Capítulo 5: Sobreviviendo por amor

1881 Words
POV Sara: Sostengo a mi amiga antes de que se desplome en el suelo, sus ojos se van cerrando mientras murmura algo inteligible. Tiro la jeringa al suelo lejos de donde estamos y con ambos brazos la rodeo bajo sus axilas, la voy arrastrando hasta la habitación y con cuidado la acomodo en mi cama. ‹‹Mierda, Elleonor. ¿En qué momento nuestra vida se convirtió tanto en un puto infierno?›› Desde hace un mes que sigo con el terror de que en cualquier momento me ataquen, a cada llamada o mensaje que recibo espero sólo lo peor, la mala noticia que llegará. Eso se convirtió en mi vida habitual, entre intentar ser fuerte por mi madre y mis amigos, investigando, apostando cada segundo de mi vida a una causa que sé que salvará vidas. Combatiendo el mal, como me gusta llamarlo. De a poco, pero la lucha es larga, ha durado siglos, desde que el Ángel recibió el don de la visión ha tenido que luchar contra un grupo de humanos que sólo han querido aniquilar todo aquello que sea diferente a ellos, llevando el caos y la matanza a donde fuese que ellos viajaran. Extraño a mi madre cada día, no hay momento en que ese vacío en mi pecho no siga latente, pero no extraño mi vieja vida, no extraño no saber nada sobre esto, siento que al fin mi vida, mi existencia, empieza a tomar forma, a encajar en el mundo. ¿Qué hay de lindo seguir pensando en dónde salir, o si el chico que te gusta te prestará atención? Es un sentimiento vacío, porque, al fin y al cabo, no le importas a nadie, sólo a tus seres queridos, que prácticamente se reduce en un círculo pequeño de personas. Nadie estaría dispuesto a dar su vida por ti, salvo los que en verdad te aman, y ellos son los que vale la pena proteger; por los que vale la pena luchar. Acomodo a Elleonor mejor, quitándole las zapatillas y cubriéndola con las mantas. Ella es la persona más importante para mí además de Andy, y verla con ese odio, esa cruel mirada de asesina… Y lo peor, es no saber cómo ayudarla. —Ay, hermana… El caos ya consume nuestra realidad —susurro mientras tomo su mano y le doy un beso en la frente—. No dejes que te consuma a ti también. —Gabriel… —su balbuceo fue claro, leve pero audible para lo cerca que estoy de ella. Frunzo el ceño, pensativa, y con cuidado le acomodo la almohada un poco más antes de salir de la habitación y dirigirme a la sala para sentarme a descansar un rato. No pensé que la profecía fuese tan firme en los hechos, si bien ella ha soñado varias veces con el lobo, jamás lo soñó como vampiro, como “Gabriel”. Es un paso hacia su destino, al parecer, pero un paso a un precipicio con Alessander. ¿Podrá el amor que se tienen ser más fuerte que el instinto? ¿Más fuerte que la misma naturaleza de ella? Por lo que me contó, lo vio en el bosque, y la conexión que sintió con él fue magnética, es innegable que se atraen, pero también ella es peor que un imán con Alessander. Es como su criptonita. Su sangre la altera al punto de largarse a llorar, como aquellas dos primeras semanas luego del último incidente, en donde se quedó a dormir aquí, conmigo, y nos acompañábamos por las pesadillas que teníamos. Compartíamos las noches llenas de dolor, de terror y de angustia, y fue en una de esas en donde me confesó su situación con Alessander. Ella junto a él es una bomba de tiempo, su instinto aflora literalmente por su piel, y debe tener una enorme fuerza de voluntad para frenarlo, para mentalizarse en no volver a probar su sangre por su terror a no poder volver en sí, a perder la poca humanidad que siente que le queda. ‹‹¿Habrá paz en nuestras vidas en algún momento?›› Pero la realidad es que debe afrontar aquel instinto, luchar por dominarlo y aprender de él. Según la profecía ella debe “beber de la fuente”, y apoderarse de su instinto, que la domine para que ella aprenda a dominarlo, y será ahí cuando su transformación a Dhampir sea completada. Siempre se creyó que el “beber de la fuente” se traduciría a beber de un humano, de la energía vital de un humano, así como ella bebió de mí y su instinto se disparó, pero ¿podría simbolizar, en realidad, que debe beber de él para lograr dominar su instinto? Por sí sola no aceptará enfrentarse a eso, es mucho para que ella tome esa decisión, además de que tiene temor que eso arruine las cosas con Alessander. Prefiere encerrarse en la burbuja que ambos construyeron en este mes, ajenos lo más posible a los problemas, compensando el dolor y la angustia con el amor que se tienen, pero hay veces que eso no es suficiente, y que se debe afrontar la realidad sea cual sea, aunque duela. Observo mi celular sobre uno de los cojines del sillón de la sala en donde estoy sentada, debatiéndome internamente si lo que estoy por hacer es lo correcto, pero al final lo tomo y busco entre mis contactos el nombre de Alessander, marcando una llamada. La línea timbrea tres veces antes de que él conteste con un saludo, su voz suena un poco preocupada, y puede que esa sea la razón de que Elleonor haya venido aquí hoy. Por un lado, me culpaba por hacer esto a espaldas de ella, yo sí creo en la profecía, en que debe cumplir su deber en todo este juego macabro de poder. Creo en un mejor futuro, y también creo que el amor verdadero puede ganar al final, que ella puede ser feliz junto al chico que ame, sea su novio o el lobo n***o, pero sin dar el paso, es imposible saber lo que pasará, y se seguirán perdiendo vidas. Y eso no podía permitirlo. —Necesito que vengas a mi casa, es… Es por Elleonor. Es importante. —En unos minutos estaré ahí —confirma con la voz completamente seria. Es imposible no notar el amor que le tiene, en tan solo un mes ambos se complementaron de una forma única. Ella es su mayor debilidad, y en las peleas, la forma en que la protegía, en que daba su vida por ella sin dudarlo ni un segundo, eso jamás lo vi en alguien más. Y es eso lo que den proteger, porque si esta guerra sigue no se sabe lo que podrá pasar mañana, ni dentro de una semana o de un mes, el destino es incierto si no se lucha por seguir un camino, una meta en común, y aún así nuestras vidas siguen corriendo peligro a cada segundo. Me levanto con pesadez y trato de ordenar todos los papeles lo mejor posible, ya que hay hasta regados en el piso. Mi celular suena y veo que es un mensaje de Andy preguntando si estoy bien, y el porqué de que no fui al Instituto, al igual que Elleonor y Alessander. Es mejor no involucrarlo en esto, él debe estar a salvo, y mientras menos sepa es más seguro para él. Es por eso por lo que tampoco me he quedado más en su casa, y que si lo veo es en el Instituto o en el parque, y si voy a su casa trato de que estemos en el jardín o en la terraza, para que mi olor no esté dentro de su casa. Una lágrima traicionera se escapa, y siento mi corazón doler por la profunda tristeza. Lo amo, es la verdad, pero debo mantenerlo a salvo. Es por eso por lo que también me involucré y le rogué tanto a la señora Cromwell que me acogiera como su aprendiz, de esa forma aprenderé cómo utilizar la información de este mundo sobrenatural a mi favor en caso de ser necesario, en caso de que debamos protegernos y escapar, porque, siendo realista, no tengo garras bestiales ni colmillos de depredador para defenderme: y Andy tampoco. Él cree que no me di cuenta de todas las veces que canceló planes para estar conmigo, o de sus gestos hacia mí, que me trata como si fuese lo más bello e importante del mundo. O cuando me mira, con ese brillo tan hermoso en sus ojos marrones, o en sus abrazos tan cálidos y protectores, de esos en donde me desarmo y me siento como en mi hogar; en donde puedo ser libre, y a la vez no sentirme sola nunca más. Luego de todo lo que pasó él fue mi roca, mi apoyo y mi única esperanza de salir adelante, y quizás algo en mí cambió luego de todo eso, pero comencé a sentirme extraña con él, y ese sentimiento de amistad, casi fraternal de tantos años, se convirtió en algo mucho más fuerte. Recuerdo que una semana luego de la muerte de mi madre, me llevó al parque de Sunnyslope, como había prometido. Fuimos solos ya que sus padres y su hermana tenían que viajar a Ohio por el bautismo de uno de sus primos, y cuando dije que prefería no viajar porque no tenía ánimos él sin dudarlo dijo que se quedaría conmigo, y que aprovecharíamos a salir. Me ayudó a ganar un osito de peluche en un puesto de disparos a unas botellas apiladas, comimos palomitas y me compró un algodón de azúcar que es mi dulce favorito en las ferias. Y como final, nos subimos a la rueda de la fortuna, y esa misma noche en el parque celebraban su tercer mes de apertura, por lo que aprovecharon a tirar fuegos artificiales para atraer a más personas. Él sabía sobre eso, y por eso planeaba llevarme desde el día en que él fue con su familia al parque y se enteró del evento. Su idea principal era que fuésemos todos, pero como no pudimos aprovechó para llevarme ese día. Y fue ahí cuando en la cima de la rueda de la fortuna, con los fuegos artificiales adornando el cielo nocturno, supe que lo que sentía por él no era sólo una amistad, era algo mucho más fuerte. Recuerdo que con un impulso lo abracé, llorando y diciéndole cuánto lo quería, y que agradecía que siempre haya estado conmigo. Desde esa noche nos hicimos aún más inseparables, y este sentimiento de amor se hizo más fuerte en mi corazón. Y era justamente por eso que no podía permitirme ser débil, debía ser mi mejor versión de mí por él, ser más valiente, ser estricta e inteligente y, sobre todo, luchar por sobrevivir y por protegerlo. Unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos, y bloqueo el celular dejándolo nuevamente sobre el cojín del sofá. Por la mirilla de la puerta veo que es Alessander, y quito las trabas para dejarlo pasar. —Bueno… —dice con asombro al entrar, observando la seguridad instalada en las ventanas y la puerta—. Eres la versión mejorada de María Cromwell.
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