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El Amor de la Pequeña Lily

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Blurb

¿Una niña de 19 años enamorada de un hombre de 38 ? Ante los demás no es bien visto, sin embargo, para esa joven, fue algo inevitable.

Lily es una joven soñadora que a sus escasos años, acaba de descubrir el amor en la persona que menos imaginaba: el mejor amigo de su madre. Franco Robles, abogado de profesión y con un apodo “El tiburón”, es uno de los mejores en su trabajo.

Franco llega a la vida de Amelia Fuentes, para ayudarla en su proceso de divorcio, y cuando ésta regresa de Europa para convertirse en la diseñadora del momento, vuelven a reunirse por cuestiones de trabajo, sin embargo, esa cercanía se convierte en una gran amistad.

Al frecuentar la casa familiar, la pequeña Lily, al ir transformándose en una hermosa joven, modifica sus sentimientos y se interesa de manera amorosa en ese peculiar personaje.

La noche que le confiesa su amor, él se aleja de ella para evitar que la confusión que siente, sea olvidada con su estancia en la universidad. Lo que él no sabe, es que ella buscará la manera de estar cerca de él, tratando de convencerlo, de que ella puede ayudarle a sanar su corazón.

¿Será que Lily en realidad está enamorada? ¿Logrará conquistar al hombre que ha elegido?

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1.¡Por favor Franco, espérame!
1.¡Por favor Franco, espérame! Lily Dicen que los grandes amores llegan en el momento en el que menos lo esperas. Eso me pasó a mí. Un día, el amigo de mi madre, quien la ayudó en uno de sus peores momentos, estaba frente a mí, sin saber lo que estaba provocando en mi corazón. Aún no reconozco lo que siento en mi interior porque todo esto es nuevo. Soy como una pequeña mariposa que está aprendiendo a extender sus alas, acabando de salir de su capull0 . Lo único que sé, es que este sentimiento es tan fuerte, que me impulsa a no quedarme estancada. —Lily, hija, ven a saludar a Franco. –mi madre me llama a que me acerque. Lo veo de cerca y siento que algo como lava hierve dentro de mí. Las llamadas mariposas en el estómago comienzan a revolotear sin parar. —Hola Franco. –le llamo por su nombre. Es un deleite para mí pronunciarlo y que me recompense con una sonrisa. —Hola pequeña Lily, pensé que no te acercarías a saludarme. Sus palabras tiñen de carmín mis mejillas. —Ya no soy tan pequeña, ya tengo quince años. –Franco suelta una de sus características carcajadas. Es un hombre muy cercano a la edad de mi madre, por lo que quizás debería verlo con los ojos de una hija, y no con los deseos de una mujer. —Yo te veo como una pequeña bebé. Y como no tengo hijas, te consentiré como lo haría si fueras una de ellas. –trato de sonreír, pero si tan solo supiera que sus palabras lastiman mi corazón. Yo no quiero que me vea de esa manera. Quiero que se dé cuenta de pronto seré una mujer, y que seré tan hermosa como lo es mi madre. —Mmm, de acuerdo. Pero no lo olvides, dentro de pocos años, me convertiré en una adulta. Prométeme que cuando eso pase, me verás de manera distinta. –Quiero enviarle un mensaje entre líneas, pero veo que no capta. Las palabras que salen de mi boca, solo las entiendo yo, por lo que tanto mi madre como Franco no las comprenden en ese momento. Pasamos la tarde juntos. Después de comer, me quedo en la sala viendo televisión, mientras que mamá invita a Franco a caminar por el jardín. Trato de buscar señales que me indiquen que ellos están avanzando, pero no veo nada. Es lo mismo de siempre. Suelen sonreír, bueno, mi madre lo hace, mientras su amigo solo esboza una ligera mueca parecida a una sonrisa. Necesito ponerme en acción, así que me pongo mis sandalias y voy hacia ellos. Cuando ven que me acerco, Frando esboza una sonrisa más cálida de las que le da a mi mamá. No me hago ilusiones, pues ya me dijo que me tratará como una hija. Qué patético. ¿Acaso no ve en la bella señorita que me he convertido? Mis formas infantiles se fueron hace mucho y podría asegurar que tengo mejor figura que mi madre. —Hola, espero no interrumpirlos, pero se veían cómodos aquí afuera y se me antojó salir a caminar. –mi madre se acerca y me toma del brazo. Creo que no se molestó. —Eres bienvenida bebé, no te invitamos porque pensamos que te aburrirías al estar hablando cosas de adultos. — aprovecho, para tomar a Franco por el brazo, con el que tengo libre, y así estoy entre ellos. Lleno mis fosas nasales de su perfume. En algún momento, tomo su mano, como si fuéramos pareja, pero veo que se coloca incómodo, así que lo suelto. —Será mejor que me vaya, regreso otro día, para que me digas que decisión tomaste sobre el asunto de los contratos. –mi madre me guía hasta la salida, pues su amigo ya se va. —Yo te despido aquí. –Me acerco a él y le doy un suave beso en la mejilla. Solo se queda quieto en su lugar. —De acuerdo. Cuídate pequeña Lily. –Lo veo marcharse rumbo a la salida. Ojalá que llegue el día que nunca se vaya de mi lado. **** —¿Y entonces? ¿Tu madre y tu amor imposible comenzarán una relación? –Quien habla es mi mejor amiga Caro. Somos amigas desde el preescolar, así que es la única que sabe casi todo de mí. Ni a mi hermano Tony podría contarle cosas tan personales. Me daría pena que me juzgara. —No lo sé. Cada vez lo veo de manera más seguida en casa, pero tampoco los he visto en alguna situación comprometedora. No sé qué pensar de ellos. –me recuesto en una de las bancas de la escuela. —Pues mira, yo creo que hay una gran posibilidad en que se convierta en tu padrastro. Tu mamá es una mujer joven, hermosa y muy exitosa. Si yo fuera él, estaría pensando seriamente en conquistarla y que sea mi esposa. Tu papá no da señales de querer convencerla de volver con él. –Lo que dice mi amiga es verdad. Mi padre está jugando al que ella note que ha cambiado y que solo le importamos nosotros, pero no le hace ninguna insinuación. Estoy pensando en qué puedo hacer para darle el empujoncito y que se decida o va a perderla. —Lo sé, lo sé, no tienes que decírmelo. –Me siento y pongo mi cabeza entre mis rodillas en señal de frustración. Quiero que pase el tiempo rápido y que me dé la oportunidad. Cuando tenga dieciocho, haré todo lo posible para que se fije en mí. –mi amiga comienza a reír y le doy un codazo. —Tu risa me dice que te estás burlando de mí. –ella continúa riendo, a pesar de mi golpe. —Lo siento amiga, pero solo pensé en que el abogado no se imagina que quieres convertirlo en un sugar daddy y en el infarto que vas a provocarle a tu padre si se entera. –suspiro, ya que tiene razón. Mi papá va a poner el grito en el cielo. Él no tolera a Franco porque piensa que quiere robarle a mi madre. Papá se ha portado bien en estos años esperando por ella. Aunque mamá sospecha de su amiga Betty, yo, que he convivido de cerca con ellos, sé que solo se miran como hermanos. Incluso tanto Tony como yo la llamamos tía en ocasiones. —Ya veré que pasa, por lo pronto, deseo que el tiempo corra y que yo me convierta en adulta. Ese será un punto a mi favor. –mi amiga asiente y tomamos nuestras cosas para ir a clases. La creatividad ha comenzado a fluir en mí por lo que ayudo a mamá con algunas participaciones en sus colecciones, pero estoy pensando en alguna otra opción para mi vida, y creo que ya sé que voy a estudiar en el futuro. Una sonrisa maliciosa aparece en mi rostro. Elevo mi mirada al cielo, esperando una señal para saber que voy a hacer lo correcto. Y como si desde arriba me estuvieran escuchando, una gota cae en mi rostro, seguida de una fina lluvia. Comienzo a saltar de alegría. ¡¡Siii, siii !! Acabo de recibir el visto bueno para intentar convencer a ese hombre que yo puedo ser la persona que lo haga feliz. Si ha esperado por tanto tiempo, solo le pido al cielo que haga que espere un poco más. ¡Por favor! Franco, espérame.

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