Evan Azoto la puerta fuertemente sin poderlo evitar, la furia bulle dentro de mí como un volcán en erupción y quema todo a su paso, dejando en el camino una sensación amarga que anuda mi garganta. La cachetada de Leilah me había molestado, me había sentido muy enojado por ese hecho, pero eso no es lo que me tiene con la ira recorriendo mi sistema, como un huracán que destruye todo a su paso. Sus palabras sobre adelantar la boda sólo habían corroborado lo que había descubierto y esperado sólo fuese una tontería, algo que había escuchado un par de noches atrás sin querer. Diana me había invitado a cenar en su casa –como siempre que podía–, y al llegar había tenido no sólo un encuentro desagradable con Alan, (cosa que la verdad me tiene sin cuidado), sino que me había enterado de algo que