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1404 Words
Cuando Liam puso el pie en el primer escalón de la empinada escalera hacia el balcón VIP, levantó la mirada para encontrarse con unos ojos color chocolate clavados sobre él. La mirada del hombre de la motocicleta era pura lujuria contenida, a lo que estaba muy acostumbrado como modelo de fotografía y pasarela que era, pero por alguna razón le molestaba que ese hombre también lo viera de esa manera, a pesar de que él mismo se lo había comido con la mirada hace algunos minutos. Por cada escalón que subía, iba construyendo una armadura sobre sí mismo, se iba predisponiendo cada vez más en contra del hombre, hasta el momento inocente. No sabía por qué lo hacía, dejémonos de estupideces, sí lo sabía; solo se estaba protegiendo a sí mismo. Sabía que el tipo le gustaba mucho y ni siquiera lo había escuchado hablar, ni sabía nada de él, y sabía perfectamente todo lo que era capaz de entregar si alguien lograra llegar a él, cosa que hace mucho tiempo no pasaba, y no se lo iba a permitir, no a este hombre que seguro era uno más de esos dominantes, que veían en él a un chico bonito que presumir o que solo querían sentirse poderosos al saber que habían dominado al reconocido súper modelo Liam Maxwell, mientras que él entregaba todo de sí. No, ya no era ese chico tonto que hace dos años le entregó las riendas de su vida a un Dom imbécil, que casi lo llevó al hospital y que cuando se enteró de su enfermedad lo dejó a pesar de sus lágrimas y lesiones, y como si fuera poco intentó chantajearlo con hacer público su secreto y acabar con su carrera; lo siento, pero nadie se metía con un Maxwell y sobrevivía. En cuanto sus pasos se detuvieron frente al sexy hombre, metió las manos en los bolsillos de su gabán especial e hizo lo que mejor sabía cuando se sentía amenazado, esparció su veneno. _ ¿Soy o me parezco? _ destiló arrogancia en cada palabra, pero todo esperó menos la respuesta del hombre, que lejos de enojarse, y exigir respeto, como haría cualquier otro Dom, le devolvió una reluciente sonrisa y una respuesta sarcástica. Si bien, no estaba seguro de que fuera un dominante, ahora lo sabía. El tipo se puso de pie frente a él, y extendiendo su amplio cuerpo mostró su dominio solo con lenguaje corporal, le sacaba casi dos cabezas de altura a pesar de llevar tacones. Sintió como su corazón se aceleró y su cuerpo le pedía obedecer, ¿obedecer a qué?, si ni siquiera le habían dado una orden. “Tranquilo Liam, tú eres grande y poderoso, no te dejes someter” era el mantra en su cabeza mientras su mirada permanecía fija en la del otro hombre. _ Aún no estoy seguro, pero lo averiguaré pronto_ su respuesta con voz profunda traía un tono burlón, y venía acompañado de una brillante sonrisa de dientes perfectos y un guiño de ojo que parecía ser más una costumbre que algo especial, eso a pesar de que le gustó a Liam, también lo enojó y lo ayudó a terminar de construir sus paredes, se paró firme tomando el control de sus piernas traicioneras y estaba decidido a no bajar la mirada cuando uno de sus amigos intervino. _ Oookeeeyyy _ habló Taylor en medio de ellos_ no sé si ya se presentaron, pero veo que se la llevarán bien_ “Sí, claro” _ David este es Liam Maxwell_ Liam no se inmutó_ Liam este es David Olson_ David se limpió la mano en sus jeans desgastados y luego se la tendió sin dejar caer su sonrisa. A Liam, el gesto se le hizo tierno por un momento y casi le saca una sonrisa, pero no, tenía que mantener su fachada hasta el final, apretó las manos en los bolsillos de su chaqueta y mirando la mano tendida de David, dio la espalda, dirigiéndose a la única silla libre que quedaba en la mesa. _ Es obvio que un tipo como él no tiene idea de quién es Liam Maxwell_ cuando se sentó, con más elegancia de la acostumbrada, vio cómo David acariciaba su cabello con la mano que le había dejado esperando y luego también tomó asiento justo en frente de él, dejando a ambas parejas intercaladas entre ellos. _ ¿Alguien como yo? _ preguntó David sin gota de enojo en su voz_ ¿Y qué sabes tú de mí? Por un momento en la mesa parecía estar solo ellos dos, de repente el motivo del por qué todos estaban aquí reunidos carecía de importancia. _ Nada, pero solo basta con mirarte y mirar a tu alrededor para deducirlo. _ Liam _ Chris, como buen dominante, reprendió la actitud que estaba teniendo con su amigo, con solo mencionar su nombre, supo que debía ir con cuidado. David miró su entorno, como si ya no lo hubiese hecho, y sus ojos se detuvieron en la persona de pie a unos centímetros detrás de él. Al parecer, lo reconoció de hace un momento atrás, porque el entendimiento brilló en sus ojos cuando vio a Jackson. _ Tranquilo Chris, es obvio que al principito no le gustan los extraños_ Liam se retorció en su silla, por el sobrenombre impuesto, abrió la boca para protestar, pero David prosiguió _ y si te refieres a mi forma de vestir, lejos de ofenderme, me alagas. No me gusta encajar en el molde de la sociedad; no sé, ni voy con las modas impuestas, pero sé lo suficiente para decir que tu gabán está fuera de temporada. Hace mucho calor en verano para andar tan cubierto. La risa de Zack se escuchó entre ellos, parecía estar disfrutando de la extraña interacción de ese par, mientras que los demás no entendían qué pasaba y dudaban si debían intervenir. ¡Auch! Golpe bajo, pero lo usaría a su favor. *-*-*-*-* David no sabía que se arrepentiría tan pronto de haber dicho a un súper modelo y reconocido diseñador que estaba fuera de moda, pero lo hizo en cuanto, sin pronunciar palabra, Liam se levantó con toda gracia, mientras su guardaespaldas, chofer y al parecer esclavo, se aproximaba a retirarle la silla. El hombre tenía el ceño fruncido y juraría que quería matarlo, pero quien lo hizo fue el joven modelo cuando lentamente desató el nudo del cinturón de su gabardina y poco a poco la desabotonó de abajo hacia arriba, sin despegar su mirada de él, como si quisiera darle un pequeño espectáculo. Con cada botón que se abría, la garganta de David se secaba un poco más y su corazón se volvía cada vez más loco. No sabía lo que aquella chaqueta ocultaba, pero eso no era lo más importante que lo descubriría cuando al fin la sacara por completo. La quitó como quien desenvuelve un regalo y se la entregó al hombre detrás de él. David pudo apreciar el cuerpo esbelto de Liam que vestía un conjunto sastre completamente a medida, con una chaqueta bastante original que tenía al frente un escote en V completamente abierto hasta el inicio de su abdomen, dejando ver todo su hermoso y largo cuello hasta la piel blanca de su pecho con algunos lunares y nada de vellos. Como si fuera poco, se dio la vuelta y metió las manos en los bolsillos de su pantalón, ajustando su redondo y delicado trasero que podía ver junto a toda su espalda gracias a la tela transparente de la chaqueta en la parte trasera. Maldita sea, era una jodida tentación. Lo supo desde el momento en que lo vio entrar. Pero lo que más le alegró y le preocupó a partes iguales fue el olor que golpeó sus sentidos en cuanto la chaqueta se batió, y como si despertara de un largo sueño, la voz de su madre sonó en sus oídos “solo tienes que tener tus sentidos bien atentos, así no lo pasarás por alto cuando te lo vuelvas a encontrar”. Innumerables imágenes, sensaciones y sonidos pasaron rápidamente por su mente, mostrándole las similitudes que le decían que estaba en lo correcto… Cabello dorado, ojos color zafiro, piel blanca, voz aterciopelada, “sunset”, y ese aroma a rosas completamente único solo confirmaban que… Liam era aquella chica, era el chico del cuarto oscuro, era su rosa especial.
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