Ambos cuerpos estaban desnudos bajo las sábanas, Julia dormía placentera sobre el pecho de Santiago, él se mantenía despierto pensando en lo sucedido. Lentamente ella despertó moviendo su cuerpo y abrazando más a su acompañante. - ¿Te sientes bien? – preguntó Santiago cuando la sintió. - Sí. – sonrió encantada, estiró sus brazos en el aire y le dijo. – no recuerdo lo que pasó. - No hay que recordarlo. – buscó sus labios y la besó. – estuviste increíble. – dijo en pequeños susurros e hizo que Julia sonriera aun más de placer. Santiago se puso de pie y buscó una toalla para enredarla en sus caderas, tenía que bañarse. Julia mordió sus labios al verlo, coqueta por ver su gran cuerpo le preguntó. - ¿Quieres que te acompañe? - No es necesario, no quiero cansarte. – una vez más buscó