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1344 Words
—¡No! —dijo Liam rotundamente a la insistencia del fotógrafo para que aceptara que Dav fuera su modelo. —Pero, ¿por qué, Liam?, Dav es sencillamente perfecto, reúne todo lo que buscamos para estas fotos y está dispuesto. Además, habías dicho que se veía guapo. Ya hemos perdido toda la mañana y aun no consigues a nadie más, y si cancelamos la sesión perderemos el haber movido todos estos equipos hasta aquí. De verdad que no entiendo, ¿cuál es la razón? —No es lo que estoy buscando, eso es todo. Además, no es un modelo. —Sí, él dijo lo mismo, pero ¿qué tal si lo traemos y le hacemos una prueba? Confía en mí, sabes que tengo un buen ojo para esto. Liam resopló. —Está bien, pero… —Esta bien, yo me encargo —dijo el fotógrafo, interrumpiendo las palabras de Liam, e inmediatamente corrió para traer a David. … —Liam —volvió a llamar el fotógrafo, pero esta vez venía acompañado de David, quien se veía jodidamente sexy sin ningún esfuerzo, mostrado su torso al descubierto completamente entintado, unos shorts cortos que dejaban ver su fuertes muslos y completamente descalzo con si estuviera totalmente en su elemento—. David dice que no lo hará a menos que tú se lo pidas. ¿Puedes decirle que lo necesitamos? —Hola, principito, ¿necesitas a tu caballero de brillante armadura para rescatarte de este apuro? —se mofó David. Liam fingió una sonrisa. —¿Caballero? Te hace falta mucho para llegar a eso. —Espera, ¿ustedes se conocen? —pregunto Víctor, mirando a ambos hombres. —Si. —No —respondieron David y Liam respectivamente al unísono. —¿Sí o no? Porque a mí me parece que si —el fotógrafo miro a Liam. —No nos conocemos, solo tenemos amigos en común —refutó Liam una vez más. Liam juraría que un halo de tristeza atravesó la mirada de David al escuchar sus palabras, pero rápidamente cambio a una mirada preocupada. —Está bien, lo haré —el fotógrafo salto de felicidad ante el cambio de opinión de David, mientras que Liam esperaba escéptico, esperó a que continuara—. Con una única condición —lo sabía. David se acercó dos pasos más hacia Liam, dejando a un lado a Vik, que observaba—. La condición es que te vayas ahora mismo para el hotel —luego se acercó un poco más para hablarle al oído—. No quiero que tu hermosa piel se marchite, este sol no es para ti —luego, simplotamente dio un paso atrás, no sin antes acomodarle la capucha de su capa para que no le diera el sol. un corrientazo recorrió todo el cuerpo de Liam y su m*****o salto en sus pantalones. ¡Qué carajos! David le sonrió y le dio un guiño coqueto, que, aunque Liam debía reconocer que le gustaba, lo exasperaba a partes iguales. ¿Quién se creía para darle ordenes? ¿Acaso se creía conocer mucho de él? —Porque haría eso, es mi trabajo, tengo que estar aquí. David lanzo una mirada al fotógrafo, cuestionando si eso era cierto, pero el traidor negó ligeramente con la cabeza. —lo harás, ¡AHORA! — repitió David la orden, con voz grave y severa. Todo signo de jocosidad y broma había desaparecido, dando paso a un hombre seguro y confiado. Su cuerpo estaba completamente erguido y sus pies descalzos bien plantados en la arena caliente, mandando toda su vibra dominante. El sumiso en Liam no pudo evitarlo y, a pesar de que quería discutir y contradecir, no le quedo más que bajar la mirada y obedecer. *-*-*-*-* No debería estarle dando órdenes a alguien que no era su sub, pero su instinto protector lo empujaba a cuidar a Liam incluso de sí mismo, y sabía que, si permanecía más tiempo bajo el recio sol, iba a enfermarse o sufrir otras consecuencias. Definitivamente, no debería estar aquí. Ver como Liam respondió a su orden bajando la mirada y toda pared que había levantado, a pesar de no querer hacerlo, mando un relámpago de éxtasis por todo el cuerpo de David que exploto justo en su polla. Sabía que no podría disimularlo mucho con los pantalones cortos y húmedos que se ceñía a su entrepierna, así que se aferró a todo el autocontrol que poseía en su cuerpo para no lanzar a Liam sobre su hombro, llevarlo a su casa y hacerlo suyo hasta volver a llevarlo al subespacio en el que había caído aquella noche en el cuarto oscuro. No, no podía tener esa clase pensamientos justo ahora. Liam no menciono una palabra más; en cambio, solo se retiró dando pequeños pisotones, como un niño enojado, era tan jodidamente sexy y tierno. Al verlo alejarse, vio como Jackson lo seguía hasta su auto, aun cubriéndolo con una gran sombrilla. La mirada de odio que el hombre le lanzo fue el remedio perfecto para su media erección, que murió al instante. No sabía porque, pero no le gustaba para nada este tipo. Quizás solo era el hecho de permanecer 24/7 con Liam y que sea su protector, o tal vez había algo mas —Bien, él hizo su parte, ahora tu haz la tuya —la voz de Vik lo hizo quitar la mirada y su pensamiento del camino por donde Liam se había ido. Quería tanto seguirlo, pero como decía Vik, ahora él tenía que cumplir su palabra, y para un Dom, eso era vital. —Okey, ¿qué tengo que hacer? —David dio un resoplido, volviendo a relajar su cuerpo, y con esas palabras se pusieron manos a la obra. *-*-*-*-* Ya de regreso en su oficina principal, Liam, revisaba las fotos tomadas en Seal Beach. Debía escoger las mejores para que salieran en el catálogo. Se había tardado más de lo habitual en seleccionarlas, pero no porque no le gustaran, todo lo contrario, David se veía extremadamente bien en todas y cada una de las fotografías. Liam se quedaba en cada imagen, detallando cada musculo, cada facción de su rostro, cada sonrisa. Era increíble como cada uno de los atuendos de verano diseñados por el mismo se ceñían como un guante a ese cuerpo esbelto y esa piel bronceada cubierta de tatuajes. Lejos de opacar los diseños y estampados de las telas, los resaltaba sobremanera. Estaba totalmente hipnotizado, aunque odiaba reconocerlo, pero Vik tenía totalmente la razón. Un golpe en la puerta lo sobresaltó, sacándolo del calor de la playa en el que estaba sumergido. Aunque nunca había podido sentirla literalmente en su cuerpo, ahora podía hacerlo a través de la excitación que la imagen de David le provocaba, y nada que decir de la manera contundente en la que le había hablado, jodidamente sexy. Sacudió esos pensamientos, agitando su cabeza. —Adelante —demandó Liam —Acabamos de recibir esto —dijo Mary, su secretaria, al entrar, sosteniendo en sus manos una rustica caja de madera, que Liam ya reconocía. Una sonrisa se apodero de su rostro. Tomo la tarjeta y leyó en ella la frase: “Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores”. ¿Qué quería decir con esta frase tomada del libro? se apresuró a abrir la caja, tal vez el color de la rosa le diera una pista de su mensaje, como había pasado con las anteriores, o confirmara si era lo que estaba pensando. En efecto, era una hermosa rosa eterna de color amarillo. Y aunque muchos tomaban su significado como amistad y alegría, si te remontabas a la época Victoriana su verdadero mensaje seria preocupación y… celos. Liam deslizo su mirada entre la rosa del color del sol, y el sol que bañaba el hermoso cuerpo de David en el monitor. ¡Joder! Le gustaban esos dos hombres, y su Amo misterioso parecía saberlo. Estaba jodido, estaba muy jodido
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