El día lunes, muy temprano, sonó la corneta de un auto en la entrada de la casa de Nicole, ella salió extrañada, pues no recordaba haber pedido un taxi. Y su sorpresa fue muy grande cuando se encontró con Patrick vestido con un traje superelegante y conduciendo un reluciente convertible nuevo de color azul. Patrick sonreía como si se hubiera sacado la lotería, él moría de ansias por ver la expresión de Nicole ante su sorpresa, pues se suponía que él ni sabía en dónde vivía ella, así que debía ser imposible que pasara por su casa. Pero siempre era bueno mover sus contactos, investigar un poco, si Nicole le preguntaba, le inventaría cualquier excusa, como que consiguió la dirección por la teleguía o que ella se la mencionó una vez y no lo recuerda. Y aunque después de lo que sucedió con