Neil hace una mueca de disculpa. No me cuesta trabajo comprender que se siente culpable por mencionar a Evan. —No tengo ningún ex, Neil —digo al fin, peinándome el cabello detrás de la oreja como excusa para no seguir mirándolo a los ojos. —Pero ése tipo —parpadea varias veces—, el doctor de Alan… —Nunca fue mi novio —puntualizo, tratando de sonar firme—, ya no hay nada entre nosotros —agrego como argumento final. Neil sonríe nuevamente, olvidándose al parecer de su dolor de cabeza. —Lo sé —dice—. Tú siempre has amado a Alan. Me da mucho gusto que no hayas renunciado a ése sueño, saltamontes —sigue hablando animado—, porque ustedes son las personas más importantes para mí… bueno, excepto por nuestros papás —se ríe–. ¡Qué idiota fui! Nunca podría dudar de ti, es sólo que vi cómo te mir