— Alex — se para en el umbral de la puerta viendo hacia atrás antes de meterse de lleno a la habitación
Dejo el libro que estaba leyendo a un lado, sentándome en la cama palmeándola para que se siente a mi lado, juega con sus manos con la mirada fija en el suelo, frunzo el ceño preocupándome por su silencio.
— ¿Qué sucede? — el labio le empieza a temblar y me tengo que apresurar a rodearla con mis bazos — ¿Em? — se aferra a mi sollozando en silencio y termina partiéndome el corazón — Shh… tranquila, no estás sola, estoy aquí contigo — dejo que llore todo lo que tenga que llorar aferrada a mi camisa, mojándola con sus lagrimas
La tengo que sujetar cuando de un momento a otro pierde la conciencia y termina desmayada en mis brazos, procurando no hacer mucho ruido para no alertar a las personas de afuera la dejo en la cama colocando las almohadas de manera estratégicas por si se mueve y cae de ella, cabe destacar que mi pequeña cama no se puede comparar con la de ella, pero algo es algo.
Salgo de la habitación con cuidado de que la puerta haga mucho ruido, cerrándola a mis espaldas buscando al padre de Em por los alrededores, al no ver pista de el prosigo a la cocina, donde sé que estará la abuela, csmino con pasos sigilosos hasta llegar a mi objetivo viendo a la abuela de espaldas cocinando una de mis comidas favoritas, supongo que se siente mal por haberme gritado hace unas horas atrás.
— Sé que estás ahí, ¿Qué sucede? — me sobresalto al ser consiente de mi descubrimiento
Suspiro ingresando del todo en la cocina, pasando las manos por mi cabello desordenado, alborotándolo más. Tenía mil preguntar que hacerle, pero ahora frente a ella se me ha comido la lengua el ratón.
— Supongo que tu silencio es por algo sumamente importante ¿no alex? — siento sentándome en el taburete frente a ella
— Puedo preguntarte algo y prometes responderme con la verdad — deja el rodillo de lado bufando, clavando sus intimidantes ojos claros en mi — ya estoy mayorcito para que me digas mentiras, si tu miedo es por lastimarme con la verdad déjame decirte que no me afecta en nada tus… — guardo silencio cuando entrecierra los ojos dándome esa mirada que me logra intimidar
— ¿Qué quieres saber? Tu habladuría no me dejara tiempo de terminar la cena — ahora soy yo el que juega con mis manos, Em es peligrosa con los hábitos
— Bueno, yo… — miro las escaleras que conducen a la planta de arriba cerciorándome que el padre de Em no este husmeando, como ya lo ha hecho anteriormente
— ¿Y bien? — vuelve a su labor con el rodillo y al no tener sus ojos sobre mi obtengo el valor de hacer la tentadora pregunta
— ¿Por qué Em tiene que viajar tanto? ¿Qué hace en esos viajes? Digo, cada vez que vuelve tiene un cambio radical en su conducta, aparte de los evidentes golpes que agrega a la colección, ¿su padre es el que la golpea? Porque si es así lo matare, no sé con qué lo hare, pero hare cualquier cosa para protegerla — dejo de hablar cuando su risa inunda el lugar, ¿dije algo gracioso? Frunzo en ceño viéndola fijamente
— ¿Alguna vez has matado a alguien Alexander? — niego demostrando lo obvio — entonces deja de decir tonterías y saca esa absurda idea de tu cabeza, es su padre, puede hacer lo que quiera con ella. Y ese claramente no es nuestro asunto — me levanto de la silla abruptamente haciendo que esta que caiga y cause un gran ruido
— ¿Qué? ¿me estás diciendo que está bien que la golpeen? ¡eso es absurdo! ¿Cómo puedes permitirlo? — se encoge de hombros metiendo la bandeja en el horno ignorando mi ataque de ira
— Eso no nos compete, así que olvidate de Emma y deja de meterte en problemas por ella, cuando ellos decidan irse definitivamente no se acordaran de tu existencia, créeme eres insignificante para ellos. Emma solo te utiliza, es una manipuladora, no te dejes engañar — estrello el puño en la mesa alterado por sus hirientes palabras
— ¡Claro que no es cierto! ¡Estas mintiendo! — mi respiración se acelera cuando me sonríe de lado cerrando el horno
— Si eso es lo que quieres creer, adelante. No te detendré, pero recuerda algo, no perteneces a ese mundo, tú fuiste expulsado de él, así que deja de tratar de buscar respuestas que abrirá un abismo en tu alma — frunzo el ceño sin entender a qué se refiere, prácticamente me dijo marginado ¿No? O algo así entendí — esa mocosa no vale la pena, su vida esta maldita, como el de todos los demás que la rodean, aléjate de ella antes de que sea muy tarde y tengas que vender tu alma por ella — me quedo helado en mi sitio temiendo que sus palabras fueran verdad, aunque quisiera preguntarle el significado de estas me da más miedo saber la verdad
Termino por salir de la cocina con más preguntas de las que tenía al entrar en ella, ¿Por qué todo lo que la rodea es tan complicado y misterioso? Es como si con solo verla te dieras cuenta de que es sumamente peligroso estar a su lado, temo por mi vida cuando se descontrola, hace unos días mato a un ave con sus propias manos, sentí escalofríos cuando me la tendió y me dijo que era un regalo ¿Quién a los cinco años mata aves sin ni siquiera sentir algo de tristeza o pánico? Sin duda alguna que ella, actúa muy extraño, por eso quiero tener las respuestas a mis interminables preguntas, un día puede reír como una maniática y al otro puede solo llorar por horas interminables, mata a los animales sin importarle nada, hasta mi perro huye cada vez que la tiene cerca, ni yo mismo puedo controlarla, su padre es el único que ha podido domar su extraña actitud.
Así que cree varias teorías que me pueden ayudar a entender su comportamiento, según los métodos de psicología que he estado leyendo, puedo descifrar a un individuo, así sea persona o animal metiéndome en su psique, me pareció extraño el concepto al principio aparte de poco creíble, pero es lo único que tengo hasta el momento. Así que hay va mi primera teoría.
Teoría uno; Emma está pasando por un cambio radical en su infancia al no tener un situó estable donde establecerse, dado que es una niña pequeña les afecta más los cambios de ambiente que a los propios adultos.
Lo que sería una teoría racionable, ya que su vida en un constante sube y baja de cambios interminables.
Teoría dos: Emma está pasando por la pérdida de algún ser querido, cuando a muy temprana edad se experimenta la muerte de alguien muy cercano o querido se ha demostrado el cambio radical de actitud en niños más que en adultos.
Lo que también considero una teoría razonable, ya que nunca he visto a su madre, y tampoco suele hablar de ella, eso explicaría muchas cosas, como el llanto imparable o el asesinar animales sin piedad alguna, tal vez quiere demostrar algo con la muerte de ellos, dándolos como obsequio, tal vez es un patrón, o tal vez quiere que sintamos lo mismo que está sintiendo ella en este momento, quiere que veamos la muerte y nos duela tanto como la hace sufrir a ella.
Teoría tres: Emma sufre de alguna enfermedad mental que aún no está siendo tratada, es más fácil de descubrir algún desbalance psicológico en niños que en adultos, dado que los niños suelen ser más expresivos en cuanto a sus sentimientos y acritudes se trata.
Esto me tiene algo confuso y alerta a la vez, ya que, aunque trate de descartar esta no deja de talarme la idea en la cabeza cada vez que la veo, me he comido la lectura psicológica en meses solo para tratar de entenderla, pero si vemos sus patrones conductivos, Emma actúa de manera extraña constantemente, un día suele expresar felicidad máxima, y cuando diga máxima es porque suele exagerar su felicidad a grados agobiantes. Cuando esta triste suele dejar de comer o incluso hace cosas que te perturban del miedo, como escribir en su piel con sangre o incluso perderse entre el bosque de la casa, o como ya lo he mencionado antes, matar animales sin remordimiento alguno.
Y por ultima, pero no tan extraña teoría viendo las situaciones presentadas, esta la teoría menos creíble esa la;
Teoría cuatro; Emma esta poseída por un espíritu, cabe destacar que al ser un niño eres un ser indefenso sin fuerzas para poder dominar todo lo que te rodea, lo que te convierte en un ser indefenso y dominable ante el mundo espiritual, eres más perceptible para los espíritus penando en ente mundo, eres un contenedor fácil de invadir y manejar a su antojo.
Aunque si lo ves por el lado científico esta teoría quedaría descartada, ya que la ciencia niega y aporta que el mundo espiritual no existe ni tiene lugar en este mundo, pero por otro lado como sería el religioso, tanto el mal como el bien son totalmente reales, así que se le da total creencia y verdad a los eventos paranormales, como la existencia de dioses, vírgenes y milagros, tanto como a los demonios, diablos y almas penantes y un sinfín de cosas que rodean el mundo espiritual. Lo que explicaría las actitudes de Ema con sangre y su reciente habito por matar.
Lo que me da las bases necesarias para poder investigar y descartas teorías hasta encontrar la raíz de su habitual comportamiento.
Camino hacia la habitación cerrando la puerta tras de mi viéndola aun dormir plácidamente, lo que suele suceder pocas veces ya que suele padecer de pesadillas que le perturban el sueño, lo que le da más fuerza a la teoría dos y cuatro.
Me siento aun lado de ella observándola dormir, quisiera poder meterme en su mente y saber todas las respuestas a mis preguntas, indagar ente sus recuerdos más dolorosos y encontrar la cura para que deje de padecer por ellos, hacer que sus momentos felices los disfrute al máximo, pero más que todo quiero saber cuál es el causante que denota su actitud.
Dejo llevar mi creciente curiosidad por todo lo que la rodea centrándome en el suspirar que tiene como habito cuando duerme, o en su ceño fruncido, en cómo se encoge para cubrirse del frio, o incluso de como habla dormida incoherencia. Es un ser muy interesante y la primera persona que le tengo aprecio y uso como herramienta para aplicar mi nueva obsesión, la psicología.
Con el pasar de los días ella vuelve a irse con su padre, ya que no tengo indicios de cuándo volverá esta vez, me meto a indagar entre su habitación, el espacio de la persona es su mayor expresión, ya que suelen dejar su verdadera personalidad expresada en esas cuatro paredes, es como el descubrimiento de un tesoro para las personas que estudian psicología y quieren saber de sus pacientes. Cabe destacar que jamás en mi corta vida había ingresado a esta habitación, aparte de que se me tiene prohibido subir a la segunda planta que es donde se encuentra las habitaciones de Emma y su padre, supongo que la abuela sabía que era un curioso y en cualquier momento me metería a husmear en la habitación de mi amiga.
Mi primera impresión de su habitación es la cantidad de juguetes que tiene coleccionados y en perfecto orden, me da hasta miedo mover algo y que se den cuenta de que estuve aquí, recibiría la paliza del siglo si la abuela se llega enterar ya que estoy aprovechando que esta de ida al mercado y estoy violando su total confianza hacia mí.
Camino entre sus cosas viendo todo con detalle y solo tomando fotos, no quiero dejar rastro de mi visita, de he dado cuenta que tiene una gran obsesión por coleccionar mariposas disecadas, tiene una colección impresionante, de muchos tamaños y colores, todas almacenadas en una pequeña vitrina, fijadas de las alas con alfileres, me acerco viendo a los pequeños insectos, siendo consciente de que no tenía idea de que ella fuera tan creativa al ordenarlas de manera artística.
Le tomo un par de fotos antes de avanzar a la siguiente atracción que sería su mesa de dibujos y debo admitir que si las mariposas muestras no me dio miedo este si lo hizo, hay una gran diversidad de dibujos espeluznante hechos por ella misma. Desde personas cubiertas de sangre, hasta animales con los órganos fuera de su cuerpo, pero ¿Qué carajos tiene esta niña? Ya está me da miedo estar cerca de ella. Es una completa psicópata en potencia, sujeto una de los dibujos en mis manos donde tiene un niño dibujado igual a ella con la palabra hermano escrito en hebreo, lo sé porque suelo escuchar ya prender de la abuela cuando habla en dicho idioma ¿tiene un hermano? Porque nunca su padre lo ha traído con él, ella tampoco habla de él, ¿será esa la causante de la teoría numero dos? ¿Perdió a su hermano y por eso se comporta así? Dejo el dibujo en su lugar y sigo viendo entre ellos hasta que uno logra llamar mi completa atención, en una de ella junto a lo que parece ser su madre hermano y padre en un enorme castillo cubierto de llamas y cuerva, el dibujo es tan oscuro y terrorífico que da hasta miedo, y hay viene logro comprender lo que tanto decía la abuela, Emma está rodeada de un futuro y un presente tan oscuro que no puedo salvarla así lo intente con todas mis fuerzas.
— ¿Qué haces aquí? — me sobresalto soltando el dibujo haciendo que caiga en el piso cuando escucho su voz — Alex ¿Qué haces aquí? — se detiene frente a mi viendo el dibujo en el suelo, lo toma entre sus manos para luego dejarlo en su lugar
Estoy tan aterrado que las palabras no pueden salir de mi boca, perdí toda mi habilidad comunicativa al tenerla frente a mí.
— ¿Qué haces en mi habitación buscando entre mis cosas? Que yo sepa no tengo nada tuyo — trago grueso antes de dar un paso atrás, dando señales a mi cerebro para que suelte las palabras que tengo retenidas — ¿Qué tiene en la mano? — termina por arrebatarme la cámara viendo las fotos que anteriormente había tomado en su ausencia — ¿Ahora me investigas? ¿Por qué le tomas fotos a mi habitación? — el sudor de mi frente me delata cuando fija sus ojos en mi
Se escucha un ruido a las afueras de la habitación, para después escuchar la voz de su padre llamándola, antes de que pueda darme cuenta va de manera sigilosa hasta la puerta pasando el seguro ignorando el llamado de su padre.
— Escucha, no sé qué estés haciendo aquí adentro, ni mucho menos cual sea tu nueva obsesión por tomarle fotos a mis cosas, pero si no te vas ahora mi padre es capaz de matarte, así que huye antes de ser descubierto por el — me sujeta del brazo abriendo la ventana, indicándome entre señas y miradas que baje por ahí
Miro los metros que hay entre el piso y su ventana y termino aterrándome más de lo que estaba, no creo tener el valor de poder saltar y menos de treparme ente las paredes y las ramas del árbol que llega hasta su ventana.
— ¡Emma! Te estoy hablando, sal en este momento — suspira antes de acercarse a su puerta
— Ya voy, ¿puedes dejar de ser tan impaciente? — frunzo el ceño al escucharla por primera vez ser tan borde con su padre, suele ser callada y un completo títere cuando se trata de él, pero ahora es todo lo contrario
— Ok, solo recoge lo que necesites, partimos en unas horas, apresúrate no quiero que el niño extraño se dé cuenta de que estuvimos aquí — ¿está hablando de mí? ¿soy el niño extraño? La miro expectante a lo próximo que dirá
Cuando siento que los pasos se alejan de la puerta saca, ella camina hasta los pies de su cama sacando una maleta debajo de ella, donde empieza a meter diversas cosas, entre ropa y libretas.
— ¿Te vas? — asiente ignorándome por completo — pero si acabas de volver — se encoje de hombros guardando un oso de peluche que jamás le había visto
— ¿Por qué todavía sigues aquí? Te dije claramente que te fueras por la ventana — miro la ventana de nuevo sintiendo el escalofrío y el vértigo invadir mi cuerpo
— Me dan miedo las alturas, no creo poder…— me mira con una sonrisa sarcástica
— ¿Y no te dio más miedo entrar a mi habitación sabiendo las consecuencias que enfrentaras si les digo que andas de entrometido husmeando mis cosas? — la miro sorprendido sin poder creer que este siendo tan cruel conmigo
— Yo… — bufa apresurando el paso guardando todo con rapidez en su equipaje
— Lárgate, no quiero tener problemas por tu culpa, ya tengo suficiente con las locuras de mi madre, para ahora agregar las de mi padre — primera vez que habla de su madre, eso quiere decir que no está muerta
— ¿Tu madre? ¿tienes una? — suspira demostrando la poca paciencia que le queda
— ¿Tu no? Entonces ¿Cómo diablos naciste si no fue por medio de una? — preguntas que logran esquivar el tema de su madre, así que es un tema delicado
— ¿Qué haces tú aquí? — me sobresalto cuando la puerta es abierta y el padre de Emma aparece tras ella, con sus ojos intimidantes fijos en mi
— Te lo dije, solo causas problemas — siento que la cabeza me da vueltas, muchas emociones para pocos minutos — Papá ya se iba, solo me vino a pedir un libro que me presto — se pone enfrente de ella apartándola cuando se interpone entre los dos
— Pequeño gusano, ¡aléjate de mi hija! — cuando siento que me va a golpear algo lo detiene y ese algo es ella
El termina cayendo de rodillas frente a mí, mientras ella saca un cuchillo que logro clavar a tiempo record en su abdomen, el hombre jadea sosteniendo la herida llenando sus manos de sangre mientras ve a su hija con miedo en su mirada.
— Em… tu — ella le logra dar un golpe en la cabeza que lo deja inconsciente
Y si sus dibujos me daban miedo, verla apuñalar a alguien a la corta edad de seis años me aterroriza más, retrocedo cuando se acerca a mi aun con el cuchillo en la mano, temo que pueda hacerme lo mismo que le acaba de hacer a su padre, pero su sonrisa cálida termina por dejarme tieso, es más aterradora y manipuladora de lo que pensé, dándole la razón a la abuela de nuevo.
— No temas, no pienso hacerte daño — miro el cuerpo inconsciente y desangrándose de su padre tendido en el piso y sus dulce palabras pierden efecto
— ¿Lo mataste? — ella ve lo mismo que veo yo para luego negar y sonreír
— Ojalá, así me quito un peso de encima, pero eso significaría una cosa, que cuando vuelva al castillo maldito la psicópata de mi padre me someterá a mas castigos inhumanos — frunzo el ceño tratando de entender lo que habla
— ¿Por qué hablas como si odiaras a tu madre? ¿no todas las madres son amorosas? — ríe como si lo que acabara de decir fuera la cosa más graciosa de todos los tiempos
— Bueno, creo que la mía no conoce el significado de amorosa y mucho menos el sentimiento, y respondiendo a tu curiosa pregunta; no la odio, solo es complicado — asiento viendo como limpia el cuchillo y lo guarda tras su espalda
Siempre considere a Emma una niña muy madura para su edad, la forma en la que habla y se expresa no son nada comparados con un niño de seis años, es más parece una vieja en un cuerpo de niña, ya que sus actitudes son muy parecidas a los de la abuela.
El sonido de la puerta principal siendo abierta es la señal de que la abuela había llegado, cuando siento que nada puede ser peor aparece otro factor que le agrega más problemas al asunto, antes de que pueda huir algo impacta en mi cabeza dejándome inconsciente.
Cuando logro despertar, un fuerte dolor en mi cabeza me hace volver a la cama, me quejo abriendo los ojos lentamente ¿Qué fue lo que paso? Miro a mi alrededor y estoy en mi habitación ¿Cómo llegue aquí? No me acuerdo de nada, me intento levantar con cuidado ya que el punzante dolor no me quiere dejar en paz.
Salgo de la cama con dirección a la puerta abriéndola con cuidado, cuando lo hago lo primero que veo es a la abuela entrando con una bandeja repleta de comida.
— ¡Despertaste! ¿Qué haces fuera de la cama? — la miro esperando que me diga que fue lo que paso ya que no recuerdo absolutamente nada — vuelve a la cama cariño, necesitas descansar — sigo sus órdenes en silencio
— ¿Qué fue lo que paso? Me duele mucho la cabeza y no recuerdo nada — sonríe sirviendo la comida para mi
— Te caíste jugando con el perro, pero tranquilo solo fue un leve golpe en la cabeza, nada de qué preocuparse, el doctor dijo que estabas en perfecto estado — la veo sin creerme el cuento de que me caí jugando con el perro
Unos pequeños golpes en la puerta alertan mi atención, una Emma tímida ingresa dándome una leve sonrisa.
— ¿Te encuentras mejor? — asiento viendo su habitual habito de nerviosismo
— ¿Ya están listas tus maletas? — el rostro de la abuela se ensombrece cuando la tiene en frente de ella
— Si, ya está todo listo, ya vinieron por mí, solo venía a despedirme de Alex… — la abuela se interpone entre ella y yo impidiendo que se me acerque, lo que me deja más descolocado de lo que ya estaba
— ¡No! Mejor vete de una vez, no quiero verte — me pongo en pie apartando a la abuela con el ceño fruncido
— Abuela ¿Qué sucede? Es una niña, no tienes por qué hablarle así — ella sonríe sin gracia antes de señalarle la puerta
— Ya te dije lo que tenía que decirte, ahora largo, perturbas la paz de esta casa — no puedo evitar ver cómo se va sin voltear atrás
¿Qué fue lo que hizo mal para ser tratada así?
Antes de que la abuela logre detenerme salgo detrás de ella sosteniéndola del brazo evitando que se vaya sin despedirse, dudo que como están las cosas con la abuela vuelva pronto.
— ¡Oye! ¡piensas irte sin despedirte? — me ve antes de sonreír leve y envolverme en sus brazos
— Lo siento, pero no puedo quedarme por más tiempo, no soy bienvenida en tu casa — frunzo el ceño viendo por la ventana donde la abuela esta asomada con la vista fija en nosotros
— Claro que…, si lo eres, la abuela solo está molesta sabes que no suele durar mucho tiempo enojara, no tienes por qué irte — me da un último abrazo antes de recoger su maleta y alejarse de mi
Se va, de nuevo. Como si nada a su al redor le importara, me deja a mi tirado como un juguete viejo. Los ojos se me vuelven agua y el corazón se me acelera cuando el miedo a perderla para siempre me invade, se da una última vuelta sonriéndome cuando el chofer la ayuda con la maleta, limpio mis lágrimas evitando que mi lastima le impida irse.
— Estarás bien, lo prometo — asiento sonriendo para que no se vaya triste — Alex, si algún día quieres huir puedes buscarme, entre las páginas de tus libros favoritos encontraras la dirección a un destino que te ayudara a estar a salvo, solo piensa cuales son las palabras de tus autores favoritos que te han levantado cuando pensaste no tener fuerzas — ¿es que esto, un acertijo?
— ¿Volverás? — niega ante de ver hacia la ventana, donde está la abuela
— Mi destino no es estar aquí, si no al lado de mi madre, lo siento, pero no puedo quedarme — ¿su madre?
¡Su madre! Y ahí es donde los recuerdos de lo que paso invaden mi mente aclarando las lagunas que nublaban la verdad de los hechos. Su padre inconsciente en el piso apuñalado por la mano de su propia hija, siendo traicionado por el ser que el mas suele proteger, sin saber que el que se tenía que proteger era el mismo de ella, ya que demostró que ella es más peligrosa de lo que parece.
La despido por última vez antes de que desaparezca entre el espeso bosque, sintiendo una tristeza inmensa al despedirme de mi única amiga, la única persona que de verdad me logro demostrar sinceridad y amor sin importar lo loca que este. La miro irse dejándome a mi atrás.
Con el caer de la noche aun con los recuerdos latentes de su repentina ida ingreso a la casa, sintiendo el olor a comida casera recién echa, la casa se siente más vacía que antes, más solitaria incluso que cuando se iba de manera temporal, la extraño tanto que siento que he perdido una parte importante de mí. Perdí a la única persona con la que me abrir completamente, la única persona que me acepto sin importarle lo raro que solía ser, o lo curioso y obsesivo que me podía comportar.
— Cariño, la comida está servida, ven. Vamos a cenar — miro lo feliz que se encuentra la abuela sintiendo más mal de lo que ya me sentía al ver el festín servido en la mesa, solo con dos sillas colocadas — ¿no tienes hambre? — otra vez esa mirada intimidante
Termino sentándome a devorar todo lo que me sirve antes de desatar su ira, tal vez era lo mejor que podía hacer antes de ser reprendido por ella, vuelve a sonreír y a ser tan habladora como nunca antes la había visto preguntándome ¿Cuándo la abuela había sido tan expresiva y habladora como lo está haciendo ahora? Bebe de su copa de vino mientras cuanta anécdotas de su antiguo matrimonio, y de cómo solía ser de bonita cuando era joven, habla de sus aventuras como si fueran sido ayer, relata detalles de su antigua amor dejándome anonadado de datos que jamás imagine que ella fuera capaz de hacer, como por ejemplo; escaparse en la madrugada de la casa de sus padres solo para pasar la noche con un chico o irse de fiesta en el campo donde vivía para sentirse libre de las ataduras y dictaduras de su madre.
— Mamá era tan estricta que solía ponerme a leer muchísimos libros a su lado cuando hacía algo que no era de su agrado, pensaba que poniéndome a leer cuentos de la antigua Grecia o de los tiempos medievales iba a terminar torturando mi cabeza o corrigiendo mi rebelde actitud, lo que ella no sabía era que amaba ese tipo de lectura, me sentía importante e inteligente cuando le hablaba a mis amigos de las historias que leía, lograba asombrar a más de uno cuando hablaba de los antiguos ejércitos o dioses que regían naciones enteras — asiento viendo como rellena por décima vez su copa de vino, sin importarle que yo aún soy un niño para escuchar sus historias subidas de tono
Dejo que se acabe la botella y termine dormida con la cara en metida en la sopa ya fría, considerando eso como mi única oportunidad para buscar pistas de lo que pudo suceder luego de mi inconciencia, apresurando el paso a las escaleras que guían al piso de arriba, ingresando de manera sigilosa a la habitación de Emma, lo que me deja totalmente sorprendido ya que esta se encuentra totalmente vacía.
¿Pero qué rayos? Si hace menos de unas horas esta habitación estaba totalmente repleta de sus cosas, no está siquiera su cama ¿Cómo hicieron para desaparecer todo en solo cuestión de horas? Miro mi reloj y me doy cuenta por la fecha que refleja que no solo fueron horas sino días, ¿estuve inconsciente por dos días? ¿Qué diablos? Busco entre los bolsillos el teléfono que le quite a la abuela y ¡rayos! Es cierto, estuve dos días inconsciente.
Me acerco a donde se supone que estaba el cuerpo del padre de Emma y ¡nada! No hay ni rastros de sangre ¿Cómo es eso posible? Si antes me sentía perdido ahora me siento más perdido de lo que ya estaba antes.
Es como si nunca fuera estado aquí, como si presencia aquí fuera una ilusión, todo lo que pertenecía a ella y daba constancia de su existencia había desaparecido, toda ella había desaparecido de mi vida sin dejar algo que pudiera consolar mi perdida y lastimada alma, se fue y se llevó todo lo que representa ella, recuerdos y momentos felices tirados a la basura por su egoísmo a no formar parte de mi vida.