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1374 Words
Había pasado una semana desde que David había vuelto a su rutina diaria después de haber asistido a aquel evento. A pesar de eso, no podía sacarse de la cabeza al chico que con tanta seguridad y propiedad caminaba en aquella pasarela. Hoy era domingo, el taller no abría, y por esa razón quiso aprovechar para hacer una de las cosas que más amaba: ir a la playa. Al deslizarse sobre las olas sentía como pudiera sortear cualquier obstáculo y lo ayudaba a despejar su mente. Así que tomo su tabla, la subió a su jeep Wrangler todoterreno y se encamino a su aventura. Era allí donde se encontraba en este momento, sentado en la arena disfrutando del sol, el viento y el mar. Las playas de Seal Beach eran bastante tranquilas, por eso amaba este lugar. A diferencia de Beverly Hills, donde vivían sus padre y amigos, las playas eran hermosas, pero permanecían abarrotadas de gente. Pero hoy había un especial silencio en esta área de la playa. David miro a su alrededor y todo estaba extrañamente solitario para ser un domingo por la mañana. Vio pasar a un grupo de chicas corriendo y comentando algo; parecían muy emocionadas. Así que las detuvo para preguntar. —Hola chicas, ¿a dónde van con tanta prisa? Las cuatro jóvenes se detuvieron y, dando saltos emocionados, empezaron a explicar hablando una sobre la otra. David no entendía nada, solo las escuchaba divertido, hasta que uno de ellas menciono un nombre: Liam Maxwell. —Espera, ¿qué dijiste? —preguntó extrañado —Estamos diciendo que Sunset, ha querido tomar a Seal Beach como escenario para su nuevo catálogo de verano. Están al otro lado de la playa haciendo las fotos y Liam está aquí —las cuatro chicas pegaron un grito emocionado y siguieron apresuradas su camino, dejando a David desconcertado. ¿Cómo no se había enterado de esto? Había estado tan ocupado en el taller durante toda la semana que no había tenido tiempo para mucho más. Embarco su tabla nuevamente y arranco su jeep hacia donde las chicas habían señalado. Al llegar a lugar, pudo darse cuenta porque el otro lado de la playa estaba tan solitario: todos parecían estar aquí. Un mundo de personas se arremolinaba detrás de área acordonada, intentando ver la sesión fotográfica. David se acercó en su jeep al área lo más que pudo, se detuvo y sin bajarse del auto, solo se levantó para observar sobre la multitud. Desde el techo descapotable, apoyo su trasero sobre el hardtop donde también reposaba su tabla de surf, se cruzó de brazos y repartió la mirada por toda el área. Todos estaban revolucionados: gente del staff corría de un lado a otro, modelos se maquillaba y preparaban, el personal de seguridad mantenía a la gente alejada y, entonces, lo vio. Liam lucía una capa con capucha al estilo de caperucita, solo que la de él era azul rey. La capa cubría elegantemente su rostro y todo su cuerpo. David miro hacia arriba y vio al sol arreciar sobre él. Liam caminaba de un lado a otro bajo el calor, discutía algo en su teléfono con un rostro preocupado, mientras Jackson lo seguía con una gran sombrilla sin perderle pisada. No debería estar en este lugar. A pesar de tomar todas las precauciones, sabía que podía hacerle daño. David no pudo evitar preocuparse. Un sonoro clic lo saco de sus pensamientos y lo hizo girar su mirada hacia donde venía el sonido, provocado por el disparo de una cámara. —¡Joder! —exclamó la persona que había tomado la fotografía, mientras miraba la pequeña pantalla de su cámara. —Disculpa, ¿acabas de tomarme una foto? —pregunto David al hombre delgado que vestía pantalones cortos de mezclilla y una camiseta negra con el logo de su agencia. —oh, Si… lo siento… Si quieres, puedo borrarla, pero… sería una verdadera lástima. Mira esto —el hombre le acerco la cámara para que viera la fotografía. Había salido realmente bien—. ¿Eres modelo? —pregunto el extraño. —Oh no, nada de eso —respondió David con una sonrisa. —No puedo creerlo. ¿Surfeas? —pregunto señalando la tabla que tenía a su lado. —Mmm, eso sí. —Maldición, eres todo lo que necesitamos. ¿Dejarías que te tomáramos unas fotografías? Perdón mi mala educación, soy Víctor Sanders, fotógrafo profesional, pero todos me llaman Vik —dijo tendiéndole la mano—. Soy uno de los encargados de fotografiar el catálogo de verano Sunset. ¿Estarías interesado? Pagamos bien, no tendrías que hacer mucho, solo déjate llevar y se tú mismo, justo como ahora. Estamos teniendo problemas con nuestro modelo principal y Liam está que echa chispas. Perdona por hablar tanto, pero no siempre conseguimos un modelo natural justo cuando lo necesitamos. ¿Cómo te llamas? —David Olson, pero todos me llaman Dav —se presentó con una sonrisa—. Gracias por todos los cumplidos, pero no creo ser lo que Liam Maxwell está buscando —no pudo evitar que una nota de tristeza se deslizara en su voz. —Hey Vik —alguien del staff llamo a lo lejos. Víctor miró hacia donde llamaban y le hicieron señas para que se acercara. Antes de despedirse, se volvió nuevamente a David. —De Liam me encargo yo. Solo dame un momento, no te vayas —y con esas palabras se alejó apresurado volviendo a su trabajo. Lo vio acercarse a Liam para hablar con él. Desde lo alto de su auto, pudo ver claramente cuando el hombre le mostraba la foto que acababa de tomarle. —Gracias destino, esto va a ser divertido —susurró para sí mismo. *-*-*-*-* Liam estaba teniendo un día de mierda. El sol estaba más caliente que nunca y el ni siquiera debería estar aquí. El calor lo estaba matando, pero no podía quitarse la capa o literalmente iba a incendiarse aún más. La sesión de fotos debió haber iniciado hace más de una hora, pero su modelo principal había llamado para disculparse ya que había sufrido un accidente y se había lesionado un tobillo, así que le mandaron completo reposo. Ahora estaba al teléfono llamando a varias agencias a ver si tenían a alguien disponible que cumpliera con los requisitos que estábamos buscando: hombre alto, con buen cuerpo, bronceado y que tuviera la apariencia natural de un surfista y que además lo fuera. Misión imposible, no había dado con nadie y Liam estaba a punto de enloquecer y cancelar todo cuando… —Liam… Liam, lo encontré —se acercó su fotógrafo encargado dando gritos emocionados—. No busques más, tengo a la persona indicada. Quiero que veas esto, te vas a morir —Vik sabía lo exigente que podía ser Liam para cualquier cosa que tuviera que ver con su trabajo. Él tenía que dar el visto bueno a todo. El fotógrafo le mostro una foto en la pequeña pantalla de su cámara—. Dime si no es genial. En la fotografía se veía a un hombre de cabello color caramelo, apoyado en el interior de un jeep, vistiendo solo un short de color n***o. Sus brazos grandes cruzados a la altura de su pecho, completamente cubiertos de tatuajes, dejaban ver un hermoso bronceado natural que combinaba perfectamente con la tabla de surf a su lado y el sol que brillaba en su cuerpo. Su pose totalmente relajada y despreocupada lo hacía ver jodidamente guapo. La foto era hermosa. —No es jodidamente guapo? —pregunto el fotógrafo como si hubiese escuchado sus pensamientos. Liam asintió—. Y su registro fotográfico es espectacular, el chico se llama David Olson y está por allá. No fue hasta que escucho el nombre que reparo mejor en el rostro del hombre de la foto. Levanto la mirada hacia donde el fotógrafo indicaba y su mirada se encontró de frente con los ojos color miel que lo miraban a lo lejos. No lo podía creer, sí era el mismo David Olson y era extremadamente sexy. El hombre levanto la mano y movió ligeramente sus dedos con una pequeña risa burlona en señal de saludo. No, definitivamente, eso no iba a pasar.
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