Gimo contra la almohada bañándola en lágrimas, me hago un ovillo sobre mi cama, gimoteando sin pausa ni para respirar. Me he cansado de golpear el colchón hacía rato, así que ahora solamente lloro sin parar. La garganta me duele a estas alturas y desconozco cuanto tiempo ha pasado desde que comenzaron los sollozos, sólo sé que Alan me había dejado en la puerta del departamento, cuando le pedí que si ya nos íbamos a casar antes, al menos me permitiera mantenerme sin su cuerpo en la cama hasta la fecha. Cerré la puerta y caminé autómata hasta el dormitorio. De ahí, hasta ahora… sólo ha habido llanto. Me siento tan mal con la traición y peor con mis dudas, con el deseo que Evan despierta en mí todavía… con mi vida desordenada. Tanteo el celular para mirar la hora, pasan de la una de la m