Andrew pensó que estaba soñando, ¿cómo era posible? trató de salir del trance en el que se encontraba, esa mujer le había mentido con su nombre, pero a pesar de eso, no pudo evitar sentirse alegre por volverla a ver.
—Así que tu eres la famosa Kaelyn Lam, sabes, te pareces a una mujer que conocí anoche, pero se llama Liz. — dijo tendiendole la mano, Kae quiso matarlo con la mirada por ser tan idiota.
—Pues no creo que haya sido tan hermosa como yo — le dio la mano en forma de saludo — mucho gusto Andrew — la sonrisa que le dio hizo que a él le temblara el piso. Kae se giró a su padre. — Me voy a presidencia, aunque el presidente no esté, no creo que deba estar fuera de mi área de trabajo.
—Está bien princesa, ve, y no te preocupes, Sophia no volverá a molestarte.
—Bien, no quiero empezar a tener problemas — Kaelyn abrazo a su padre muy fuerte, lo amaba, y no se avergonzaba demostrarlo cada vez que podía, con o sin gente cerca. — Necesito otro favor papi.
—Tú dirás — nunca podía negarle nada a su única princesa, Andrew los observaba en silencio, sin poder creer que la mujer que había estado entre sus brazos anoche, era la hija del que consideraba un segundo padre para él.
—Dile a Zac, que si no quiere que lo mande al hospital, que no me fastidie, ni me cele, tú mismo viste que cuando llegó un compañero a presentarse lo mandó de paseo, ya no soy una niña.
—Pero eres la princesa de la casa. — dijo Chase, solo por verla enojada, y lo consiguió al ver como se cruzaba de brazos y su mirada echaba chispas.
—Papá, estoy hablando muy enserio. — Chase se carcajeó, incluso Andrew le pareció más hermosa enojada.
—Lo sé cielo, yo hablaré con él, no te preocupes.
—Gracias papi — volvió a darle otro beso, se giró y miró a Andrew. — Mucho gusto — salió de la oficina y Andrew seguía sin poder creerlo.
—Bueno, Chase, tu hija es realmente hermosa, pero hablamos más tarde, debo irme, no quiero atrasarme más.
—Sé que mi princesa es hermosa, y ve tranquilo, hablamos luego. — Andrew, necesitaba hablar con Kaelyn, quería saber porque había mentido, logró alcanzarla en el elevador, Kae en cuanto lo vio a su lado, empezó a sentirse nerviosa.
—Así que Kaelyn — ella simplemente se alzó de hombros, restándole importancia.
—No me gusta dar mi nombre, muchos hombres se aprovechan de las mujeres que ven solas en bares, para acosarlas o cualquier cosa que se les ocurra.
—¿Y tú amiga también mintió sobre su nombre?
—Al principio sí, pero cuando la llamé, ella dijo mi nombre, así que supongo que al final, tu amigo supo los verdaderos nombres — la puerta del ascensor se abrió y ambos entraron, la oficina de Andrew estaba un piso más arriba, y la presidencia dos más arriba.
—¿Por qué te fuiste sin despedirte? —Kaelyn se giró a mirarlo.
—Por que era una noche solamente, sexo sin compromiso, para ser sincera, lo que hice ayer no suelo hacerlo, algo en ti llamó mi atención, pero ahora que trabajamos juntos no puede volver a repetirse. — Andrew se molestó al oírla, cuando iba a decir algo las puertas del ascensor se abrieron, él se detuvo en medio de las puertas.
—Mmm, no te preocupes yo en ningún momento te estoy diciendo que va a volver a pasar. Que tengas buen día Kaelyn. — dio un paso atrás y se quedó mirándola mientras la puerta se cerraba, dejándola impresionada por sus palabras.
—Señor Tremblay, pensé que algo le había pasado — Alba se encontraba detrás de él, lo irritó escucharla, por lo que trató de relajarse antes de girarse.
—Sí me hubiera pasado, creo que ya toda la empresa se hubiera dado cuenta.
—¿Por qué llega a esta hora? — inmediatamente se mordió la lengua al no poder quedarse callada, haciendo que la ira de Andrew incrementara.
—Voy a dejar algo muy en claro Alba, que sea la primera la última vez que me pides una explicación, porque yo soy el jefe no tú, eres una buena empleada, no hagas que te despida, así que deja ya de meterte en mi vida, y para que te quede claro, vine a esta hora porque pasé la noche con una mujer perfecta, ahora a trabajar, que para eso se te paga. — Andrew odiaba ser tan imbécil y grosero con una mujer, pero tenía que ponerle un alto a Alba, quién en este momento tenía los ojos llenos de lágrimas, pero no derramó ninguna, siguió de camino a su oficina, y aunque quiso negarlo le agradó saber que seguiría viendo a la mujer que le había hecho pasar una noche única, en su rostro se formó una enorme y sincera sonrisa.
Kaelyn no podía dejar de pensar en Andrew, ese hombre le había movido el piso, era guapo, sexy, galán y hacía el mejor sexo que hubiera tenido, no era que Max no lo hiciera bien, por el contrario, por algo era su mejor amigo con derecho, era fantástico en la cama, pero Andrew era increíble, no habían palabras para expresar lo que había sentido, pero le decepcionó saber que él no planeaba volver a tener sexo con ella, aunque ella fue la primera en decirlo, deseaba que él le dijera que no, pero no había sido así.
A su jefe no pudo conocerlo, al parecer, algo se le había presentado, pero aún así estaba ordenando citas y arreglando todo el desorden que había al no tener secretaría, por lo que decidió poner manos a la obra y ponerse.
Andrew llamó a su padre para preguntarle porque Declan no estaba, y se enteró que salió a resolver los contratos cancelados que él llegaría hasta el día siguiente, Andrew sabía que no haría nada, pero decidió no decir nada. Terminó la llamada y se puso de pie, quería verla, hablar con ella, aclarar ciertas cosas pero no sabía cómo hacer las cosas con Kaelyn, ya se había dado cuenta que no era una mujer común, unos golpes a la puerta lo sacaron de sus pensamientos.
—Adelante — Alba entró enojada. — ¿Qué quiere? — Andrew le molestó la actitud de Alba, ya la conocía, sabía que algo quería reclamar.
—La nueva secretaria de presidencia lo busca, ¿Por qué?
—¿Kaelyn? — Alba se molestó aún más al saber que él sabía quién era.
—Sí
—Hágala pasar y cómo parece que no quieres entender lo que le dije temprano, voy hablar para que empiecen a buscarme una nueva secretaria. Alba abrió los ojos como platos.
—No señor, no será necesario, yo voy a comportarme. — Andrew la miró fijamente.
—Retírate y dile a Kaelyn que puede pasar — Alba dio media vuelta para salir de la oficina pero Andrew la detuvo — Por cierto Alba, por si no sabes Kaelyn es la hija de Chase, así que comportarte, y respetala. — la mirada de Alba echaba fuego, algo le decía que esa mujer traería problemas.
Unos minutos después entró Kaelyn algo nerviosa y caminando muy sexy, inmediatamente su m*****o empezó a molestar.
—¿Puedo sentarme?
—Por supuesto. ¿En qué puedo ayudarte Kaelyn? — ese nombre sí era perfecto para ella.
—Solo vine hablar contigo, quiero disculparme, por cómo me comporté en el ascensor, la verdad estaba muy nerviosa, no estoy acostumbrada acostarme con algún hombre que encuentre en el bar.
—¿Cómo haces para tener sexo si no tienes encuentro casuales? —era una pregunta que le rondaba la cabeza
—Me acuesto con mi mejor amigo— dijo despreocupada, Andrew estaba sorprendido.
—Ya — dijo tratando de parecer desinteresado — Pues no te preocupes, no le diré a nadie, lo que menos quiero hacer es que te sientas incómoda.
—Bien, gracias y puedes decirme Kae, — Andrew le sonrió —Ahora me voy a seguir trabajando, espero al menos llevarme bien contigo.
—De acuerdo Kae, y no te preocupes por eso, estoy seguro que nos llevaremos bien, eres una Lam, y eso es magnífico. — Kaelyn sonrió al igual que Andrew, ambos deseaban más de lo que podían admitir, pero ninguno se atrevía a dar el siguiente paso.