Capítulo 8. Solo quiero su vestido, es decir, si usted quiere viajar a la ciudad sur Adaia fue llevada hasta la estación de bus, como Mary lo había ordenado. El conductor se aseguro de que ella adquiriera un pasaje con la tarjeta de crédito que ella le entrego, pero Adaia no era tan tonta como ellos pensaban, la jovencita sonrío tímidamente mientras observaba al hombre a su lado, le llamó mucho la atención que no se moviera de ahí, -- ¿Por qué no se va? – se preguntaba ella, por más que su cabeza intentaba comprender lo que ese hombre quería, nada le daba una respuesta. De pronto recordó la llamada de la noche anterior, el hombre que estaba con ella, recibió una llamada molesto, él debía recibir a alguien en la propiedad, ella miró la tarjeta en sus manos y pudo leer un nombre, -- Mary