—¿Y entonces? —me mira retadora. —Sabes que mis padres murieron, nos dejaron en la orfandad a Peter y a mí —aprieto los ojos, un nudo quema mi garganta–. Sabes que nunca he querido tener ese tipo de vínculos con nadie —rechino los dientes—. ¿Para qué? ¿Para convertirme en un Elliot Roberts para alguien más? —Sabes que puede pasar, que es una posibilidad estés con ella o no, no es algo que puedas impedir, Evan —se acerca a tomar mi mano—. Es por eso, ¿cierto? No quieres herirla con ésa certeza. —¿Qué pasa si muero? —sacudo la cabeza, resintiendo las heridas en mi pecho, heridas que nunca lograría sanar–. ¿O ella lo hace? Si algo le pasara... —¿Por eso el asunto del bebé? —me mira inquisitiva—. ¿Querías o no deshacerte de él? —Debiste haberla visto ésa noche —musito con voz queda, al re