La arquera

1488 Words
Miles de kilómetros al oste, Isla de Mevtli cerca del recinto de la fortaleza dónde se hallaban los miembros de la nobleza guerrera del reino, junto a la gran montaña que era una inmensa y empinada montaña volcánica que hacía poco había hecho erupción y que según las antiguas leyendas de Mevtli, aquella montaña era morada de los dioses y una vez cada cincuenta años se abría una puerta en el volcán para dejar pasar a un mensajero, Mevtli en ese momento tenía relaciones de trabajo con Tupac y Chichén, que eran dos imperios isleños del este que compartían muchas cosas en común, pero por la distancia enorme que les separaba no era común el viaje entre la tres reinos, mientras en el ambiente se respiraba un aire gélido, aunado a los fuertes vientos se conocía está como la temporada de las ventiscas y los climas poco propensos para la agricultura y la pesca, muchos árboles ya estaban llenos de hojas naranjas y rojizas pero se estaban quedando sin hojas, síntoma de la temporada invernal. Después de la desafortunada situación y crisis diplomática, que se tomó como un pretexto para iniciar la batalla entre la talasocracia de Mevtli y la pequeña expedición diplomática de la ciudad de Carianis, la gente estaba enardecida por la batalla, los habitantes de el reinado de Mevtli eran una sociedad con valores que ponían la lucha armada y el honor por encima de casi todo, por lo cual la gente estaba como en un estado de que se estaban preparando para la batalla, aunque para empezar la comitiva expedicionaria de Carianis no había hecho nada malo, ni había faltado el respeto al rey ni a la gente, cualquier pretexto se tomó como excusa para iniciar una guerra, ya que al rey del país, necesitaba un nuevo estallido de riqueza y la guerra siempre había demostrado ser eficaz para conseguir grandes sumas de nuevos mercados, aunque en esta situación fue sumamente deshonrable a****r y acusar falsamente a los extranjeros de perjurio, era algo que poco le importaba a la clase política. Es así como de manera casi absurda se había iniciado una guerra gracias al capricho de unos gobernantes con ansias de poder, los ciudadanos normales que trabajaban en los plantíos, poco les importaba la guerra a excepción de aquellos que alborotaban las plazas, a los campesinos solo les importaba ganar lo suficiente para sobrevivir o para vivir un poco bien, cuando había guerras comenzaba el reclutamiento forzado y el caos de los fanáticos de la guerra, lo cual era muy malo para las pequeñas comunidades campesinas y pesqueras, además de los mercaderes marítimos que perdían mucho oro ya que el rey les solía pedir prestadas sus embarcaciones y así perdían su medio de hacer comercio con otros pueblos y ciudadelas, en las casas de madera de aquellas personas comenzó a propagarse los rumores de guerra, y comenzaron a guardar alimentos por si comenzaban a escasear, a guardar agua en los pozos y a comprarle a los herreros armas para poder defenderse de los bandidos o de los fanáticos que salieran a robar, eso era algo que siempre pasaba en las épocas de guerra y discordia, por eso se armaban pequeñas milicias campesinas para defender sus casas, sus granjas y sus familiares, además de su forma de vida como el ganado y los sembradíos. Mientras tanto Torvi estaba sumamente preocupada por su familia, ya que ellos eran campesinos, su padre su madre y sus hermanos sembraban grano y trigo y se ocupaban de pescar en el río y de trabajar el hierro, eran cuatro hermanos además de ella, y le preocupó que los fanáticos de la guerra o bandidos que abundaban en tiempos bélicos hicieran daño a su familia, ella no podía regresar porque había prestado juramento de servicio y lealtad al reino y tenía que cumplir su servicio en el ejército del rey, no podía huir bajo pena de muerte, pensó muchísimo en huir, y una noche, logró escabullirse de la torre de guardia del emperador, caminó diez kilómetros cubierta por una capa para pasar desapercibida, y fue a visitar a su familia. -Torvi, cuanto tiempo, ¿Cómo haz estado?- Le decía su padre -Te extrañamos- su madre le abrazó Sin embargo sus hermanos no estaban despiertos ya que después de una larga jornada de trabajo estaban muy cansados, su madre quiso ir a avisarles y salieron a saludarle, a platicar, reir y comer un poco, pero después de un rato, ella tuvo que volver, tenía que regresar a la torre de guardia antes de que amaneciera de lo contrario sonaría la alarma y ella estaría en búsqueda y captura Logró llegar a tiempo mientras ella se enteraba por sus compañeros de guardia que las situación en torno a la ciudad y la guerra había empeorado. Todo el pueblo se enteró de que los desconocidos hombres altos del desconocido mar del este, habían logrado escapar, eso sembró en la mente de las personas, un sentimiento de no permitir que volviesen, ya que, aun las personas civiles veían el peligro de una conquista de parte de los más avanzados técnicamente extranjeros, y eran reacios a poder cooperar con alguna clase de alianza, es por eso que habían reaccionado tan violentamente a la visita de los Carianios, se reunieron en torno a la explanada principal de la ciudad, que era una extensión de suelo cubierto de adoquines de piedra zalina, y con muchos árboles en pequeñas parcelas de tierra en medio de los adoquines, de forma parecida a una maceta de gran tamaño, formaban una ciudadela que trataba de armonizar los aspectos de la naturaleza y de la civilización. A continuación un espectáculo organizado por el ejército del reino se dispuso a hacer demostraciones de habilidades en una especie de circo para el pueblo, como disparar flechas a una diana, también el coro del ejército comenzó a interpretar canciones populares de marcha militar, mientras desfilaban con sus arcos, con sus espadas y caballos los guerreros del ejército del reino, era una demostración, trataban de mandar un mensaje al pueblo "No nos dejaremos vencer por esos extranjeros ladrones y asesinos" También hubo una ceremonia religiosa, en una iglesia de madera dedicada al Dios de los rayos y los truenos, para pedirle que bendijera con la victoria al ejército del reino, mientras la muchedumbre en las gradas del magnífico recinto, una especie de arena en la que se llevaban a cabo las demostraciones de los guerreros y de los discursos del rey, sonó la ruidosa trompeta de caracol, anunciando unas palabras importantes del rey de Mevtli -Ciudadanos, plebeyos, hombres y mujeres libres del reino de Mevtli, les convoco hoy, para decirles las siguientes palabras, el reino de los visitantes de Carianis, nos han ofendido con su intromisión en nuestras tierras, buscando robarnos, aniquilar nuestra civilización, y robar nuestro ganado, pero les diremos, que no lo permitiremos, pelearemos en las calles, pelearemos en los callejones, cada casa por casa si es necesario, y cuando ya no queden flechas en nuestros carcaj, y nuestras espadas y escudos estén rotas, entonces les partiremos la cara con las vigas y madera de la ciudad, ganará la voluntad de Huether Dios de los rayos y truenos, era el señor de la guerra nuestros graneros no serán saqueados ni nuestras mujeres robadas, destruiremos a espada a esos invasores. Enseguida se escuchó una ovación y gritos de euforia y aprobación del público, Torvi, como una guerrera m*****o de la guardia imperial se encontraba entre las filas de los arqueros, escuchando, el discurso le parecía un mero acto político, y todos los actos políticos en cierta medida son hipócritas, un mero espectáculo para entretener al gentío, pensaba ella, en realidad los carianios no habían invadido el reino, habían sido injustamente atacados en una misión diplomática, lo cual demostraba que el rey solo usaba eso como herramienta política, en una obra de teatro representaban a los guerreros imperiales como grandes héroes, vestidos con armaduras exuberantes mientras los enemigos carianios eran representados como todo lo opuesto, haraganes sin valor alguno, era simplemente ridículo absurdo, una mera teatralidad, como para enfocar el odio de las personas en contra de un enemigo externo en vez de enfocarlo hacia su gobernante, un acto cobarde, pensó ella, no podía creer que hubiera ocasionado una guerra tan absurda, y de manera tan rastrera como esa, además, ahora tenían que lidiar con una guerra contra un enemigo con mejores armas, un esfuerzo mayor, todo para complacer los deseos de un cobarde al trono. Lo que realmente llenaba de preocupación a Torvi, es que sabía que sería una pelea aparte de sinsentido, una batalla que difícilmente podrían ganar, era bien sabido que los carianios tenían una alianza de facto con los hombres del norte, pocas veces los habían visto, pero su fama de guerreros que hacían guerra sin cuartel, de manera sin miedo y guerreando incluso en estado de un trance hipnótico, era, desalentador.
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