La Biblioteca de los sueños

El ejército del Desierto

Durante las horas de batalla en la pradera y en el bosque, entre toda la algarabía y desorden de gente aún eran altas horas de la madrugada, y a lo lejos los guerreros de ambos bandos , por un lado la ciudad libre de Carianis, y Alfgard, y por otro lado, la fuerza expedicionaria Aluz, vieron en el cielo nocturno una luna de sangre, que auguraba sin duda solo el principio de una conflagración sin cuartel aún mayor en cuanto a pérdidas, A lo lejos se veía la constelación visible del Dracum, una constelación en que era solo visible en temporadas donde el caos comenzaba a reinar, eso según los antiguos estudiosos de las estrellas, Fadir, sin duda sabía de gran manera, puesto que lo había aprendido en su libro que había comprado, sin embargo, no podía dejar de preguntarse la verdadera naturaleza de lo que significaba ese "caos" del que según, se profetizaba que sucedería próximamente en un futuro cercano

El combate con la norna alfgardiana, había terminado sin un ganador aparente, pero la norma había conseguido infligir el.mayor daño, por lo que se podría considerar como ganadora, pero aún así no se supo al cien por cien cuando por el caos de la batalla ambos perdieron la concentración y la vista en el combate, ahora Fadir junto con Zafira y los hermanos Eni y Fiv a quienes acababa de conocer, a pesar de ser una salvaje del desierto (la mayoría de los habitantes de los reinos veían con suma desconfianza a los habitantes de Aluz por su enorme diferencia en cuando a usos y costumbres así como en modo de vida además de posturas en cuanto a la magia, los cuatro habían decidido alejarse del enfrentamiento que acaecía a pocos metros, y decidieron refugiarse detrás de una zona llena de trigales, y vegetación alta, era un buen sitio para esconderse de la inmensa tormenta de caos, entre la cual destacaban por sus singularidad. y porque había pequeñas aves como colibríes y diversos canarios, además conforme seguían avanzando entre la vegetación dieron con un bosque de pinos y coníferas, llenos de alacranes, tarántulas y a la distancia se oían aullidos de lobos.

El combate que seguía desarrollándose a lo largo de el campo de batalla de algunas leguas de longitud los choques metálicos entre escudos, espadas y armaduras, había de ambos bandos proyectiles de gran tamaño de balistas o escorpiones además de las flechas surcando los cielos, aún no había terminado, la campiña estaba llena de sangre y de personas que estaban heridas de muerte o pedían ayuda, poco la recibían, ya pasaban las tres horas de combate, y aún no se establecía el claro ganador de la contienda, la batalla era sumamente brutal y despiadada, ambos bandos no estaban dispuestos a ceder en el enfrentamiento por una cuestión de honor, era preferible la muerte en batalla a la derrota deshonrosa por lo que tanto aluces como los reinos del norte peleaban como una manada de rinocerontes contra una de elefantes, los escuadrones aluces, aprovechando su superioridad numérica, habían decidido a****r de manera contundente , tratando de envolver en un ataque de media luna, al concentrar sus fuerzas en combate y tratar de rodear al contingente de los alfgardianos y carianios, que habían intentado romper la linea del rey aluz atacando su guardia real usando un ataque con arqueros a caballo y jinetes, pero no habían conseguido su cometido porque la formación de soldados con lanza y espada no cedía en el combate, y tuvieron que replegarse, al mismo tiempo que sucedía esto los escuadrones de Alfgard, resistían como un muro humano los embates de los aluces, aunque eran muchos más, el coraje y la fuerza con que combatían, además de que siempre mantenían en alto su formación, había resistido todos los embates de los guerreros aluces, que en una orden gritada por el rey Fäsir Mutamer cargaron todos con gran furia para romper las líneas enemigas y trataban de envolver como una marea humana a los alfgardianos, pero no habían conseguido ni ganar cincuenta metros de terreno, o una ventaja avasallante, eso hizo enfurecer al rey aluz, quien ordenó a sus legiones de soldados aumentar la fuerza de ataque lanzando cargas de catapulta y flechas, pero no habían podido romper la formación de Alfgard, comandado por Nelson, que se ceñía con un muro de escudos defendiendo el paso entre la ciudad de Carianis y los invasores, mientras la caballería de arqueros y los alabarderos de Carianis se enfocaban en proteger el flanco derecho de la formación para evitar que el muro de escudos fuera invadido y colapsara, otro escuadrón comandado por la princesa Stella, de arqueros y ballesteros se agolpaba en una pequeña colina situada al noroeste entre los árboles, disparando flechas a los agresores y apoyando la defensa del sector, evitaban que los aluces trataran de rodear al ejército atravesando el bosque, hasta el momento había resultado una defensa impecable, los arqueros del escuadrón de Stella, habían detenido a todos los agresores que habían tratado de rodear el bosque. La batalla parecía estar en un punto muerto, sin algún ganador claro, sin embargo, de entre los bosques comenzaron a salir guerreros con hojas pegadas en su cuerpo a manera de Camuflaje, no habían visto nadie a esos guerreros hasta que fue demasiado tarde, comenzaron a****r por la retaguardia a los guerreros de Alfgard, quienes no esperando que les rodearan, comenzaron a tener que pelear por el norte y por el sur, debilitando su fuerza de ataque, mientras que los aluces aprovechando el embate, golpearon como una marea humana para poder acorralar y romper el muro de escudos, pero Nelson al mando del escuadrón, siguió defendiendo de manera firme el sector, sufriendo algunos caídos y heridos de gravedad en combate pero resistiendo firmemente el embate de los aluces,

La batalla terminó cuando los aluces, se retiraron del campo de batalla después de que no pudieron romper las filas, unos diez mil soldados aluces habían perecido en el campo de batalla mientras la coalición formada por Alfgard y Carianis, al inicio de la batalla al mando de 1500 soldados y 4000 soldados respectivamente, habían logrado una victoria pírrica contra las fuerzas aluces al situarse de manera estratégica en el interior y en las afueras del bosque, pero habían sufrido grandes pérdidas, el ejército de Nelson, apodado después de la batalla "El valeroso" alfgardiano perdió 800 soldados mientras que el de Carianis, perdió unos 2045, habían logrado detener el embate de los aluces y lo habían obligado a retroceder a su campamento cerca de sus barcos, infligiendo severas pérdidas al rey de los aluces, pero aún no estaban pensando retirarse, y para el día siguiente, se reorganizaron para volver a hacer otro ataque contra la coalición del reinados norte, pero éstos, habían decidido replegarse a las ciudad de Carianis, no podrían resistir con éxito otro ataque como ése, y el escenario no parecía muy alentador, a pesar de eliminar a diez mil enemigos, los aluces aun tenían veinte mil soldados en su haber, la siguiente batalla por la defensa de Carianis iba a ser dura y sanguinaria,

El el rey de Carianis junto con Nelson jefe del ejército alfgardiano y su hija Stella comentó,

-Otra victoria como ésta, y me temo que la guerra está perdida.- Comentó, esbozando una sonrisa con un poco de frustración, mientras sangraba de sus heridas en los brazos, la cara y las piernas, resistiendo el dolor firmemente como acero.

-No podemos permitir que la palabra derrota se dibuje en nuestras caras- Dijo Nelson. Necesitamos pedir ayuda a alguno de los reinos libres para prepararnos para el asedio, rey, debemos ganar para salvar su ciudad, cuente con el apoyo de los pocos guerreros a mi mando, pero necesitamos refuerzos, de otros reinos, Alfgard en estos momentos esta demasiado lejos y refuerzos tardarían semanas en llegar.

La princesa Stella y el rey de Carianis ordenaron preparar las defensas de la ciudad, los ciudadanos comenzaron a fabricar armas y a armar y entrenar milicias ciudadanas para reforzar las defensas, comenzaron a juntar alimento y agua para guardar en los graneros y los pozos de agua de la ciudad, se apresuraron a toda velocidad trabajando de día y de noche para prepararse para el inminente asedio al que iban a ser sometidos por el enemigo, los miembros del consejo de la ciudad comenzaron a reclutar mercenarios y a conseguir armas en los poblados herreros y de forja cerca de la zona acordonar las murallas, aumentar los centinelas ballesteros, preparar a la población civil ante el inminente siguiente asedio al que se verían, la situación no parecía que fuera fácil, así que decidieron enviar comitivas a pedir apoyo urgente al principado de Purias, para que acudieran en su ayuda, pero cuando iban a mandar el mensajero, como si de una ayuda por designio divino se tratase, llegó a las puertas de Carianis un par de jinetes a todo volumen con el estandarte de Purias, la ayuda venía en camino, a tres días de camino, solo tenían que resistir tres dias de asedio, mientras tanto Zafiria, Fadir y los libertos Eni y Fiv, con Zafiria al mando, fueron con el padre de ella, el rey aluz.de que caso la batalla para evitar que una flecha perdida los matara, Zafiria, Fiv y Fadir cargaron al herido Eni o Enahkant, quien había recibido una herida fatal en su cuello de una flecha que se estaba complicando y parecía desangrarse por lo duro de la herida, lo llevaron para que intentaran salvarlo, el medico de su padre, no dio muchas esperanzas, había perdido mucha sangre y era poco probable que sobreviviera, le saco la flecha y cauterizó la herida para evitar que se infectara, Zafiria y Fivsala sobre todo, comenzaron a derramar lagrimas por lo acaecido, esperando que Eni se recuperase lo más rápido posible, el médico, hizo ademán de hacer una plegaria corta, y se retiró del pabellón donde estaba luchando por sobrevivir, mientras las almenaras de las atalayas de la ciudad de Carianis a lo lejos comenzaban a arder haciendo subir una humareda que era visible desde el campamento aluz, preparándose para el asedio que se avecinaba, mientras una tenue lámpara de aceite, iluminada en su candil, emitía una luz liviana en el pabellón donde estaban presentes en la habitación del herido Eni, Fadir, Fivsala, y Zafiria, los cuatro con una tez como ausente.

Zafiria le suplicó a Fadir que usara algún conocimiento de alquimia o de alguna arte mágica para poder sanar a el liberto Eni, ya que le apreciaba como sirviente libre de la familia, no solo eso sino que ahora los consideraba amigos a pesar de tener tiempo de conocerlos, y comenzaba a sentir confianza a Fadir, quien en señal de fraternidad, decidió intentar poder colaborar en salvar a Eni, además, Zafiria era sumamente hermosa y persuasiva, pensaba él,. el salió a buscar dos onzas de hierbas color azul, las guardó en la faltriquera y se las aplico en la herida, según el, eran para ayudar a sanar la herida y a curar mas rápidamente, pero no tenía un hechizo mágico que ayudara a curar por completo a Eni, intentó pero no funcionó, porque aún era un principiante y no se había aprendido todos los pormenores del libro que era muy amplio.

En el firmamento, la luna lucía, sumamente hermosa, y Zafiria, en vez de querer verlo como un presagio de guerra, vio su belleza, mientras que en la mente de los guerreros, esa luna de sangre solo anunciaba una antigua profecía de la edad de el inicio de la cuadragésima edad, de que sería el inicio de espada y guerra por los mares y campiñas de los reinos.

Entonces recordó que podía, con mucha energía, teletransportarse máximo de dos veces cada dos días, pero no estaba seguro de poder trasladarse hasta su casa y volver tan lejos, nunca lo había intentado, pero de todas formas lo intento, sorpresivamente se transportó hasta su casa, donde esperaba no encontrar a sus padres, que de seguro lo estuvieran buscándolo (había estado por lo menos cuatro días fuera de casa) así que aprovechó para tomar el libro (estaba en forma humana) y logró tomarlo antes de que su madre entrase al cuarto, pero no sin antes dejar una nota escrita en papel para sus padres, explicándoles de manera sumamente ligera que todo estaba bien, sin entrar en detalles acerca de los motivos de su desaparición de casa.