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Algunos años más tarde... — ¡Byron! Tienes una visita. — Ahora ¿quién putas es? – dijo Alana saliendo del GYM fue con el oficial le puso las esposas y cuando llego a la sala de visitas le quitaron las esposas, le indicaron a cuál ir y cuando miro de quien se trataba comenzó a reírse - Navidad llegó antes, hola Sargento cuanto tiempo sin verlo ¿qué tal? – le sonrió al verlo sentando frente a ella. — Alana - saludo el Sargento - ¿Que tal te trata la vida? – tenía el rostro serio como siempre, pero a la rubia sudada con el flequillo algo húmedo, mejillas rojas y jadeante, le provocó algo en su interior, más en su entrepierna. Dejó de mirarla para concentrarse por lo que está ahí. — Estupenda – sonrió divertida - Me la paso mejor aquí que afuera - suspiro - ¿Qué haces aquí? Llevo casi tres años encerrada y no te habías molestado en venir a verme ¿me extrañaste? – hizo un puchero ladeando la cabeza y poniendo ojos de cachorrito abandonado. — No seas anormal - dijo Carrik ocultando su casi sonrisa que se asomaba por la actitud de la rubia - ¿Quiero hacerte una oferta? – se puso serio de nuevo. — Joder sí que está urgido de tenerme ¿qué quieres? – lo miro poniéndose seria. — Un trato, sales con libertad condicional y a cambio quiero que seas mi informante, sé que aun controlas las cosas no soy idiota, tu mafia parece más fuerte. Así que ¿qué dices? — Debe estar de broma - sonrió divertida, colgó el teléfono y se levantó sin decirle nada, fue con el oficial quien le puso las esposas y lo saco. — Hija de perra - gruño Carrik y se fue. Steve se acercó a Alana quien parecía estar alterada dando vueltas por el lugar. Los hombres del lugar aprendieron a no mirarla, su mirada fija en el piso cuando estaba en algún lugar, incluso los guardias tenían qué hacerlo. Seguía encerrada con los hombres, parece qué muchos esperaban qué la violaran repetidamente ahí, la justicia esperaba verla en la ruina pero ella supo domar a la bestia y restregarles en la cara a todos qué a ella nadie la tocara. — ¿Quién era? Alana lo tomó del brazo y fueron hasta donde estuvieran solos. — Era el Sargento – susurro mirándolo. — No jodas, jamás había venido ¿qué quería? — Parece que nos quiere sacar a cambio de lamerle el culo y entregarle todo. — ¿Que? ¿Y qué le dijiste? — No dije nada solo me levanté y me fui de ahí, por favor no voy a entregar a nadie y menos solo porque el idiota ese me lo dice. — Fieles a los nuestros, pero si vino es porque se quedó sin opciones – sonrió Steve. — Ya, pensé eso - lo miro - Y si vino una vez, se arrastrará más veces aquí – sonrió divertida. — ¿Qué piensas hacer? – le sonrió divertido – Se cómo trabaja tu mente así que habla. — Quiero que se arrastre más veces - sonrió divertida y lo miro - Y entre más se humille mejor serán sus ofertas. — Me gusta cómo suena eso. — Mira, en dado caso que ya se haya humillado lo suficiente - lo miro - Y que nos saque de aquí porque ya me tienen hartos todos estos hijos de puta, le pediré que si él está incluido en el trato aceptare sin rezongar. — Y decías que no te gustaba – soltó una risa. — Hey, no podía aceptarlo porque tenía algo con Natán, ahora él esta con la hermana de José, así que soy libre de por fin estar con el Sargento ardiente. — Pues, a esperar que se humille. — Esto va a ser muy divertido… — ¿Él está bien? — Si, está en buenas manos mi primo tranquilo - le sonrió - Y Alana, él jamás ha dejado de amarte, aunque siguió lo que le dijiste. Pero descuida él está muy bien. — Gracias Rogelio - le sonrió la rubia - Pues, bienvenido a el resto de tu vida – dijo divertida. — Yo tengo perpetúa tú no - rieron divertidos. — Tengo 85 años no jodas es casi lo mismo - rieron - Bueno te daré un recorrido, si alguien te da problemas me lo dices. — Gracias Lana. — ¡Byron! Tienes visita - grito el oficial. — Mierda - suspiro Alana - Ve con Steve, él te dará el recorrido. Rogelio le sonrió y se fue con Steve que estaba jugado cartas con su grupo de “amigos.” Alana fue con el oficial, le pusieron las esposas y fue hasta la sala de visitas donde podían verse directamente, que por lo general la usan para hablar con sus abogados. La rubia frunció el ceño al ver qué no estaba su abogado, pero si el Sargento, miro al guardia le quitaron las esposas. Alana camino hasta sentarse frente al Sargento. — El naranja te queda bien - le sonrió el Sargento tratando de romper el hielo y la tensión. — Es mi color - sonrió Alana - ¿Qué pasa? Ya sé que me extrañas y por eso haces bromas – puso sus manos sobre la mesa entrelazadas y lo miro. — Anormal - susurro - Sabes el por qué estoy aquí. Quiero ofrecerte un trato. — Bueno, qué me darás tal vez sea bueno – suspiro. — Dinero, protección eso es muy lo tuyo – le sonrió de lado. — ¿A cambio de entregar a los míos? Si, claro y luego te hago las pajas. — Si quieres no tengo problema con ello. — Idiota - susurro Alana - Si solo has venido aquí para eso, tenga buen día Carrik - se levantó y fue con el guardia - John segunda vez que me llevas con el viejo, para la siguiente no la contarás. — Sí señora - dijo el oficial poniéndole las esposas y llevándolo a la celda. Alana regresó a seguir con sus cosas, porque el estar tras las rejas no lo detuvo de seguir teniendo el control de todo. Las visitas del Sargento siguieron así por unos meses, Alana ya comenzaba a cansarse de ello, así que llegó esa visita. El día que todo lo cambiaría. — Bien lana sé, es la última vez que vend… — Aceptaré su trato - dijo sin más y el Sargento la miro confundido - ¿Qué? Ya me cansé de verlo así - se acercó con una sonrisa - Prefiero verlo de otra manera. — Idiota ¿qué es lo que pedirás? — Quiero el dinero, la protección que habías dicho pero esa protección se extiende a toda mi gente. Quiero el control de la mafia, dependiendo como este ya veré qué hacer con ella, tal vez te la entregué - suspiro - Y... - lo miro - Te entregaré todo lo que quieras a quien tú quieras - el Sargento la miro - Si tú vienes incluido en el trato. — ¿De qué hablas? — Ya sabes, algunas citas, cenas, salidas – sonrió coqueta. — Estás loca por creer que aceptaré algo así. — Carrik te daré todo lo que quieras, sé que saliendo de aquí mi culo será tuyo - le sonrió divertida - Pero quiero que tú también seas mío, esto debe ser recíproco. — Idiota - se levantó y salió de la sala. Alana se quedó sorprendida, por primera vez en casi dos años era Carrik quien se iba primero y no él. — Vaya primera vez que se va él y no yo - sonrió levantándose - ¿Fue un avance? — Un gran avance - dijo el oficial. Alana volvió a dónde estaba con Steve con una sonrisa divertida. — ¿Que paso? ¿Lamió el suelo? – sonrió Steve divertido. — Algo así - sonrió la rubia - Le dije que aceptaría el trato, pero a cambio de cosas y claro a él. — ¿Y qué dijo? - Steve estaba riéndose. — "Idiota" - dijo Alana imitando su voz - Y se fue, primera vez que él se va - rieron. — Lo más gracioso es que vuelve seguro, quiere tu culo. — Y yo se lo estoy ofreciendo - rieron - Bueno, volvamos que tenemos cosas que hacer. {…} Carrik entraba a su despacho enfurecido ¿cómo una imbécil como Alana le pedía algo así? Se sentó en su silla, sacó un cigarrillo, lo encendió y comenzó a fumarlo. Se puso a pensar que tiene varios problemas y Alana es su mejor carta con la cual jugar, no puede perderla. Alana juega mucho con él, pero su voz sonaba sería, ciertamente su culo será suyo en cuanto salga de prisión pero no niega que la rubia tiene un culo deseable. No será mal trato y como dijo ella, sería algo recíproco. Puede que no sea mala idea. {…} Carrik volvía a entrar por última vez a esa sala de visitas, espero a que Alana y su amigo Steve llegaran, cuando las puertas se abrieron los dos chicos llegaron. — Sargento - sonrió Steve - Casi 5 años ¿qué tal? — Steve, Alana - los miro - Ya saben porque estoy aquí. — Si, pero quiero escucharlo - sonrió Alana. — No - dijo Carrik tratando de disimular su sonrisa - Si salen como si nada de aquí sospecharan demasiado, así que deben planear un escape perfecto. — Lo haremos - dijo Alana con una sonrisa juguetona - Pero traeremos con nosotros a Rogelio, salir sin él llamaría mucho. — Bien - suspiro cansado - Cuando estén fuera, un auto los esperará ya tendrá las llaves y se irán. Mantengan perfil bajo y después los contactaré. — Si, pero ahora queremos algo más – dijo Alana y miro a Steve. — Queremos una chapa, una chapa que diga que soy el puto héroe y que me permita hacer lo que quiera - sonrió Steve - Sin tener que estar cuidando mis espaldas por algún poli tras de mí. — ¿Chapa? Son anormales, no tendrán ninguna chapa. — Bueno, pero al menos algo que diga que trabajamos para usted y no tenemos que ir a prisión de nuevo. — Ya veré qué hacer ¿Algo más? — Si el trato lo incluye a usted con traje - Alana se mordió el labio inferior recorriendo con la vista el cuerpo del Sargento - Aceptamos el trato. — Anormal - dijo Carrik - Hagan sus maletas, van a salir de aquí princesas. El Sargento se fue dejándolos solos, los dos se miraron y sonrieron cómplices. Van a salir de ahí. {…} Estudiaron por días las salidas, los guardias a los cuales sobornar, tenían listo su salida y Rogelio estaba dispuesto a irse con ellos. Alana recibió la dirección exacta de dónde estaría el auto que el Sargento les habría dejado. Estaban listos. {…} — ¡Pero porque mierda disparaste! - grito Alana a Rogelio cuando estaban corriendo para llegar a la dirección donde se encontraba el auto. — Lo siento, pero el poli estaba por dispararles. Los disparos comenzaron a caer, Alana recibió uno en el hombro y fue la única herida ya que Steve y Rogelio se encargaron de disparar. — Ese es el auto - dijo Alana señalando un auto blindado color n***o – Steve conduces. Subieron al auto y con el teléfono que consiguieron Rogelio llamo a sus contactos para que los recibieran. Lograron perder a los polis, llegaron a una bodega en el Norte donde Dean y Freddy junto a otros chicos los esperaban. — Preciosa, enserio están locos - dijo Freddy al ayudar a bajar a Alana quien presionaba la herida de su hombro. — Bueno así somos nosotros - sonrió Alana - ¿Nos echaste de menos hombre? Freddy solo sonrió divertido llevando a Alana a una silla. Natán apareció sin poder creerlo, abrazo a su primo Rogelio, aunque él estaba en busca de alguien más. — ¡Alana! - la rubia se levantó en busca de esa voz y cuando la encontró no evitó abrir los brazos para recibir al moreno. — Natán Dios mío te extrañe tanto - lo abrazo, pero después se quejó por el dolor de la herida. — Dios mío te han disparado – dijo Natán preocupado. — No fue nada – sonrió. — Siéntate iré por el botiquín - Alana sonrió al ver cómo Natán se preocupaba por ella. — ¿Te trae recuerdos? - sonrió cuando Natán se sentó a su lado. — Idiota - sonrió Natán. — Bien ya te está atendiendo - dijo Angela, la pareja de Natán y hermana de José - Ustedes sí que están locos. — No podía pasar más tiempo ahí idiota - sonrió Alaric, pero se quejó cuando sintió las pinzas que le sacarían la bala - Mierda eso duele. — Ya te volverás a acostumbrar - dijo Dean con una sonrisa divertida - ¿Que paso? — Bueno que nos hartamos - dijo Steve con una cerveza en su mano - Vimos la oportunidad y salimos. — Tardamos un poco - dijo Alana - Pero aquí estamos ¡auch! – volvió a quejarse. — Su plan fue una puta maravilla - dijo Rogelio - Ahora a cambiarnos todo. — Bueno, yo debo recuperar algunas cosas – Alana los miro - Pero esta vez disparare a matar si alguien se acerca. — Así se habla hermana - dijo Angela. — Bien, descansen estarán a salvo aquí - dijo Freddy y se quedó ahí hasta que todos salieron. — Está listo - dijo Natán limpiando la herida - Como nueva. — Gracias guapo – le sonrió. — De nada - sonrió y se levantó - Los veré en la mañana, no hagas nada estúpido Lana. Alana vio cómo se iba, se sintió mal, le dolía saber que ya no estaba con él. Aclaró su garganta y vio a Freddy y Steve. — ¿Que pasará ahora? - dijo Alana. — Tenemos mucho de qué hablar Lana- dijo Freddy sacando un teléfono - Soy su compañero. — ¿Que? – dijeron los dos confundidos. — Trabajo para Carrik al igual que ustedes mi culo es suyo – suspiro con una sonrisa sarcástica - Él llamará estate atento, mañana los llevaré a un lugar para hablar sobre lo que pasa, solo te diré una cosa Lana - la miro - Todos se traicionaron aquí y no dudes en qué ahora lo hagan contigo y Steve. Traten de dormir un poco, vendré en la mañana. Alana y Steve se miraron ¿qué carajos paso?
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