Sam llegó y lo primero que hizo fue ir por su amiga.
-¡¿Cómo te fue? ¿te aceptaron?! – preguntó entusiasmada.
-Dijeron que me llamarían – respondió Ashley sin ninguna emoción. Ella sabía muy bien que esa llamada jamás iba a llegar, pues su entrevista fue un asco.
-Se que te van a llamar, en un parpadeo tu celular va a sonar, animó Ash.
Ashley trató de fingir una sonrisa para su amiga y le dijo.
-De acuerdo, pero hasta que se atrevan a llamar, veamos películas.
-Dame un segundo, iré a cambiarme de ropa.
Pasaron toda la tarde viendo maratones de terror. Estaban muy entretenida por la trama cuando el celular de Ashley sonó, esto hizo que Sam gritara de miedo. Ashley solo sonrió por la actitud de su amiga y fue a responder.
“Numero desconocido”
-“Bueno”
-“Muy buenas tardes, hablo con la señorita Vera”.
-“Sí, ella habla”.
-“Señorita Vera, le llamo de “Empresas de Exportación e Innovación Smith” para informarle que el puesto de asistente es suyo. Por favor presente mañana a las 9 a.m. sea puntual”.
-“¿Mañana?” – dijo ella con tono preocupado.
-“Sí, mañana viernes”.
-“De acuerdo”
-“Feliz noche”.
-¿Era de tu trabajo? ¿estas dentro? – preguntó Sam feliz por su amiga. Al ver que ella seguía inmóvil volvió a decir – Habla Ash, me tienes con el Jesús en la boca.
-Sí, el trabajo es mío – respondió sin creerlo. “¿Qué carajos había sucedido? la entrevista fue muy corta y la respuesta que dio era para que nadie la aceptara” pensó.
-Felicidades, sabía que lo lograrías – dijo su amiga muy contenta por ella y la abrazó.
El trabajo seria mañana, pero Ashley tenía otros planes en la noche, donde tendría que desvelarse. Odiaba esa idea, sin dormir mañana ¡genial! Se dijo así misma.
La noche cayó como un manto oscuro sobre el cielo azul. Ashley se preparaba en su habitación. Hoy tenía una pelea muy importante y había mucho dinero en juego, no podía perder. Además, se enfrentaría a una de sus rivales. Se puso unos pantalones jeans, una blusa blanca y una chaqueta de cuero negra, recogió su cabello en una cola alta, tomó su casco y salió de la habitación, Sam la vio.
-¿Vas a salir hoy?
-Sí, volveré a penas termine.
-Regresa temprano, recuerda que mañana tienes trabajo. Cuídate si, no quiero que nada malo te pase.
-Prometo que nada malo me pasará, pero volver temprano de eso no estoy segura – dijo sonriendo y abrazando a su amiga, después volvió a decir – Nos vemos luego.
-Te estaré esperando.
-No es necesario, ve a dormir.
-Sabes que aun así lo haré, te voy a esperar.
-Como quieras – dijo Ashley ante la terquedad de Sam.
Ashley salió del departamento y fue por su moto, se colocó el casco y se dirigió hacia donde estaba planificada la pelea.
A Sam, nunca le gustó la idea de que su amiga sea participe en esas peleas clandestinas. Claro que ella no salía herida, siempre eran rasguños, pero aun así no le gustaba ese deporte. Decidió respetar la decisión de Ashley, era su gusto y pasión después de todo.
Ella llevaba una doble vida y solo Sam estaba enterada.