Era un poco tarde, la noche cubrió toda la ciudad en un manto oscuro y una brisa helada. Sara estaba en uno de los asientos traseros de su coche, mientras era conducido por el chofer que había contratado. En las manos llevaba un ramo de flores y para cubrirse del frio un gran saco n***o recorría sus hombros, su destino, el cementerio. Caminó hasta encontrar la lápida de su padre, el señor Smith, quien ahora estaba enterrado junto a la señora Marlene y frente a ellos estaba la de sus padres biológicos, Andrea y Víctor Reyes, más la de su tutor, Manuel Jackson. En cada una de ellas depositó un par de rosas rojas. - Siento mucho no haberlos visitado. – dijo Sara frente a la tumba de sus padres. – se que han sido cinco años desde que no he venido, pero tenía mucho miedo. – inclinó su cuerp