Capítulo 11. Puedo ayudarte mujer, puedo darte un nombre a ti y a tus hijos Sir Artur intenta recorrer la zona, no tiene a muchas personas a su cargo pues no quiere llamar la atención, nadie conoce su verdadera identidad y era mejor así, pero seguir sin saber nada de aquella joven habiéndola tenido tan cerca lo estaba volviendo loco. -- ¿Qué desea hacer sir Artur? – le pregunta su empleado, -- Debo encontrar pronto a esa mujer Abimael, ella debe estar afuera del bar y no sabemos lo que ese hombre pudo haberle hecho nuevamente – susurra entre dientes, imaginando que quizás pudo haberla drogado como lo hicieron hace meses, su frustración es demasiada sobre todo porque se encuentra en un país donde debe seguir manteniendo su fachada de hombre honorifico y legal. Sir Artur pasó toda la no