — ¿Qué? — Nicole lo miró confundida, sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho. — Más te vale que el próximo mes, mis ganancias no bajen ni un solo céntimo… Porque si eso ocurre porque tú entraste a trabajar en la empresa, me lo vas a tener que pagar bien caro… — Padre… — Musitó Nicole, sorprendida por las palabras de su padre. — Pero quien lo va a pagar más caro, va a ser tu madre… — Siguió hablando Henry. Nicole volteó a mirar a su madre aterrada. — Por tener a una hija tan estúpida. — Henry… — Se escuchó el tenue gemido de Olivia. Henry la ignoró y se dio la media vuelta para salir del salón, mientras que Nicole y Olivia respiraron aliviadas de que por lo menos todavía no se había enterado del divorcio. ¿Por qué?, ¿por qué no podía llegar el día en que tuviera el valor de decirle a su padre las cosas de frente, encararlo y ponerlo en su lugar, tal como lo hizo con Walter? ¿Por qué no podía agarrar a su madre y llevársela a vivir con ella para que ninguna de las dos no tuvieran que seguir pasando por esos miedos?, ¿por qué?, por qué Henry terminaría haciendo lo que le diera la gana, como siempre. ¿Y como se defendería?, pero es que no tenía ni siquiera dinero para decir que huirían muy lejos, o por lo menos los contactos necesarios para decir que lo denunciarían sin que su padre compre a los oficiales o a los jueces. Nicole tragó grueso sabiendo muy bien que lo que tendría que enfrentar para conseguir la libertad de su madre en un futuro, no sería fácil y no solo estaba esa preocupación. ¿Cómo reaccionaría Henry cuando se viera enterado del divorcio?, ese era otro obstáculo y miedo que tenía que agregar a su lista. Con el corazón todavía tembloroso, Nicole se despidió de su madre para volver a casa. * Quizás la situación con su familia seguía siendo extremadamente difícil, pero en cuanto a su exesposo, Nicole ya estaba determinada en lo que haría. Primero, tenía que cambiar, ella sentía que necesitaba un cambio, necesitaba lucir hermosa, despampanante y muy, pero muy sensual, pero, ¿cómo?, si ella no tenía ese tipo de cuerpo. Le quedaba muy poco tiempo y tenía que prepararse para su primer día en la empresa, ella no tenía recursos, no tenía el suficiente dinero para comprarse prendas nuevas que la hiciera destacar, pero sí tenía talento. Gracias a qué Walter solo le daba el dinero necesario para que viviera bien y ella tenía que reunir para pagar su especialización, Nicole se abstuvo mucho de comprar ropa, por lo que tuvo que optar por formas más económicas para vestirse decentemente. Por lo que aprendió a coser, con una pequeña máquina económica, Nicole comenzó a hacerse sus propias prendas y aunque eran algo tradicionales, servían muy bien para una mujer casada y respetable. Pero ahora ella quería verse diferente, muy diferente, por lo que Nicole decidió darle a Patrick el siguiente fin de semana libre y dedicarse de lleno a coser, modificando su ropa, usar telas guardadas y descubriendo las últimas tendencias en moda para mujeres curvys. Nicole se enamoró de una línea de modas creada para mujeres curvys, su diseñadora era la muy famosa Ava Golf, una mujer con curvas que trabajaba con diseños soberbios destacando ciertas líneas del cuerpo, haciendo lucir a las chicas curvys tan sensuales, como cualquier mujer delgada. Aunque deseaba hacerlo, Nicole no tenía como pagar por sus prendas, pero decidió recrearlas y le funcionó muy bien, para el día domingo Nicole tenía un closet con varias prendas hermosas, elegantes, en tendencia y sensuales, pero ella sintió que eso no era suficiente. Por eso, Nicole dedicó lo último que quedaba de sus ahorros para comprar una sola prenda más, lo que sentía que faltaba en su closet.
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