Matías. Desde el pasillo la veo como hace dormir a su hija, esta vez decidió recostarse con ella en el pequeño colchón de cuna así se duerme ahí y no la mueve, los dibujos están en la tele con el volumen bien bajo y la nena tomando una mamadera mientras Jemima le rasca la cabeza y hace sonidos que hacen que Kezi cierre los ojos, creo que también me dormiría si me hacen esos mimos, y por sobre todo con terrible paciencia, Jemima le tiene mucha paciencia. —Listo. —me acerco estirando las manos así la paro—. Costó un poco. —Debe ser que no es su casa. —Puede ser, pero no pienso dejarla ni una noche solo por venir. —va a la cocina a lavar la mamadera—. Gracias por comprar leche, me había olvidado de traer. —apoyo el culo en la mesada con los brazos cruzados—. La comida estaba muy buena, la