Sara lo había pensado en todo el camino, tenía que poner a Enzo a salvo y lo mejor ahora era que nadie supiera que ella era la mamá, hacer que aquel niño en su vientre jamás existió. - Sara, para mí es un gran honor, pero no quiero quitarte ese título. – respondió Fer entendiendo sus palabras de madre. - Enzo jamás me verá como su mamá. - Seguirá conmigo, pero necesito que le digas a cada persona que es tu hijo, que lo acabas de adoptar, porque así lo vas a hacer, Fe, él llevará tu apellido. - De acuerdo, desde hoy me convierto en una madre más para Enzo. – se puso de pie y fue a abrazarla. – tranquila Sara, ahora me tienes a mí. Sara agradeció sus palabras y vio de lejos a su hijo jugar con la inocencia de un niño. Sabía que Santiago no era capaz de lastimarlo, pero Cesar era el prob