9. Ella murió
Franco
Y se quedó ahí. De pie, en la calle. No quise seguir viendo sus lágrimas. No las soporto. Si llegaba a bajarme, tendría que consolarla y no sé que hay en su trato hacia mí, que me impide tener ese tipo de acercamiento.
Sigue empeñada en ver cosas románticas entre su madre y yo, cuando no hemos dado pie a ello. Cómo si ella no supiera que Amelia aún ama a su ex esposo. Manejo de manera tranquila. No quiero llegar a donde me esperan, con un ánimo turbulento. Me estaciono en la acera y espero un momento. Aún, después de tantos años, es difícil para mí llegar aquí y saber que nunca más podré verla.
Respiro hondo y bajo del auto. Abro la puerta trasera y tomo el pequeño ramo de rosas amarillas que tanto le gustaban a Anette. Siempre sonreía cuando llegab
