Sara no perdió más el tiempo después de hablar con el gerente, le pidió la dirección de Ricarda y ahora se encontraba en el coche rumbo a su casa. Rogaba encontrarla, ella no podía desaparecer así de la nada, tenía que ver una explicación.
- Señora Smith, hemos llegado. – dijo Nicole estacionado el coche.
El barrio no era el más adinerado de todos, todo lo contrario, era un barrio que carecía de algunos recursos, entre ellos algunas lámparas de luz. Sara bajó con la ayuda de su chofer y en cuanto lo hizo cinco niños que jugaban al fútbol con un balón de trapos las observaron, algunos tenían la edad de Enzo y eso hizo que Sara sintiera cierta atracción por ellos.
- Niños. – los llamó con una voz muy dulce y ellos de inmediato asistieron. - ¿Saben dónde puedo encontrar a la señora Ricar
