-Por favor toma asiento – dijo el hombre ocultando toda clase de expresión de su rostro.
Ashley volvió a respirar profundo, para contener sus expresiones. Respirar profundo era su tic, cuando se sentía incomoda o molesta lo hacía. Tomó asiento y la entrevista empezó.
Alexis tomó los documentos de Ashley. Su currículo era de buenas recomendaciones por parte de empresas pequeñas en las que ella había trabajado. Notó que apenas se había graduado y tenía buenas calificaciones, pero no era suficiente, él buscaba una persona eficaz para el puesto.
Ashley se mantenía serena, pero por su mente empezaron a recorrer miles de ideas. Se decía así misma sí este trabajo era importante ¿sí necesitaba dinero? Se mantenía con el dinero que ganaba en sus peleas y más lo de su herencia, era suficiente para vivir una vida plena. Llegó a la conclusión de que este trabajo no era tan importante, total buscaría otro. De forma inmediata empezó a idear un plan para fracasar en la entrevista.
Alexis se puso de pie y se sentó a lado Ashley, las preguntas empezaron.
-¿Por qué te interesa este trabajo? – preguntó él, mientras la miraba a los ojos. Su mirada era seria y penetrante. Todas sus expresiones totalmente apagadas así lo hacían ver.
-Señor, seré honesta, necesito dinero – respondió ella de forma directa, sin mostrar ningún tipo de sentimiento o emociones en sus ojos. “Eso sería suficiente para que no la acepten” pensó.
Alexis sonrió ante su respuesta tan diferente ante las demás. Todos los que han ido a buscar trabajo y han sido entrevistados por él, siempre tenían una respuesta como “Es algo que me gusta y esta es la mejor oportunidad para demostrarlo” En su mayoría eran mujeres jóvenes, que lo adulaban y coqueteaban a cada momento. Pero Ashley fue diferente al resto de ellas.
-De acuerdo – dijo Alexis poniéndose de pie y volviendo a su asiento – espera nuestra llamada y sabrás si estas dentro. Puedes retirarte.
-Gracias – dijo Ashley, se puso de pie y caminó hasta la puerta.
Antes de salir Alexis le dijo.
-Señorita Vera, un placer volver a ver.
Ella escuchó esas palabras y muy lentamente regresó a mirarlo.
-Temo no decir lo mismo, señor Smith – dijo y se marchó.
Alexis se quedó algo inquieto. La mujer que había buscado por dos años aparece en su oficina a pedirle trabajo y actúa como sino lo conociera. Definitivamente no era la misma mujer dulce que recordaba, ella era otra, ya no sonreía, su seriedad lo confirmó.
Ashley salió del edificio. Llevó sus manos a su cara, no podía creer que lo había visto, pensó que ese capítulo se había cerrado para siempre en su vida. Él era un desconocido y prefería recordarlo así, sin identidad alguna.
Tomó un taxi y fue hasta su departamento. Su amiga no estaba, decidió cambiarse de ropa para entrenar lo que más le apasionaba “Kung-Fu” Era una forma para librarse de todo el estrés que había acumulado durante el día. Cada vez que lo hacía, descargaba su ira, pensado en su ex rompiéndole la cara, pero ahora lo hizo pensando en Alexis ¿lo odiaba? No estaba segura, pero sus impulsos la obligaron hacerlo.
Al terminar, su cuerpo quedó cubierto de sudor y fue a darse una ducha. Se miró al espejo y apreció su cuerpo denudo con la marca que ella se había hecho. Por alguna razón sintió las manos de Alexis recorrer su cuerpo, volvió a sentir esa candela, el deseo volvió a despertar en ella. Volvió a ver su tatuaje y recordó quien era. Alzó su puño con furia y quebró el espejo de forma inmediata. Odiaba ese recuerdo porque le recordaba a la que un día fue dulce y todos le vieron la cara. Alexis fue el primer hombre en su vida y el último, ella así lo había decidido.
No pensaba en sexo, concentraba todo ese deseo en pelear, lo daba todo en el ring, convirtiendo esos impulsos en fuerza. Tomó la bata de baño y se la colocó, luego fue por una pala y recogió los pedazos de vidrio, lo hizo con mucho cuidado para no cortarse.
Entró en su habitación y ordenó otro espejo por internet. Se cambió y esperó a la llegada de su amiga.