El tatuaje

773 Words
Abrió la puerta de su departamento y entró. Al hacerlo, unas manos cálidas rodearon su cuerpo. -Estaba preocupado por ti ¿Dónde estabas? – dijo Miguel, su voz sonaba angustiada y algo preocupada. Ashley lo miró con odio, lo apartó enseguida y le dijo. -Vete, no te quiero ver ¡fuera! – señaló la puerta. -Dame la oportunidad de explicártelo. - insistió, sintiendo que la perdía. -¡He dicho que te largues! – volvió a decir Ashley con más fuerza. -Ya la escuchaste Miguel, vete – intervino Samanta, mejor amiga de Ashley. Miguel bajó su mirada, sabía el gran error que había cometido, pero no estaba dispuesto a perderla. Volvió a ver a Ashley y le dijo. -Te buscaré cuando estes calmada y dispuesta a hablar. -¡Largo! – dijo ella. No quería verlo, no soportaba verlo a los ojos, le daba asco y su corazón todavía estaba herido. Miguel le dio su espacio y se fue dejándolas solas. Sam se acercó a su amiga y la abrazó. Ashley, al sentir su calor volvió a derrumbarse en sus brazos. Le contó la traición por parte de Miguel y la herida se volvió a abrir otra vez. -No sólo te engaño a ti, también lo hizo conmigo, pensé que te quería enserio, pues te lo demostraba a cada rato. Jamás pensé que sería capaz de tanta bajeza – dijo Sam mientras la consolaba, entendiendo su dolor más que nadie en el mundo. Ashley prefirió guardar lo que había hecho la noche pasada, sería su secreto. Además, sentía algo de vergüenza, pues ni siguiera sabía el nombre de aquel hombre al cual se había entregado por completo. -Iré a darme un baño – dijo Ashley sacándose su chamarra. Sam notó el tatuaje que tenía, sorprendida por ello le dijo. -¡¿Pero qué te has hecho Ashley?! -¿Te gusta? Me lo he hecho hoy – respondió ella con una sonrisa orgullosa por su nueva marca. -Creí que no te gustaba, siempre decías que los tatuajes eran para personas sin nada que hacer y que torturaban sus cuerpos de esa forma. -Esa era la otra Ashley, tan ingenua e inocente, desde hoy tendré un nuevo comienzo y nadie nunca más me verá la cara – su rostro se había transformado en otra persona. Era verdad, ya no era la dulce Ashley, era otra y su amiga lo notó enseguida. Fue hasta el baño de su habitación y tomó una ducha. Al hacerlo, recordó la noche pasada, las caricias de aquel hombre. Le gustaría saber quién era, luego entró en razón y olvidó esa absurda idea. Era mejor así, un perfecto desconocido quien la había hecho mujer, se entregó a un hombre que no la amaba y ni ella a él, no sufriría por amor. Salió de la ducha y observó su cuerpo desnudo ante el espejo. Pasó sus dedos sobre aquel tatuaje que se había hecho. Dio una sonrisa de placer, ese tatuaje era lo que le faltaba en su vida. Entró en la habitación por algo de ropa. Se enfadó cuando vio que la mayoría de sus prendas eran vestidos de coleres claros y alegres. Tomó cada uno y lo puso en su cama, con la bata aun puesta salió a la sala y los votó por la ventana. -¡¿Qué haces?! – dijo sorprendida Sam ante tal escena. -Me despido de la vieja Ashley – respondió ella – ahora necesito ropa nueva. Cambió sus prendas usuales por pantalones jeans y chaquetas de cueros, su vida desde ese día dio un gran giro de 180 grados. Asistió a la universidad de forma normal. Todos se dieron cuenta ante tal repentino cambio. Siguió siendo la primera en su clase, pero se volvió más arrogante, había perdido amistades por el carácter de mierda que tenía. Durante un año, Miguel estuvo tras de ella queriendo explicarle lo sucedido, pero ella no le dio oportunidad. Siempre hacia todo lo posible para no chocar en materias, pero él siempre lo conseguía y terminaban siendo compañeros de clase. Cansado de su desinterés, Miguel se dio por vencido y dejó de buscarla. Un años después, Ashley se graduó de diseñadora gráfica, amaba esa profesión. Hubo una gran fiesta en su honor, sus padres la celebraron, pero cuando se enteraron de su tatuaje, dejaron de apoyarla. Un mes después, ella junto con su amiga se mudaron de ciudad y fueron para New York. Su amiga le había conseguido una oferta de trabajo. Pero ella sentía que no la necesitaba, pues ganaba muy bien en las peleas clandestina, nadie sabía de eso, solo su mejor amiga Sam.
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