Nos hemos transportado en Uber dado que ninguna tiene auto propio, (aunque mi amiga cargue inútilmente con carné para conducir y yo no haya aprobado mi examen); Hillary ha pasado casi todo el camino respondiendo mensajes a su nerviosa madre, para avisarle que tiene planeado ayudarla con el pedido más tarde. Trato de enfocarme en el aire que se cuela a través de la ventanilla, ignoro los refunfuños esporádicos de mi amiga y también mantengo mis rodillas quietas, luego de que Hillary me reclamara mis accesos de ansiedad. ¡Pero no puedo evitarlo! Estoy emocionada, imaginando a Evan revoloteando con toda su varonil imponencia por el enorme salón de algún hotel cinco estrellas, en una de las múltiples reuniones de la reconocida Asociación a la que pertenece. Me pregunto también si de verme e