Capítulo 2 — ¿Arreglar mi vida?

1543 Words
La familia Matthew cenaba escuchando la animada conversación de Henry, el padre de Nicole y cabecilla de la familia. Él solo parloteaba de lo satisfecho que estaba con el próximo matrimonio de su hija, al tiempo que Nicole bajaba el rostro cada vez más, con cada palabra dicha por su padre. Olivia, la esposa de Henry y madre de Nicole, había notado que su hija no estaba bien, el brillo de sus ojos se había apagado, su blanco rostro se veía algo enrojecido e hinchado y parecía aturdida, Nicole estaba muy pensativa y nerviosa. Por eso, Olivia no podía dejar de pensar en que algo le había pasado a su hija. — Nicole… ¿Te encuentras bien? — De pronto, en medio de las palabras de su esposo autoalabándose, Olivia lo interrumpió. — ¡Olivia!, ¡¿qué falta de respeto tan grande es esa?!, ¡¿por qué me interrumpes, mujer?! — Voceo Henry arrugando el entrecejo. Olivia lo ignoró, pues estaba muy preocupada y solo podía concentrarse en su hija. — Yo… Cof, cof… Este… — Balbuceó Nicole, tosiendo y casi atragantándose con el bocado que tenía en la boca. — ¡¿Qué si está bien?! — Interrumpió Henry. — ¡Ja! ¡Por su puesto que está bien, acabo de arreglar su vida, se casará con el heredero de una importante familia! — ¿Arreglar mi vida? — Musitó Nicole para sí misma, para luego levantar el rostro con los ojos llorosos y ver a su padre. — No es cierto. Nicole sentía el corazón desgarrado, todas sus ilusiones se habían roto, sumado a la vergüenza y humillación que sintió esa misma mañana con Walter, que no se alejaba de sus pensamientos. Ella jamás le hubiera respondido a su padre de esa manera, considerando el hombre que era y su carácter, pero en ese momento, el corazón y la mente de Nicole era un revuelo. — ¿Qué? — Henry la miró confundido. — Padre, yo… No quiero casarme con Walter Gibson, tienes que cancelar ese matrimonio. — Soltó Nicole sintiendo como se le arrugaba el corazón. Olivia y Henry miraron a su hija, impresionados. — ¡¿Qué?!, ¡¿estás loca?!, tienes que casarte con él, ¡¿acaso no estás feliz?!, te vas a casar con el hombre que querías, ¡¿no es así?!, ¡deberías estar agradeciéndome, hija malagradecida! «¿El hombre que quería?, ¿acaso todo el mundo sabía que yo estaba enamorada de Walter?», sopesó Nicole, sintiéndose apenada, «¿Acaso he sido tan evidente que todo el mundo lo sabía? Qué vergüenza», ella bajó el rostro por un instante, respirando profundo y luego, lo levantó con decisión. — ¡No puedo, no puedo casarme con Walter! — Voceo Nicole levantándose de su asiento con las lágrimas en los ojos. — ¡Por qué él…! ¡Él no me quiere, no quiere casarse conmigo, Walter me lo dijo! Se hizo un minuto de silencio, el ambiente se hizo cada vez más tenso, solo sonaba la respiración agitada de Nicole. Henry parecía meditar la situación con una expresión cada vez más encolerizada, cambiando el tono de su blanca tez por un color enrojecido. Olivia observó a su hija con una profunda tristeza. — ¡Tonterías! — Henry rompió el silencio golpeando con fuerza la mesa, causando que Nicole y Olivia se estremecieran. — ¡Diga lo que diga ese imbécil, te casarás con él, todo ya está arreglado! — ¡Pero no me quiere, padre! — Insistió Nicole. — ¡¿Y eso qué?!, ¿de cuándo acá es importante que te quiera o el estúpido amor en un matrimonio?, esto es un negocio, niña tonta. — Escupió Henry, restándole importancia a las palabras de Nicole. — Es que… — A ti te gusta ese imbécil, ¿o no?, entonces eso debería ser suficiente para que seas feliz, ¡muchacha malagradecida!, haz el papel que deberías como mujer y enamóralo, ¡sirve para algo! — Voceo Henry viendo a Nicole con desprecio. — Pero, papá… — Musitó Nicole inhalando profundamente, sintiendo el ardor de un nudo en la garganta. — No quiero escuchar más al respecto, Nicole… — Gruñó Henry levantando el dedo índice y usando un tono amenazante. — Yo… No… No estoy de acuerdo, no puedo hacerlo, padre… No me casaré. — Tartamudeo Nicole con los puños apretados a los costados. Tenía miedo y sabía que enojaría a su padre, pero ella ya había tomado una decisión y le había dicho a Walter que cancelaría ese matrimonio. — ¿Qué no lo harás? — Henry miró a Nicole fijamente, con los ojos entrecerrados, y recostó las palmas de sus manos sobre la mesa. —¡Bien! — Bufó. — No te cases, pero eso sí, ¿sabes lo que estoy perdiendo con tu negativa?, la fusión de dos importantes empresas para convertirnos en una potencia, las grandes ganancias, el estatus, el poder… — No… No me importa… Estamos bien así, ya somos muy ricos, tenemos suficiente… — Balbuceó Nicole, sintiéndose nerviosa, un escalofrío recorría su espalda, ¿su padre lo había aceptado así tan fácil? — Cuánta insolencia hay en esta casa… ¡Ni mi hija, ni mi esposa me respetan! — Henry volvió a golpear la mesa con más fuerza. — ¡No te casarás, pero entonces tendrás que pagarme todo lo que estoy perdiendo…! — ¿Qué? — El rostro de Nicole se desencajó por la sorpresa. — ¡Así es y no solo eso, tendrás que pagarme todo lo que he invertido en ti y en tu crianza, clínicas, estudios, lujos, vestimenta y comida, creo que eso último es lo que te saldrá más caro! — Gritó Henry mirando a su hija de arriba para abajo con rabia. — ¡Henry, no puedes hacer eso! — Olivia se levantó impresionada. — ¡¿Qué no puedo?! — Contestó Henry. — ¡Le conseguí un marido a esta hija malagradecida!, ¡¿qué hombre se fijaría en ella?!, ¡mírala!, ¡es gorda y aparentemente estúpida! — ¡Henry, basta! — Olivia se acercó indignada. — ¡Cállate! — Henry abofeteo a su esposa. — ¡Papá! — Nicole de inmediato corrió hacia el otro lado de la mesa, abrazando a su madre, quien se sostenía el rostro enrojecido. — ¡Está bien, acepto, lo haré, trabajaré muy duro y te pagaré por cada centavo que has invertido en mí y todo lo que has perdido con este negocio! Con el cuerpo tembloroso, Nicole se aferraba a su madre, intentando protegerla de otro arranque de su padre, ella esperaba otro golpe, sin embargo, Henry solo inhaló profundo y se enderezó, acomodándose el traje. — ¿Y creíste que te lo dejaría tan fácil? — Preguntó Henry con un tono de sarcasmo y una macabra sonrisa ladeada. — ¡Yo mismo me encargaré de que no consigas trabajo!, ¡nadie te contratará!, ¡ni como sirvienta servirás!, ¡tú solo has sido un lastre, una mocosa consentida y malcriada que no piensa en sus padres, ni en su futuro!, ¡para lo único que sirves en esta vida es para comer y engordar!, ¡¿quién te querría así?!, ¡¿eh?!, ¡¿quién te daría trabajo?!, ¡niña tonta! Henry volvió a dar un paso hacia adelante, haciendo temblar a Nicole y su madre, quienes cerraron los ojos esperando otro golpe. — ¡Escúchame bien, Nicole! — Gritó Henry con gesto amenazante. — ¡Te vas a casar con Gibson, aunque sea lo último que hagas, porque si no lo haces…!, ¡te juro que me voy a encargar de hacerte la vida muy miserable y algo bueno saldrá de todo eso, perderás mucho peso cuando vivas como indigente en la calle, sin mi dinero, sin mi comida y sin trabajo, porque no permitiré que te contraten ni como una prost!tuta barata!, ¡tú eres un gasto que me pienso cobrar! Nicole levantó la vista hacía su padre con las lágrimas ya recorriéndole las mejillas, él hablaba en serio, si había algo que ella sabía de su padre, era que cumplía con sus amenazas. — Y no solo tú, pagarás las consecuencias, niña estúpida… — Murmuró Henry acercándose más a su hija, dándole en el punto que sabía que más le dolería a Nicole. — La inútil de tu madre también pagará por no servirme con su único propósito de darme un heredero digno, uno con el que no tuviera que andar negociando para sacar algo de provecho, solo pudo darme una hija y no pudo ser una hermosa por la que los millonarios se pelearan, ¡no!, ¡tuvo que darme una hija gorda y tonta que nadie quiere, ni siquiera su supuesto amigo! Nicole miró a su padre con rabia, con tanta rabia, ella quería decir algo, quería ser más fuerte, más independiente para librarse de ese hombre y luego ayudar a su madre. Pero la verdad era que, Nicole solo tenía el miedo que había dejado las amenazas de su padre, así que ella solo pudo apretar la mandíbula. Apenas su padre se giró, seguro de que había conseguido su objetivo con sus amenazas, tanto Nicole como Olivia se soltaron a llorar como desesperadas.
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