La misma noche Milán Julius La sensatez nunca ha sido mi compañera, al contrario, se me escurría de las manos, porque soy un sujeto impulsivo que me dejo arrastrar por mis frustraciones, como si viviera reclamando al mundo por el abandono de mi padre. Quizás su ausencia marcó mi infancia de manera errática, obsesionado por verlo, por preguntarle ¿Qué lo empujo a olvidarnos? Porque a esa edad necesitas una mano que te guie, mi madre hacía lo que podía, pero los niños pueden ser crueles alimentando tu malestar, te recuerdan o te hacen sentir un error, te endurecen el alma dejándote con un silencio aterrador. El caso es que terminaba en una pelea con mis compañeros, aunque cuando crecí no cambio mucho mi manera de enfrentar mis problemas, la solución era usar mis puños. Sin embargo, por p