6. KAELYN LAM

1307 Words
Kaelyn trataba de abrir sus ojos, los cuales le pesaban toneladas, odiaba desvelarse cuando tenía que levantarse temprano, pero claro como se dejó convencer por Callie que debían festejar que ya tenía empleo, claro, que aunque no se desveló de fiesta, no se había emborrachado, sí se había desvelado por un hermoso hombre, aunque no quisiera abrió sus ojos, sabía que tenía que ir a trabajar. Miró a su lado y Andrew estaba plácidamente dormido, se veía tan guapo, tan perfecto, sacudió su cabeza y se levantó con sumo cuidado y en silencio para no despertarlo, miró la hora en el reloj que estaba en la mesita de noche y eran las 5 am, frustrada de que solo había dormido solo dos horas, buscó con la mirada su vestido, al encontrarlo lo agarró, y se lo colocó, buscó sus zapatos y cuando los tuvo en la mano salió de la habitación sin mirar atrás, cuando llegó a la sala su bolso seguía tirado en el piso, busco su celular y llamó un taxi, entraba a las 8 am a trabajar, tendría que pasar a puras bebidas energéticas, mientras esperaba que llegara el taxi, un ruido a su espalda la asustó, se giró y se encontró una mujer de unos 60 años.  —Hola — dijo realmente apenada de que la vieran en ese estado.  —Hola — dijo la señora sonriendo — ¿Qué sorpresa encontrar a una mujer aquí? — dijo amable, la noche anterior cuando escuchó a su niño llegar salió a recibirlo, pero en cuanto lo vio metiéndole la lengua hasta las garganta a la mujer que tenía enfrente decidió dar media vuelta y no salir por nada del mundo. Kaelyn le sonrió.  —E… este, podría abrirme usted y así no tener que despertar a Andrew, tengo que ir a trabajar y se me hace tarde. — mintió, porque lo menos que pensaba era buscar a ese hombre para que pudiera abrirle, la mujer al ver la prisa y la congoja, le dijo que enseguida le abría.  — El taxi puede entrar, y recogerla aquí en la puerta, así no tiene que caminar hasta el portón principal.  —Gracias se lo agradezco — en ese instante un taxi llegaba a la gran entrada, donde le abrieron los portones para que pudiera entrar.  —Muchas gracias — dijo Kaelyn antes de salir de esa casa y subirse al taxi, debía, ir arreglarse, quería verse hermosa para el primer día como secretaria de presidencia, sabía que con las ojeras no podía hacer mucho pero se esforzaria para verse radiante.  …  Andrew empezó a estirarse en la cama, y con su mano buscó a él hermoso cuerpo femenino que le había calentado la noche y parte de la madrugada, pero al no sentirla frunció el ceño aún con los ojos cerrados, suspiró dando por hecho que la bella Liz ya no se encontraba ahí, abrió los ojos, y así era, sabía que así era, y aunque debería estar feliz porque no la tuvo que echar, algo en él no le gustó que se fuera sin nisiquiera despedirse. Sin saber porque se levantó frustrado, y al ver la hora en el reloj de la mesita de noche se maldijo y dejó de pensar en esa mujer que no volvería a ver, ya que eran las 8:30 am y ya tenía media hora de retraso.  Se duchó y se mudó como todo un empresario, uno al cual las mujeres veía y se les caía la baba, y él lo sabía.  Cuando bajó, iba directo a la salida pero su hermosa nana lo detuvo.  —Creo que te ha agarrado tarde.. — dijo con una sonrisa..  —Nana, eso es algo lógico, no estoy para tus curiosidades, debo irme, sino llegaré aún más tarde.  —La mujer que trajiste anoche, era realmente hermosa, claro, que primero me sorprendí porque trajeras alguien a casa, luego me sorprendí cuando quise venir a saludarte y le tenias la lengua hasta la garganta de esa pobre niña — Andrew no pudo evitar sonrojarse en cuanto la escuchó — Y hoy en la mañana cuando le abrí el portón pude apreciarla bien. — Eso sí llamó su atención.  —¿A qué horas se marchó?  —A las cinco de la mañana, estaba algo apurada, dijo algo como que llegaba tarde al trabajo — Andrew recordó que la nota que le había dejado la amiga, donde le decía algo de que hoy era su primer día de trabajo, bueno, en fin, ya no tenía porque seguir pensando en esa mujer.  —Bueno Nana, debo irme, lamento la escena de anoche, pensé que estarías dormida, y no te preocupes, ella no volverá a venir, ni siquiera su número de celular me dio — dijo algo berrinchudo, y su Nana lo notó — Ahora te dejo, en la noche hablamos.  De camino a la empresa, no podía sacarse a Liz de la cabeza, tal vez si volviera al bar la volvería a ver, no, él no podía buscarla de nuevo, en cuanto llegó, Chase estaba en recepción hablando con la de información, se veía algo enojado.  —¿Qué pasa? — dijo en cuanto llegó a él.  —Qué esta muchacha no hace su trabajo como corresponde por estar en el puro chisme, hoy a mi hija no la a tratado como debía, y fue muy grosera, sin percatarse que yo venía detrás de ella, y ahora cuando hemos venido de desayunar, la mujer volvió hacerle otro desplante, ya que los de recursos humanos no le ha dado su gafete, hasta las tres de la tarde, Kaelyn se está controlando por ser su primer día, porque sino la hubiera agarrado de los pelos, así que es la última advertencia, sino irá de patitas en la calle, y no porque sea mi hija, ya he tenido varias quejas pero he tratado de ser comprensivo, porque a veces es frustrante el trabajo, pero tiene que saber que usted es la cara de la empresa, sabía que este sería su trabajo cuando se contrató, así que si ve que no puede con el puesto, puede poner la renuncia. — Chase dio media vuelta y se dirigió a ver a su hija, que la había dejado histérica en su oficina.  Andrew miró a Sophia, muy serio.  —Chase tiene toda la razón en lo que ha dicho, y ya lo oyó así que espero que se esfuerce. — Andrew se fue detrás de Chase quién lo esperaba en el elevador.  —A alguien se le pegaron las cobijas — Chase estaba sonriendo, Andrew le agradaba que ese hombre tuviera siempre buen humor claro que cuando debía regañar lo hacía muy serio y enojado.  —Si, no se como me pasó.  —Descuida hijo, nunca has llegado tarde, esta bien que de vez en cuando te des un respiro.  —Para mí no está bien, la verdad pasé una gran noche y me quedé dormido.  —Vaya, ¿te fuiste a sacar el estrés que tenías?  — Algo así, pero no me quejo, fue grandioso. —Chase negó con la cabeza, pero mantuvo la sonrisa en su rostro.  —¿Quieres conocer a mi princesa?  —Por supuesto, una Lam siempre es bienvenida.  —Está en mi oficina, ven, vamos te la presento antes de que se vaya a presidencia. — ambos hombres siguieron en silencio, hasta la oficina de Chase, al llegar, Andrew no pudo evitar recorrer el cuerpo de la mujer que estabas de espaldas a él, algo en él se estremeció.  —Kae, hija, mira te presento a Andrew Tremblay — Kaelyn se giró y quedó estática en su lugar cuando vio al hombre que no había podido sacar de su cabeza.  —Andrew, esta hermosa mujer es mi hija Kaelyn Lam, o como le decimos Kae. 
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