Matías.
—Toma. —Keziah me da el balde así lo lleno de arena.
—¿Lo lleno princesa?.
—Si, hasta ahí. —estira todo su bracito hacia arriba diciéndome que lo llene.
—Ya está, trae el otro balde. —lo trae enseguida—. Llévale a mamá con las dos manitos que esta pesadito.
—Si, ajjj —la miro sonriendo mientras niego porque camina con las piernitas abiertas demostrando que pesa—. Aaajjj, no podo.
—Vamos hija que puedes. —vuelvo a llenar el balde pero ese lo acerco yo inclinándome.
—¿Ayuas?.
—Si princesa te ayudo. —arrodillado hago formas de flores así le pongo al castillo que estamos armando—. ¿Qué más hago?.
—Mmmm. —la miro a Jemima que se rie donde pone un dedito en su barbilla pensando—. Aaaa, ya sabo.
—No es sabo hija, es ya sé.
—Ya sé. —la mira esperando que le digan si esta bien.
